En el nombre del hijo

El título del comentario es un tanto rimbombante, pero es el que me salió en cuanto conocí el caso: una madre denuncia a una discoteca porque vende alcohol a su hijo menor de edad (noticia publicada en la edición de hoy domingo de IDEAL). Muchas veces, por no decir, todas, se apunta contra los padres cuando un niño traspasa la línea roja que separa lo legal de lo que no lo es. Se nos acusa -yo también soy padre- de no querer saber lo que hacen nuestros chavales cuando salen por ahí. Ojos que no ven, corazon que no siente. Bueno, pues he aquí un ejemplo de que no es cierto. He aquí una madre que ha tomado el toro por los cuernos y ha dado el paso de exigir a la autoridad que actúe contra un local que, presuntamente, proporciona alcohol a los menores de 18 años, algo que está totalmente prohibido. De esa iniciativa no sólo se beneficia su hijo, sino todos los menores que frecuentan el establecimiento en cuestión. Se pueden hacer cosas, claro que sí. No tenemos que esperar a que las hagan otros por nosotros. Sobre todo, si se trata de nuestros hijos. Ojalá haya otros padres y otras madres que lo hagan.
Un saludo y nos vemos el próximo jueves en la charla de don Emilio en el Aula de Cultura de IDEAL (me refiero a los granadinos y habitantes de cercanías, porque es aquí en Granada).
Por cierto, coincido con doctr Alban: don Emilio no se parece a Ghandi, su señoría tiene un pelín más de barriga que el líder pacifista, je, je, je. Dicho sea con todos los respetos debidos y sin animo de ofender.

5 Comentarios

  1. Pues no me parece mal lo que ha hecho la madre, pero yo a mi niño le diría también algo, porque la primera culpable de que su niño beba es la educación que ha recibido. Tampoco digo que se merece la cárcel por hacer algo que todos hemos hecho con su edad, pero digo de muy buena mano que como están ahora mismo las cosas deberíamos cuidar de nuestros hijos a la hora de dejarlos salir cuando sabemos que van a beber, sin avisarles de los daños que le causa a tan temprana edad el consumo reiterado de bebidas «espirituales».

    Otro tema aparte y que me interesaría mucho que me comentara el señor don Emilio sería el porqué en muchos de estos sitios, además de servir alcohol a menores, se sirve el bien llamado «garrafón» que es totalmente ilegal y no se hace nada por detenerlos. Si todos sabemos que se hace y es ilegal, ¿por qué se sigue haciendo con total impunidad? Gracias.

  2. Con todo mi respeto para la Justicia, muchas veces acudir a ella para denunciar algo es una pérdida de tiempo y de dinero. Para cualquier ciudadano supone ponerte en manos de caros abogados y procuradores.
    Me parece muy loable la gesta de esta madre, pero yo en su caso optaría porque mi hijo entrara en razón (aunque sé que muchas veces esto no es posible). Su hijo, si quiere, seguirá tomando alcohol, en España es muy fácil conseguirlo; y si no se lo venden a él habrá un amigo mayor de edad que compre el de todos.
    Saludos.

  3. Sin ánimo de entrar en una agria polémica (ni con Dr. Alban, ni con Emilio Calatayud, ni con Iñaki Gabilondo), siempre me ha parecido graciosa la frase «con el debido respeto». ¿Cuál es el respeto debido? ¿Cómo puedo saber el respeto que le debo yo a alguien? Y, lo peor, ¿cómo sé cuánto respeto considera que me debe quien me pueda decir esa frase?

    Me recuerda a la secuencia de la película «Amadeus» en la que Mozart, hablando con Salieri sobre la última obra de éste, le dice frases tan ambiguas como «¿Cómo has logrado hacer algo así?» (en las que el tono de la frase indica claramente la escasa consideración en que realmente tenía a la obra).

    En fin, desvaríos de una mente de informático aburrido mientras hace la digestión 😉 Otro día, los malentendidos que «te acompaño en el sentimiento» puede llegar a provocar.

  4. El título de este escrito resalta lo que de alguna manera se produce: los adultos toman el deseo del hijo para apropiarsede él. «En el nombre del hijo». Pero no nos engañemos los adolescentes se iran más allá a buscar alcohol que les permita narcotizar la tan complicada andadura hacia la edad adulta, si es que la alcanzan ( a nivel madurativo). O no lo hemos hecho casí todos?.

    A todos nos preocupa que nuestros hijos sepan lo que está bien o no, pero esas respuestas las encontraran ellos mismos o van a estar vigilando todo movimiento de los retoños para controlar lo debido o lo indebido. Creo que falta sensatez, y es necesario entender que a medida que crecen tienen mayor intimidad, y muchas cosas no las sabremos y es sano no saberlas porqué su vida no es nuestra vida. Otra cosa es la ceguera ante lo obvio, o el no querer escuchar.

    Y otra cosa es la venta ilegal o lo que ha pensado esta madre para dar el paso…

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