Se empieza gritando a un hermano y se acaba pegando al abuelo

Buenas, soy Emilio Calatayud. Hoy he participado en unas jornadas sobre bioética organizadas por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Granada. Yo he reivindicado el respeto a los mayores, y no es porque, poco a poco y por fortuna, me estoy acercando a esa categoría, a la de mayor. Es porque lo siento y porque fue lo que me enseñaron desde que era niño. Uno de esos valores que por desgracia se han perdido es el del respeto a los mayores de la tribu. Hay familias en las que un chaval empieza gritando a un hermano, luego a su padre y a su madre, después insulta a todos y al final le pega al abuelo. Se han perdido los valores, ya digo.

Pero también a nivel general: antes, los padres ancianos morían en casa acompañados por sus hijos, ahora hay muchos que mueren solos. Es verdad que hay casos en que los padres están mejor en una residencia porque los hijos, aunque se desvivan por ellos, no tienen los medios para que estén lo mejor posible. Hay enfermedades muy difíciles de sobrellevar, pero eso no puede significar que la familia huya del problema. Recuperemos esos valores que nunca debimos perder.

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