Una madre expulsada

Hay que dar la enhorabuena a la Unión Deportiva Castell por la celeridad y contundencia con la que ha resuelto el ignominioso episodio vivido en su campo de fútbol, El Romeral, el pasado sábado 25 de noviembre, Día contra la violencia machista, y en el que una árbitra menor de edad fue insultada por un grupo  de padres y madres de los jugadores locales.

El club, sin andarse con rodeos, excusas, medias tintas o esos “peros” tan tristes y empobrecedores; muestra su más sentido pesar por lo acaecido y envía disculpas a la colegiada, además de impedir el paso a sus instalaciones deportivas a una de las exaltadas e insultantes madres y suspender de sus funciones al delegado del club por no avisar a las fuerzas del orden, a la vista del cariz que estaban tomando los acontecimientos.

 

El club va más allá y le exige a un vecino cuya vivienda asoma al campo que “modere su comportamiento”, dado que fue uno de los insultadores a la colegiada y, además, ha solicitado al Colegio de Árbitros de Granada que designe a la misma árbitra para pitar el partido del próximo 1 de diciembre, como vía para disculparse con ella y tratar de normalizar la situación, reiterando sus disculpas y asumiendo su cuota de responsabilidad en lo sucedido.

El lugar de los hechos

Lo ideal es que los lamentables acontecimientos del 25 de noviembre no hubieran ocurrido jamás. Que se necesita ser muy cafre para gritarle a una chiquilla una barbaridad del siguiente calibre: “De aquí no sales tú viva, nos la tiene que pagar. Tú de aquí no sales”. Pero, una vez producido el incidente, la respuesta del club ha sido ejemplar.

 

Lo que choca con algunas reacciones detectadas en las redes sociales, con personas sosteniendo que la información de César Guisado publicada en IDEAL era falsa. Y todo con el peregrino argumento de que estuvieron allí y no escucharon amenazas de muerte. Que no fue para tanto.

¿Es esto lo que queremos?

El relativismo al que nos lleva el mal uso de las redes sociales es una de las grandes amenazas que tenemos que enfrentar en el futuro inmediato. Se empieza por no escuchar los insultos machistas a una árbitra menor de edad en un campo de fútbol y se termina por proclamar que la tierra no es redonda ya que, hasta donde me alcanza la vista, yo la veo plana.

 

Jesús Lens

 

 

¿Caminamos hacia la extinción?

Cabría echarle la culpa al calor, pero sería adoptar la táctica del avestruz y no afrontar lo que, por desgracia, empieza a parecerme un hecho ineluctable: el ser humano occidental, en general, y el español en particular, está abocado a la extinción. Y mucho más pronto de lo que cabría esperar. Y de ello hablo en mi columna de IDEAL de hoy.

Ejemplos hay tantos como quieran, a sencillo golpe de clic. La rivalidad entre aficionados de diferentes equipos de fútbol que termina desembocando en batallas campales que dejan sangre, heridas, destrucción y muerte a su paso.

violenciaeurocopa

Relacionado con el fútbol está el nauseabundo apoyo que determinados aficionados del Betis brindan a un jugador acusado de malos tratos a su ex-pareja. Algunos, yendo más allá, corean frases en que insultan y vejan a la propia mujer, para mayor bochorno y escarnio del club y del resto de la afición verdiblanca.

Ignominia que sienta las bases de que hoy, por desgracia, nos hayamos desayunado con la triste e indignante noticia de que, en las últimas horas, otras dos mujeres han sido asesinadas en sendos casos de violencia machista. Y una tercera ha sido herida de gravedad. En total, veinticuatro mujeres asesinadas en lo que va de año. Que podrían ser veintinueve ya que hay cinco otros cinco feminicidios cuyas investigaciones están pendientes de resolución.

Sin olvidar que el asesinato es el infame colofón a una serie de insultos,  vejaciones y agresiones de carácter sexual. Como las que acontecen en San Fermín, en mitad de la fiesta. Hasta un joven guardia civil ha sido detenido por participar en la violación de una chica de diecinueve años, junto a otros cuatro mastuerzos que, además, grabaron con un móvil la agresión.

San Fermín No a las agresiones

El mundo de los toros y el animalismo radical, otro ejemplo de cerril enconamiento que está teniendo su más vergonzoso momento de oprobio con la celebración por parte de algunos salvajes de la muerte de un torero.

Y cuando uno está firmemente convencido de que esto no tiene arreglo y solo espera el definitivo advenimiento del Apocalipsis Zombi, es el mundo del fútbol el que, paradójicamente, nos devuelve la fe en el ser humano. Ustedes lo habrán visto: el chavalito portugués que consuela y anima a un aficionado francés que lloraba desconsoladamente tras haber perdido la final de su Eurocopa. Y la reacción de Bleu, igualmente tierna y esperanzadora.

¡Grandes, los dos!

Jesús Lens

Twitter Lens