Obligamos a los niños a que lleguen puntuales a clase y luego los diputados llegan tarde al Congreso

Buenas, soy Emilio Calatayud. Estoy siguiendo a ratos del debate de investidura -en el que parece que no se va a investir a nadie, por cierto- y he observado un detalle que puede parecer menor, pero que para mí no lo es: el debate no ha empezado con puntualidad ni por la mañana ni por la tarde. Igual han sido tres o cuatro minutos de retraso, pero no me parece bien. Los ‘padres de patria’, que eso son los diputados a fin de cuentas, tienen que dar ejemplo. Obligamos a los niños a que lleguen puntuales a clase, y con razón, y luego los parlamentarios llegan tarde al Congreso. ¡Qué gran ejemplo!

Hace falta una reforma educativa que dure más de cuatro años, pero no sólo para nuestros menores, también para nuestros diputados.

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