«¿Cómo es posible que un niño pueda entrar y decirle al profesor ‘te voy a dar’?; ¡Y es que le da»

El pasado domingo, IDEAL de papel publicó una entrevista -la única que ha concedido hasta la fecha- con el titular del Juzgado de Menores número 2 de Granada, José Francisco Maldonado Lirola. La entrevista es de mi compañera Ángeles Peñalver. Aquí os dejo un fragmento que os puede resultar interesante. «Ha cobrado una dimensión espectacular el maltrato, tanto en el ámbito familiar, de hijos a padres, como en el ámbito escolar o académico, de alumnos a profesores.
-Y es un maltrato real y puro.
-No le quepa duda. Vamos, de unas dimensiones que le asustarían. Eso es preocupante y hay que ponerse a analizarlo.
-¿Por qué cree usted que se produce?
-Por el modelo educativo. Hay cosas que a nosotros, a los de antes, ni se nos ocurrían, como enfrentarnos a nuestros profesores. Salvo los exaltados, no era lo habitual. El respeto a los profesores lo daba el propio modelo educativo. La autoridad y la propia implicación de los padres en la educación ya no es tal. Uno lo percibe. Yo veo cosas que me quedo perplejo… ¿Cómo es posible que un niño pueda entrar, decirle al profesor «te voy a dar». ¡Y es que le da!». Y «apaga el móvil». Y «no lo apago porque no me sale de no sé dónde». Eso no son anécdotas. Raro es el mes que no tenemos tres o cuatro asuntos de estos.
-¿Y a nivel familiar?
-Ni le cuento. Yo he puesto esta mañana tres sentencias. Imagínese cómo tiene que estar un padre o una madre para llegar aquí a la Fiscalía pidiendo ayuda porque tiene el agresor en casa. A veces suelen ser familias monoparentales, probablemente porque falla un referente afectivo. Son déficits en la educación y en la socialización, desde la primera instancia que es la familia. En ella antes sacábamos un bagaje que nos permitía funcionar en la escuela, en el instituto, en la facultad y demás.
«Cuando uno contextualiza los delitos en el marco familiar entiende muchas cosas, hay desatención… No digo desatención dolosa, sino que no han atendido al hijo debidamente porque están separados; porque el padre trabaja fuera; porque hay un modelo muy permisivo en una generación concreta, los padres de los años 80…», enumera el especialista.
Él mismo califica «de conversación de supermercado» decir que a los niños hay que ponerles límites y que deben acatar la autoridad. «Pero es que es la verdad», sentencia. Y recuerda algún caso en la sala, donde ha tenido que mandar a callar a alguna madre que intentaba justificar a su hijo o darle explicaciones a su conducta».

 

zzzlirolaJosé Francisco Maldonado. Foto: González Molero

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