A Antonio Ozores tuve la suerte de conocerlo en octubre de 2005. No fue ni en Jun ni en Granada, sino en Arucas, gracias a que el Gobierno de Canarias me invitó a realizar una ponencia como representante de la Federación Española de Municipios y Provincias y el Alcalde de la localidad también invitó al genial actor. Coincidimos ambos en una finca magnífica propiedad de la Marquesa de Arucas y me invitó a una representación magistral que realizó junto a su hija Enma y un nutrido grupo de actores y actrices en un escenario que tenía a sus pies una fantástica vista del Valle de Arucas en donde se fabrica el famoso Ron que le da nombre.

Pero fue posterior a esa representación donde pude conocer de verdad a la persona, mas que al actor y tuvo mucho que ver mi amistad con otro gran actor, Paco Rabal. Allí me contó innumerables anécdotas de la vida teatral pero también me dió muchos consejos para un alcalde que solo llevaba en el cargo algo mas de seis meses.

Hoy lo hemos perdido, Ozores seguía en activo porque, como le gustaba decir, «siempre hará falta un señor mayor en una película». Tras siete décadas en la profesión, seguía recibiendo homenajes y premios; el último, el del Festival de Cine de Alicante, que le otorgó en su última edición uno de galardones a toda una vida: «He trabajado muchísimo y quedamos pocos, porque se han muerto. Me dan homenajes, porque no estoy más que yo. Me da igual cómo vaya a ser recordado. Como no voy a estar, que piensen lo que quieran», decía.

Un fuerte abrazo para toda su familia y el gran público que ha perdido a una gran persona.