Si no vacunamos a nuestros hijos les ponemos en peligro a ellos y a los hijos de los demás

Buenas, soy Emilio Calatayud. Un niño ha enfermado de difteria, un mal que estaba prácticamente erradicado en España. Al parecer, sus padres se habían negado a vacunarlo por sus creencias personales. Lo primero es desear que el chiquillo se recupere y que no enferme nadie más. Y lo segundo que hay que tener claro es que hay quien cree que no vacunando a los hijos los está protegiendo, pero lo que está haciendo es desproteger a los hijos de sus vecinos. Además, claro está, de poner en peligro a sus propios niños. Por eso, a veces -y este párrafo está sacado de mi último libro, en el que ya abordábamos está cuestión y otras similares: la negativa a someterse a una transfusión de sangre por ir contra de una creencia religiosa, por ejemplo- tiene que ir contra unos padres para que no lesionen los derechos de sus propios hijos o de terceros.

 

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