Notas para hablar de Género Negro

(Hoy, un texto sin elaborar ya que son las notas que voy a usar en una charla sobre género negro a la que me ha invitado Alejandro Pedregosa, que está haciendo un taller en la Biblioteca de Andalucía. ¡A ver cómo nos sale!)

Saludo, agradecimiento y disculpas por tener que salir zumbando ya que el concierto de Dave Holland & Pepe Habichuela no me lo pierdo.

Y entrar en materia señalando que, después, tengo una cita con la tele que no me pienso perder: el desenlace de “The killing”.

(Meter vídeo???)

Preguntar a la gente.

Y hablar de la televisión y de las series.

Godard: Ver cine te permite ir con la cabeza alta. Ver televisión te empequeñece.

¡Ya no hay que pedir perdón por ver la tele!

Hacer referencia a los tres tópicos:

– El mejor cine del siglo XXI se está haciendo en la televisión.

– Familias como los Soprano serían los protagonistas de los dramas de Shakespeare.

– Si Balzac o Dickens vivieran actualmente serían guionistas de la HBO o la AMC.

Hacer referencia a la anécdota de Al Gore y Los Soprano.

Y sacar a colación el nombre de David Simon, blandiendo el Babelia del pasado sábado.

Hablar de “The Corner” y “The Wire”

Y pasar a la literatura, comentando que “Homicidio” y “La esquina” están publicados en España.

Recordar La Sala de Guerra y la frase: «Que se joda el espectador medio»

Hablar de Semana Negra de este año y del encuentro con Dennis Lehane, posiblemente, el mejor escritor anglosajón del momento, sin etiquetas. (¿Vídeo?)

Y de su vinculación con la serie.

Y de otros guionistas de la misma como Richard Price o George Pelecanos, autores de novelas negras fantásticas.

Hablar de los repartos corales y de los personajes.

¿Qué personajes os gustan?

Recordar paradojas como que en México, un poli que no sea delincuente o corrupto no es creíble.

Repasar nombre sesenciales del Neo-Polar sudamericano, con Paco Ignacio Taibo II a la cabeza. Raúl Argemí y Ricardo Orsi. Leonardo Padura, Lorenzo Lunar o Amir Valle.

Hablar del ¿Quién? y el ¿Por qué?, recordando a Ken Bruen.

Y volver a los escenarios del crimen.

Hacer referencia a Alajandro Pedregosa y a su definición de esas pequeñas miserias, envidias y asquerosidades que nos corroen a los europeos.

Referencia a la sociología de la novela negra.

Y a cómo trata, siempre, los temas más actuales.

– Inmigración

– Medios de comunicación

– Corrupción

– ¡Y la crisis!

Hacer referencia a Petros Markaris y su última novela “Con el agua al cuello”

Hasta ahí (y a partir de ahí), confiar en la memoria, la imaginación y la improvisación.

Jesús noir Lens

Otros 17 de noviembre, seguro que escribimos con más orden: 2008, 2009 y 2010.

The killing

Para quienes nos gusta correr, la nueva, esperada y publicitada serie “The killing” comienza de una forma bastante angustiosa, tensa y complicada: paradójicamente, arranca con una mujer de mediana edad corriendo.

Es pelirroja y viste con unas mallas en las piernas, pero una complicada parca cubriéndole el cuerpo. El tiempo es desapacible y ella parece preparada para correr en condiciones climatológicas adversas.

Corre por campo abierto, en plena naturaleza. Su rostro es hierático. Ni parece disfrutar ni tampoco parece sufrir un ápice. Solamente corre.

En montaje paralelo, vemos a otra mujer que corre. Ésta es joven y su rostro sí transmite sensaciones: miedo. Pánico. Horror. Ella no corre por gusto, por hacer deporte, por salud, afición, costumbre o gusto. Corre para salvar su vida. Alguien la persigue. Y la encuentra…

La mujer pelirroja es una agente de policía, de homicidios, en su último día de trabajo. Está a punto de mudarse de la lluviosa y desapacible Seattle a la cálida y luminosa California, con su hijo adolescente, para casarse. La chica, como la publicidad se ha encargado de anticipar, es la nueva Laura Palmer. Con eso ya está todo dicho ¿no?

Sí. Me ha gustado el arranque de “The killing”. Me ha encantado. Me ha imantado a la televisión. Pero no puedo ser objetivo. Oscura, negra y criminal… “The killing” lo tiene todo, absolutamente todo, para engancharme. Empezando por esa hierática policía, interpretada por una Mireille Enos que hace de su mirada y sus silencios toda una declaración de intenciones y una marca de fábrica.

El resto de personajes, dentro de un larguísimo y magnífico reparto coral, también están muy bien trazados, empezando por el compañero novato de la protagonista, con la que mantiene diálogos como éste, que empieza él, justificando el porqué ha cambiado narcóticos por homicidios:

– Al menos existe un malo

– ¿Sí? ¿Cuál es? – le responde con lucidez la curtida inspectora que está a punto de dejar su trabajo.

Hay políticos idealistas en campaña electoral, con todo su séquito detrás. Están los destrozados padres de la chica desaparecida y sus compañeros (y profesores) del instituto. Y los jefes de los polis. Y sus compañeros.

Y está Washington, el inhóspito estado en que nació el grunge, obligatoriamente oscuro y guitarrero.

Y está, o va a estar muy pronto, en AXN, la serie danesa “Forbrydelsen”, de la que “The killing” es un remake. Una serie que cuenta, en 20 episodios, cada uno de los días de la investigación del asesinato de una chica, en Copenhague.

En pocas palabras: que hay que ver “The killing”. Y habrá que ver su hermana mayor europea. O sea que la rentrée, televisivamente hablando, ha empezado fuerte. Que el lunes vuelve ese puro cachondeo surrealista llamado “True blood”.

Jesús, católicamente on line Lens