Cines del Sur & Etnosur: África en Andalucía

Si compráis la revista Garnata, no encontraréis este reportaje. Por una sencilla cuestión de espacio-temporal: para cuando ha salido la revista, ya hacía demasiado tiempo que el Festival terminó y, por tanto, el reportaje estaba desfasado.

¡Qué complicado, el mundo de la edición! Mantener el equilibrio entre la actualidad, los plazos que nos devoran, el interés del lector y el número de páginas… ¡heroico, lo que consiguen los amigos de Garnata, en estos tiempos de estrecheces y restricciones!

Pero como la maquetación del reportaje había salido tan bien, no hemos querido echarla al olvido así que, como separata virtual de la revista, como si fuera una de las tomas falsas de un programa de televisión o parte del making off de una película, aquí lo lleváis: Cines del Sur o la visibilidad del Cine invisible.

Veréis que aparecen dos fotogramas de una película emocionante: “Mamá África”.

Quiere la casualidad -¿o no?- que este fin de semana se celebre en Alcalá la Real ese maravilloso e imprescindible Etnosur. Hace tiempo que no voy, que siempre me ha coincido con Semana Negra. Como la cita asturiana, este año, es más tarde, la Tropa Musiquero-Viajera hemos organizado un micro on the road con estancia en Alcalá la Real para disfrutar de un Festival que este año, además, es temático: Especial África.

Además de volver a ver a Femi Kuti, disfrutaremos, por supuesto, del merecido homenaje a Miriam Makeba, la entrañable Mamá África.

Creo que, esta vez, me llevaré tecnología portátil e iremos contando, en vivo y en (casi) directo.

Jesús making off Lens

 

PD.- Atención a dos excelentes artículos de Opinión de El País. Uno de Antoni Domenech y Daniel Raventós y otro de Sami Nair, sobre la izquierda, su desorientación y su ¿futuro? Dan mucho que pensar, creedme. Y aún con todo, tenéis que comprar Garnata. Porque sí estamos, con un reportaje de cine. Y que está basado en esta imagen…

¡En defensa, no se descansa!

Jose, nuestro querido entrenador de baloncesto, una vez se inventó uno de esos gritos de guerra que nos gustaba soltar en los lugares y momentos más (in)apropiados:

– ¡¡¡ En defensa, no se descansa!!!

Hace unas semanas, os acordaréis, nos desayunábamos con una noticia que era un puro disparate: la Semana Negra de Gijón corría peligro. Escribíamos de ello, claro. Y encontramos una impresionante catarata de adhesiones, tanto de los propios amigos de la Semana como de otras personas que, sin haberla pisado, vivido o experimentado, sentían que aquello no podía ser.

A través de Facebook, llamadas de teléfono o mails; a través de la participación activa en foros y espacios virtuales de debate y discusión, un nutrido comando de intervención inmediata se movilizó en defensa de Semana Negra y de su concepción lúdica, alegre, exigente y desenfadada de la cultura.

Aún cuando se llegó al acuerdo de celebrar la edición de este año del Festival Cultural más populoso y visitado de Europa, los defensores de Semana Negra hemos seguido trabajando, codo con codo, en defensa del modelo. Del único modelo posible.

Bien sabemos que, una vez terminado el mes de julio y parafraseando el lema de “Juego de Tronos”, se acerca el invierno. Y que los ataques a Semana Negra seguirán, volverán y se recrudecerán.

Por eso, ahora que nos acercamos alegre y festivamente a la celebración de una nueva edición de nuestra querida, admirada, esperada y reverenciada Semana Negra, quiénes la queremos, la amamos y la sentimos nuestra, tal y como es, tenemos que recordarlo,

¡¡¡¡ En defensa, no se descansa!!!

I love Semana Negra

Y si el Dios de la Muerte nos mira, la única respuesta posible es:

– Hoy no.

Semana Negra vive…

Jesús semanero convicto y confeso Lens

PD.- ¿Qué pateábamos hace un año, tal día como hoy? Un microdiáloco 😉

¿Quién teme a la Semana Negra (feroz)?

Me he quedado impresionado. La Universidad de Oviedo ha pedido, judicialmente, medidas cautelares para evitar que, en el marco de Semana Negra, se celebren en sus instalaciones otras actividades diferentes a las puramente culturales.

A estas alturas, no tengo que explicaros lo que es Semana Negra. Llevo creo que 8 o 9 años contando lo que pasa en el Festival Multicultural más populoso de Europa, en el que lo mismo hay presentaciones de libros y tertulias librescas que exposiciones de fotoperiodismo, recitales de poesía, talleres de creación literaria, entregas de premios, consumo de cerveza, bocadillos de calamares, pinchitos morunos y conciertos de música.

¿Quién le pone el límite a lo que es y no es cultura? No sé. Para mí, tomar una cerveza mientras hablo con Petros Markaris sobre el rumbo de Europa, es bastante ilustrativo. Y compartir un costillar a la brasa con un escritor argentino, hablando del peronismo, Menotti, las Malvinas, la Patagonia, de sus novelas y de los emergentes cuentistas sudamericanos, resulta muy enriquecedor.

Ahora, sin embargo, parece que todo eso es subversivo, peligroso y desaconsejable.

¡Peligroooooooooooooo!

Al menos, para las autoridades académicas de Oviedo.

Se me hace extraño ser un potencial delincuente por compartir unos pepitos de lomo con amigos escritores, lectores, fotógrafos, dibujantes o aficionados a los soldaditos de plomo. Siempre he recomendado a mis amigos el ir a Semana Negra. Allí nunca había barreras entre los creadores y los consumidores de cultura. De hecho, de allí han surgido proyectos que nos han convertido, a los lectores y aficionados, en ilusionados y voluntariosos creadores. Además de dejarnos la pasta en los bares, claro.

Ahora, el modelo está en entredicho y Semana Negra corre el riesgo de desaparecer.

Ojalá que no. Porque el modelo debe seguir siendo el que es. Una Semana Negra sin olor a fritanga y a carne asada, una Semana Negra sin decenas de librerías compartiendo espacio con puestos de venta de camisetas, pósters o tallas africanas, discos, collares y pulseras… ¡no sería la Semana Negra!

Será que soy Géminis, pero siempre me ha gustado tener un libro en una mano y una birra en la otra. Son extremos que se complementan bien. Y yo no sería el mismo, para lo bueno y para lo malo, sin haber leído tantas revistas, periódicos y libros en la barra de los bares, en las mesas de los cafés, en las terrazas de los garitos más variopintos.

Lens, maleante y comilón, terrorista cultural

Lo sé. Puede dar hasta grima escuchar eso de “fiesta de la cultura” o “celebración de la palabra”. Puede sonar a falso, a impostado, a frase hecha y a populismo barato. Sólo que, si vas a Semana Negra, te darás cuenta no sólo de que dicho mestizaje es posible, sino también reivindicable, necesario e imprescindible.

Digámoslo alto y claro: ¡QUEREMOS LA SEMANA NEGRA!

Y la queremos en su integridad. La queremos como siempre: en vaqueros, con camiseta, despeinados, con ojeras y con los zapatos manchados de polvo y arena. La queremos con sus manchas de grasa y con el run rún de la feria, al que siempre termina sobreponiéndose la potente voz de los juglares, trovadores y poetas, en esas noches de poesía cuya magia no podemos permitir que se pierda, como lágrimas entre las gotas de la lluvia…

Paco Jurado, Petros Markaris y Jesús Lens. Con un café. ¿Cultura o katxondeo?

Jesús Forever Semanero Lens.