Síntoma de un fracaso social

(Artículo de Emilio Calatayud aparecido en el último número de Mujer Hoy, revista que se vende los sábados junto a todos los periódicos del grupo Vocento)

Bajar a 12 y 13 años la edad para que un menor sea imputado supone el fracaso de toda la política a nivel familiar, escolar y social. En principio, no soy partidario de rebajar la edad penal, pero en todo caso, si se llegase tras un largo debate, a la conclusión de que hay que sentar en el banquillo a menores de esas edades, sería con la única condición de no imponer nunca medidas privativas de libertad; es decir, sentarlos en el banquillo, pero adoptando penas alternativas al internamiento. Éstas pueden ser, por ejempo, la libertad vigilada y los trabajos en beneficio a la comunidad. Y esto siempre y cuando exista el reconocimiento de que hemos fracasado en todas las facetas. Porque yo estoy convencido de que estamos fallando mucho.

Primero, los padres y el tipo de educación que están fomentando. Parece que no son conscientes de su responsabilidad. También existe un fallo a nivel educativo, cristalizado en el fracaso y ausentismo escolar. Y por supuesto, debemos tener en cuenta que estamos en una sociedad más violenta que antes y en la que los medios de comunicación están lanzando mensajes de que todo vale. Socialmente tenemos ciertos complejos que no nos permiten poner límites a nuestros menores. Les hemos hablado de todos sus derechos, pero no de deberes, y la verdad es que hay que saber poner límites a nivel familiar, escolar y social. Vivimos bajo la ley del péndulo, hemos pasado de un extremo al otro.

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10 Comentarios

  1. No estoy deacuerdo en bajar las edades, es absurdo que por unos chicos realmente conflictivos se condene a todos los chicos de nuestra sociedad. Cada vez que me cruzo con un adolescente veo un delincuente, un vago y un irresponsable… ¿es culpa mia o culpa de los medios y dos casos puntuales?
    De verdad es imposible que la ley sea flexible, más acorde con las circunstacias e imponer condenas más personalizadas. No es lo mismo robar pan para comer que robar la play 3 por diversion… eso lo sabemos todos, ¿pero la ley diferencia eso? No se puede reformar ni condenar a un chico que roba para comer, no es un delicuente.

    En casos extremos como los que vivimos ultimamente en nuestra sociedad, como el caso de M. del Castillo y Sandra Palo, pues no sé quiza si deberian pasar más tiempo encerrados, tambien seria buena idea que impusieran como requisito al salir de la carcel que estos chicos consiguieran tener una carrera, en la carcel se puede estudiar. Es complicado la verdad

  2. He estado meditando sobre las leyes de españa y creo que hay un gran error.

    Estas leyes estan destinadas a la reinserccion de los \"delincuentes\" a la sociedad, cosa que veo perfecta, y he puesto delincuentes entre comillas porque las leyes estan destinadas a proteger a aquellos miembros de la sociedad que son mas vulnerables a delinquir, como son esas personas que no tienen acceso a una educación, los marginados sociales, aquellos que desde niños sufren las consecuencias de una sociedad materialista, de unos padres irresponsables, que son victimas de alcohol y drogas en general, que a lo largo de sus vidas se ven abocados en una espiral de la cual les es muy dificil salir en una sociedad que pasa de largo y no mira para atras.

    ¿Pero que pasa cuando sucede algo que nos deja mal sabor de boca?, cuando unos adolescentes más o menos bien cometen un crimen que no esta previsto por la sociedad… un crimen que priva al derecho de la vida a otra persona… Pasa que se les aplica las mismas leyes que a los marginales porque estamos en derecho de democracia.
    Todos sabemos que no es lo mismo matar en una disputa en igualdad de condiciones, que matar a una joven despues de violarla, torturarla y quemarla… ¿Pero la ley lo sabe, sabe que no es lo mismo?
    Todos sabemos que no es lo mismo un padre que por un infortunio se ve obligado a robar para dar de comer a sus hijos que un mafioso que se mete en la casa de unos ancianos y les pegan hasta perder el conociemiento. ¿ la ley diferencia esto?

    NO, no lo diferencia. Ese es el problema, se intenta reinsertar a personas que realmente no son criminales, sino que son los resquicios caoticos de esta sociedad y se intenta reinsertar a violadores en serie… a los cuales esta demostrado que nos se les puede reinsertar.

    La televisión nos vende que todos los jovenes son unos delincuentes, vagos, irresponsables…. pero realmente cuantos de esos jovenes son familia nuestra y cuantos de esos jovenes familiares nuestros son así, como nos los venden… Yo tengo varios adolescentes en mi familia, y ninguno es así.

    Cambiaran las leyes una y otra vez, las que hagan falta y traigan mas votos consigo, ¿pero realmete esos cambios son los mejores?

  3. Un chico de 123 o 13 años, es un niño, es ridículo bajar la edad de imputabilidad a esos extremos, ¿que sigue despues??? que los jardines de infantes sean cárceles???
    En mi país (Argentina), chicos de esa edad y hasta mas pequeños, estan matando gente, sin embargo, no es culpa de ellos, llegar a este extremos de desprecio por la vida, sobre todo por su propia vida.-
    No existen politicas sociales, la sociedad en general, pone las culpas afuera, nadie es responsable…los padres \"porque no los ayudaron\", la escuela, \"por que los padres no los apoyan\", el estado \"porque nadie hace lo que tiene que hacer\", etc, etc, etc…
    La realidad es que si los ciudadanos, no toman conciencia de lo grave de la situación y de la necesidad de ayuda social y \"educación\" que se hace falta para salir de esto, cada vez empeoraremos más.-Mucha gente se rasga las vestiduras, pero a la hora de ayudar y comprometerse, es la primera en mirar hacia otro lado.-
    Ni hablar de ciertos políticos, que cuadno nbecesitan votos, lanzan supuestos \"planes sociales y subsidios\" y así convencen a los pobres ignorantes, a los que se encargaron bien de no darles una educación adecuada.-
    Si bien coincido en que hay un porcentaje muy alto de padres que no ponen límites a sus hijos, dentro de este porcentaje, hay otro muy grande, que no sabe como hacerlo, que no lo aprendió, por lo que sería fundamental, que las instituciones, intentaran enseñarles y que la legislación, los hiciera responsables por los actos de sus hijos.-

  4. marta, la ley sí diferencia. Pero no me hagas caso a mí, que no soy jurista ni nada. Haz lo que hice yo: leer el Código Penal, el Civil y otras leyes similares para ver cómo y cuándo me afectan. Probablemente te lleves más de una sorpresa (agravantes, atenuantes y todas esas cosas que, por lo que dices, no existen).

  5. Pues yo creo que debería haber excepciones. En la mayor parte de los casos, los delitos que cometen menores suelen estar relacionados con las drogas, con hurtos o robos, o con peleas en las se se enzarzan con otros chavales de su edad. En esos casos, está claro que meterlos en una prisión no va a solventar nada y que lo que hay que hacer es tratar de educarlos y reinsertarlos de la forma más eficiente posible, para que tengan una oportunidad de encauzar su vida.
    Ahora bien, en los casos de menores que cometen asesinatos y violaciones, estoy completamente a favor de meterlos en la cárcel. Por muy menores que sean, ese tipo de delitos revelan un nivel de maldad y perverisón que hacen que esas personas, por muy menores de edad que sean, supongan un peligro para el resto de la sociedad y deban estar recluídos, donde no hagan daño a más personas inocentes. Si están mal de la cabeza, que los internen en un pisquiátrico, pero lo que no se puede hacer en estos casos es poner el bienestar del asesino o el violador por encima de la justicia para con las víctimas o las perdonas inocentes que podrían ser agredidas si ese menor continúa en libertad. No digo que la culpa no sea a veces de la mala educación que le han dado los padres (aunque hay veces que como el menor en cuestión sea un enfermo mental poco pueden hacer los padres para aliviarle la esquizofrenia o la psicopatía), pero es que llegados a esos extremos lo que hay que hacer es castigar su crimen y evitar que vuelvan a cometerlo. Que podrán ser muy niños a los 12 ó 13 años, pero si han sido mayores para violar o asesinar a alguien, también son mayores para ir a la cárcel.

  6. Decir que el tema es muy complejo es una obviedad. Pero a menudo sí se tiende a olvidar que, precisamente debido a esa complejidad, hay muchos aspectos a tener en cuenta, siempre se habla de plantear una solución, cuando en realidad deben ser varias las soluciones, complementarias entre sí y que traten de recoger esa complejidad.

    A menudo oigo decir, ante problemas, conflictos e incluso barbaridades cometidas por adolescentes y jóvenes, que es necesario reflexionar sobre el tipo de educación y sociedad, etc. Y es cierto, si tenemos esta sociedad es porque entre todos la hemos contruido así. Pero esta reflexión no nos va a dar una solución para hoy. Permitirá, si es sincera y realmente se ponen en práctica las conclusiones, corregir el rumbo a medio y largo plazo. Pero la reflexión no nos va a dar las respuestas que requieren los problemas que tenemos a día de hoy. Reflexionar no va a evitar que dentro de tres meses surja un nuevo caso Sandra Palo, que 10 quinceañeros se emborrachen en la calle el fín de semana que viene o que un grupito de animales quemen a un mendigo mientras lo graban en vídeo. Con suerte, podrá contribuir a evitarlo dentro de unos años, no ahora.

    Por eso es necesario, al mismo tiempo que sembrar para que en el futuro se eviten casos como estos, dar una respuesta contundente al problema de hoy. Es decir, soluciones paralelas y complementarias.

    Por desgracia, vivimos en un mundo en el que la violencia se ha normalizado, el materialismo es el nuevo dios (tanto tengo, tanto valgo, más que nunca), el consumismo y el hedonismo desaforados son los comportamientos estándar a nivel particular y sobre todo social y, por supuesto, estamos en la era del derecho a todo y la obligación de nada. Y la juventud lo ha asumido con una facilidad y rapidez pasmosa, seguramente porque no ha tenido muchas otras opciones para elegir. Nos gustará poco, pero es la realidad que hay. Y es a esta realidad a la que hay que dar respuesta hoy, ya, aunque también se trabaje para cambiarla de cara al futuro.

    La sensación del ciudadano medio, normal, de a pie, es la de permanente impunidad de quien comete una falta, sea grave o menos grave. Especialmente cuando se trata de un menor. Y es absolutamente imprescindible acabar con esa impunidad. Resulta inadmisible que el hecho de ser menor justifique porque sí cualquier acto ilegal, violento o anti cívico. Los chavales de hoy no son como los de hace décadas, tienen mucha más información, mucha más libertad y en muchos sentidos son más maduros, pero eso no puede servir sólo para los derechos. También para asumir responsabilidades.

    Debe existir una respuesta contundente, lo cual no implica que sea incompatible con la re-educación y la reinserción, la Justicia debe ser dura en el castigo, lo cual creo que además generaría un efecto disuasorio, al mismo tiempo que implemente mecanismos para reconducir al infractor a comportamientos cívicos. No veo que sea incompatible.

    Por contra, la sensación actualmente es que “como no me va a pasar nada, hago lo que me da la gana”. Hay que recuperar el concepto de que los actos tienen consecuencias. Y realmente Deben haber consecuencias.

    Además, es obvio que el actual sistema no funciona. No hay más que mirar lo que pasa en la calle todos los días. Si algo no funciona, hay que cambiarlo, sin que ello signifique que haya que irse al extremo contrario, pero eternizarse hablando del sexo de los ángeles, “reflexionando”, no se van a solucionar los problemas que tenemos hoy. Hay que tomar medidas concretas, ser valientes y arriesgarse. Por desgracia, el ser humano responde mejor si se enciende la lucecita de “cuidado, que se me puede caer el pelo”. A lo mejor inicialmente se abandonan los comportamientos violentos e incívicos sólo por miedo a las consecuencias, pero a la larga seguro que el mensaje va calando y se interioriza.

    Por otro lado, creo que una gran parte de responsabilidad de la situación actual la tienen los padres. Siempre se arguye que el ritmo de vida actual presiona a las familias de manera que no tienen posibilidad de atender a los hijos como “querrían”, que si la mujer se ha incorporado al mundo del trabajo, etc, etc. No me vale. Si no eres capaz de educar a un hijo, sencillamente no lo tengas. Pero si decides tenerlo, asume tu responsabilidad con todas sus consecuencias, y de hecho, en muchos casos de actuación indebida del menor deberían ser los padres corresponsables de ello. Pero que no salga nadie luego diciendo que si es producto de la sociedad, que hay que ser comprensivo, etc, etc. No se le puede pedir a la madre de Sandra Palo que sea comprensiva, no se le puede pedir que comprenda que el Rafita viene de un entorno desestructurado y violento, que es un producto de la sociedad. No Se Puede.

  7. No lo entiendo, endurecer las penas a menores, adelantar la edad de penalización de un menor…, yo tengo un hijo encerrado en un centro desde hace meses, ha estado castigado hasta 7 días seguidos, encerrado en una habitación sin nada, por no contestar cuando le preguntan o por no comer. Mi hijo ha sido condenado a 1 año y medio por robar un móvil que vale 60 euros, y el que no hubiera violencia ni armas o cualquier otro método más que el hecho de guardarselo, no ha sido ningún atenuante. El código penal dice muchas cosas, pero la realidad es otra, cuando un menor es detenido y llevado a la fiscalía de menores en Madrid, pierde todos los derechos como ciudadano y como persona, es culpabilizado desde el principio, no se le dá derecho a defenderse porque se considera desacato a la juez, la familia es culpable según la fiscal y los técnicos que aportan una serie de informes sin tener ningún conocimiento del entorno familiar, es decir, sin haber hablado con los padres más que cinco minutos en los que te hace tres preguntas, y a partir de ahí deciden si eres buena madre o padre.¡Hay que vivirlo!

  8. Bueno Esther, su hijo no debió robar el móvil, ¡eso está claro!, hay que preguntarse entonces, si el mecanismo judicial está funcionando de la manera correcta y si su hijo va por buen camino o no (está claro que no).
    Es tentador ver algo y poder cogerlo, es tentador defraudar a Hacienda, es tentador atizar a un hijo de su mala madre… pero después… la justicia es justiciera y aplica todos sus tentáculos con severidad.

    Lo mejor es cuidar de uno y de los suyos de la mejor manera posible… porque creame los problemas a veces vienen solos.

    Su hijo sabe que lo que hizo está mal y tarde o temprano recapacitará.

    Un beso y ánimo.

  9. Pues nada, querida Elisabeth, que le fusilen y así se queda usted más tranquila y puede decir de una vez que la justicia es justa o que por fin la ley de menores se ha endurecido. El no cogió el móvil fue el amigo, pero claro que va a contar una madre, a lo mejor hasta si quieren me pueden encerrar a mi por no ser una buena madre, porque se supone que los padres estamos detrás de los hijos las veinticuatro horas del día. Me imagino que usted no tiene hijos, o mejor que le toque a los hijos de los demás que es más fácil de llevar.

  10. Hola Esther,

    No tengo hijos, pero quiero tenerlos y se que no es tarea fácil educar a un hijo y menos a un adolescente. Entiendo con su respuesta que no me expresé bien y en ningún momento tuve la intención de ofenderla.

    Las cosas no funcionan bien en la justicia y es por ello por lo que no me quedo para nada tránquila, un padre/madre debería estar las 24 horas vigilando a su hijo/a para evitar que le pase nada y es tarea imposible, porque cada día hay más obstáculos en nuestras vidas. Pero, si hay muchas cosas que le pasan a uno que se pueden evitar; una persona que tenga 15 años no sabe nada de la vida e incluso los hay con 40 y tampoco escarmientan (es necesario orientarlos y no dejar las cosas como se presentan, normalmente se aprende a base de mazazos, pero si te advierten, por lo menos, de alguno te libras).

    Se que el rollo que le cuento no le servirá para nada en lo judicial. Pero, aun así, le deseo buena suerte y salud para afrontar el día a día.

    Un fuerte abrazo,

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