Conflictos en los centros de protección de menores

Aquí os dejo una información que he publicado hoy en IDEAL e ideal.es y que ya me ha valido las críticas de las organizaciones no gubernamentales que trabajan con los inmigrantes, una labor encomiable, por cierto. Creen que este tipo de noticias hay que medirlas mucho, sobre todo, en tiempos de crisis. Yo, en cambio, creo que este problema tiene que salir a la luz para ser solucionado. Y un favor personal, si alguien cree que este texto fomenta el racismo me gustaría que me lo hiciera saber para procurar ser más cuidadoso la próximo vez. Sinceramente, yo creo que no, que es bastante ponderado, pero puedo estar equivocado. Un saludo.
«Una algarada en un centro de protección de menores de la provincia de Granada se saldó el pasado martes con la detención de cinco de los niños acogidos en dicha institución. La intervención de las fuerzas de seguridad abortó el principio de motín. Una vez calmados los ánimos, los adolescentes quedaron bajo la custodia de los responsables del propio centro, que tiene capacidad para unos veinte chavales.
Hasta aquí una noticia que no es nueva. Es un secreto a voces que hay centros de protección de menores de Andalucía -el problema no sólo afecta a los de Granada- que suelen tener dificultades de convivencia cada cierto tiempo, por decirlo suavemente. La realidad es que este tipo de incidentes son más habituales de lo que sería deseable… o soportable. No se habla en alto de ello. Es un tema casi tabú, pero ahí está. Los juicios y las condenas contra menores que dinamitan con sus excesos la coexistencia en este tipo de refugios están a la orden del día.
A nadie se le oculta que los promotores de los disturbios son, en la mayor parte de los casos, menores inmigrantes con un pasado tan breve como conflictivo. Son ‘niños de la calle’, con lo que eso implica: delincuencia en su país de origen, consumo de drogas… Y los centros de acogida no parece que estén preparados para dar respuesta a las carencias y necesidades que presentan estos adolescentes. Pero, en principio, no hay otra alternativa. No existen las soluciones mágicas. Desgraciadamente, el panorama se aclara cuando agreden a un educador o causan daños en el centro. Tarde o temprano tendrán que comparecer ante un juez y lo más probable es que acaben en un correccional. Pasan de ser adolescentes protegidos a convertirse en infractores. El tratamiento es muy diferente. La Ley del Menor sí permite actuar contra los delincuentes infantiles y juveniles».
Un saludo.

3 Comentarios

  1. Buenos días,

    La verdad es que me parece que la alusión a los menores inmigrantes es totalmente innecesaria. Creo q de niños «de la calle», drogas etc haberlos, haylos,aquí y allá. Los menores, los ciudadanos en general deberíamos empezar a ser tratados como personas iguales, sin referencia a la nacionalidad. Cuántos centros de menores tienen problemas con chicos españoles, «educados» en nuestros principios y valores e igualmente rebeldes. Pero cuando se trata de españoles nadie hace referencia a ello. No lo hagamos cuando sean inmigrantes.

    Un saludo!

  2. El texto en sí no me parece que fomente el racismo, lo que ocurre es que aquéllas personas que son contrarias a los inmigrantes pueden cogerse a este tipo de problemas para justificar su rechazo. Pasa lo de siempre, pagan justos por pecadores. Es muy triste que esos chicos hayan llegado a ser así por su tipo de vida, no son los únicos, pero tampoco se puede permitir lo que hacen. Hay que intentar crear otras alternativas. Si transigen la Ley del Menor, hay que aplicársela como a cualquier otro menor que delinca.

    Un saludo. María F.

  3. No has dicho absolutamente nada racista, los factores sociológicos de procedencia hay que mencionarlos y hay trabajadores aterrorizados de recibir una puñalada en cualquier momento por parte de chicos magrebíes, no podemos generalizar y decir que todos los menores magrebíes son buenos cuando muchos son los más peligrosos. Ya vale de que impongan generalizar para bien, mintiendo. Ya sabemos, no todos son malos, pero tampoco todos son buenos, cosa que nos están imponiendo con el discurso generalizador del inmigrante como el bueno y el hombre blanco es el hombre malo. Los magrebíes consienten la brutal represión del pueblo saharahui, ya vale de referirse al hombre blanco como al sucio colono porque los demás también colonizan.

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