Alma Salvaje

Vaya por delante que una película sobre una persona que se lía la manta a la cabeza y se va a recorrer un camino de más de 1.000 kilómetros, sola y a pie; a mí, personalmente, ya me tiene absolutamente predispuesto. A su favor y para lo mejor, por supuesto.

Alma salvaje poster

Yo, que me tengo por viajero, que fui montañero y que sigo adorando el contacto con la naturaleza, buscando ahora los espacios abiertos, las lomas y las crestas para correr; que tengo escritos varios elogios al Viaje a Pie y que dediqué un libro a las películas que narran largos y epopéyicos periplos; en cuanto vi que se estrenaba “Alma salvaje”, fui corriendo al cine.

Y la historia interpretada por Reese Witherspoon no me decepcionó. Al menos, no en todo lo referido al viaje propiamente dicho.

Pero antes de hablar del argumento, comentemos la sorpresa que nos deparan los títulos de crédito, más allá de la (merecida) nominación al Óscar para una actriz que llevaba demasiado tiempo encasillada en papeles intrascendentes.

Alma salvaje

En primer lugar, el guionista, Nick Hornby, uno de los autores británicos más interesantes de los últimos años y…

¿Te apetece seguir leyendo? Pues date un salto a mi espacio Lensanity. Además, echa un ojo a la programación que Cinema 2000 va a presentar dentro del Retroback.

¿Nos vemos… en el cine?

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Lo que haya que hacer

Hoy, en IDEAL, publicamos una columna sobre cine, pero que va más allá del cine, claro. Hablando de la programación de Retroback, aPostamos por el cine de vampiros y por Drácula; claro que sí. Pero también reivindicamos a los zombis y a los héroes crepusculares del cine de Peckinpah (recordemos el homenaje que rendimos a Borgnine en la pasa Semana Negra en este «Va por ti, Ernest»). A ver qué os parecen estas ideas:

¡Qué fantástica idea, que sea el Conde Drácula el protagonista de la próxima edición de Retroback, el Festival de Cine Clásico de Granada! Pocas veces, un mito ha estado tan de actualidad. Drácula, el chupador de sangre que vampiriza a sus víctimas y les extrae su fuerza vital para poder seguir siendo inmortal. Drácula, seductor, atractivo, frío, sanguinario y carente de cualquier escrúpulo ético, moral o filosófico.

¡Chupasangres sorbeenergía!

Cuenta la leyenda que, poco antes del Crack del 29, Nelson Rockefeller había ido a que le sacaran brillo a sus lustrosos botines. El limpiabotas que le atendía no quiso dejar pasar la oportunidad y le recomendó al potentado que invirtiera en un determinado valor bursátil, dado que le habían dado un chivatazo y él mismo había invertido todo su capital en dicha compañía. Sigue contando la leyenda que, en aquel momento, Rockefeller deshizo sus posiciones y liquidó toda su inversión en Bolsa, salvándose de la debacle: si hasta los limpiabotas especulaban es que aquello estaba a punto de estallar.

Cuando Hollywood vuelve su mirada sobre Drácula y los vampiros… malo. No hay analista ni oráculo capaz de hacer mejores vaticinios que los de la industria norteamericana del cine: si los vampiros empiezan a ponerse de moda es que se está fraguando una crisis. Y para poder atisbar su profundidad y duración habrá que estar atentos a otra sintomatología audiovisual: si los zombis aparecen en escena es que la cosa va a ser especialmente grave.

El paisaje después de la batalla

Las historias de vampiros ponen el acento en el chupasangres, en el malo, en el causante de la enfermedad. Las de zombis; en sus víctimas, en esos pobres seres desharrapados que, carentes de voluntad o raciocinio, vagan por el mundo en manada, buscando algún bocado de carne putrefacta que llevarse a la boca. No sé si Retroback tiene pensado incluir en su programación películas de muertos vivientes, pero debería. El zombi es la otra cara de la moneda vampírica, su inexistente e imposible reflejo en el espejo. El zombi es la excrecencia, el resultado nauseabundo, la obra fallida, el producto malogrado de ese vampiro habitualmente mundano, fino y sofisticado.

Pero Retroback, en otra acertadísima decisión, también proyectará las películas de ese genio salvaje y desbocado, Sam Peckinpah, cuyos héroes crepusculares sí que son un modelo a seguir e imitar. Personajes que, contra toda lógica, siempre siguen adelante. Tipos duros a los que ninguna realidad, por áspera que sea, les desvía de su camino. Pistoleros a quienes les crujen los huesos cada vez que montan sus caballos, pero que jamás cejan en su empeño. Sujetos que tienen lo que hay que tener para hacer, siempre, lo que hay que hacer.

Ellos son nuestra luz

Viejos curtidos en mil batallas que no renunciarán a volver a empuñar un revólver, por última vez, para defender una causa que crean justa. Aunque les vaya la vida en ello.

Jesús Lens

Los 27 aPostados anteriores, desde aquí.

¿Y el 28 de agosto de 2008,2009,2010 y 2011?

Cine & Agua

Es curioso que, habiendo dedicado un libro al cine y los bares, los cafés y los clubes; ahora me haya surgido la oportunidad de participar, en Retroback, el Festival de Cine Clásico de Granada, en un más que prometedor y estimulante coloquio sobre cine y agua, probablemente la bebida más improbable en esos garitos a los que nos hemos consagrado últimamente. Y, ¡atentos a la programación del ciclo! Fantástica.

Entresaco de la reseña del Granada Hoy:

La Fundación AguaGranada ha organizado un coloquio en torno a Cine y agua que se celebrará el 24 de febrero y en el que se debatirá acerca de lo próximas que han estado desde hace años estas dos realidades. Moderado por Esteban de las Heras, director gerente de la Fundación, el coloquio se celebrará en el Hotel NH Victoria y reunirá a Juan de Dios Salas (director del CineClub Universitario), Ángeles Peñalver (periodista), Juan Torres (empresario del cine Madrigal) y Jesús Lens (director de comunicación de CajaGranada).

O sea que la semana que viene nos vemos por duplicado. El jueves 23, con Antonio Lozano. Y el sábado 24, con Retroback. Y atentos, que todavía no hemos terminado…

Jesús pródigo Lens

¿Y los 15 de febrero de 2008, 2009, 2010 y 2011? Pues eso.

BOGART: EL TIEMPO QUE NO PASA

Este reportaje lo publicamos el pasado sábado en IDEAL. Estuvo casi todo el día entre lo más leído de la edición digital del periódico. Y es Bogart sigue siendo Bogart. Todo lo que contamos en estas líneas (menos lo del alcalde) volverá a ocurrir miércoles y jueves, a las 23 horas, en el Aliatar. Y esta vez podrá entrar todo el que quiera, libremente. 

 

 

–         «Tócala Sam. Toca «El tiempo pasará».

 

Eso era exactamente lo que Ingrid Bergman le decía al pianista del Rick’s Café Americano en «Casablanca», antes de que Woody Allen popularizara el «Tócala otra vez, Sam» que anoche se podía escuchar, una y otra vez, en la sucursal granadina del café más famoso de la historia del cine.

 

Es difícil encontrar una mejor ubicación para el bar de Rick que el Aliatar, un antiguo cine cargado de historia que, convertido en uno de los locales de copas más reconocidos de Granada, ha sido transformado en trasunto del garito norteafricano gracias al buen hacer de Miguel Serrano, director de la compañía García Lorca. Para llegar al Rick’s Cafe, lo mejor es subir por la Carrera de la Virgen, engalanada con una glamourosa alfombra roja y festoneada con enormes carteles de las películas de Bogart. Además, en el Zaida hay una exposición en que se encuentra el verdadero piano que tocaba Sam y otros objetos auténticos de «Casablanca». De esta forma, uno sube las escaleras del Aliatar perfectamente metido en ambiente, dispuesto a disfrutar de un montaje que, a nada que uno le ponga un poquito de imaginación, le lleva a las ardientes noches de Casablanca.

 

En la velada inaugural, el alcalde de esta Granada/Casablanca fue recibido por el prefecto de policía, Renaud, en lo que parecía ser el principio de una hermosa amistad. Tras recorrer las mesas de juego y conversar con algunos de los jugadores que en ellas se apostaban toda su fortuna, el alcalde se acercó al piano de Sam, junto al que sentó cómodamente. Y con ello dio el pistoletazo de salida a una fiesta que comenzó con las inevitables palabras «you must remember this», entonadas con pasión por el solista de la banda Retroback, dando inicio a la canción «El tiempo pasará» y, con ella, a la segunda edición de un festival que, por unos días, nos invita a mirar al pasado con ilusión, nostalgia y cariño por un cine que ya no se hace.

 

En la enorme pantalla que el Aliatar ha mantenido intacta, en recuerdo de su pasado como una de las salas de cine más queridas de Granada, se proyectaba de forma ininterrumpida, obviamente, el clásico de Michael Curtiz, una «Casablanca» convertida en auténtico mito de la historia del cine. Una mitología que, más allá de la indudable calidad cinematográfica que atesora, tiene que ver con el carisma de sus protagonistas y, sobre todo, con las especiales circunstancias en que se filmó la película, en plena II Guerra Mundial, cuando los nazis eran una auténtica amenaza para la paz mundial y no sólo los malos de los guiones de las películas.

 

Los cientos de invitados en esta gala inaugural disfrutaron de una velada muy especial en que más de cuarenta figurantes ayudaron a hacernos soñar con Rick, Elsa, Renaud y los demás protagonistas de un filme inmemorial. Eso sí, una cierta confusión reinaba en la calle, en los aledaños de Puerta Real, dado que las informaciones publicadas estos días en los medios de comunicación daban a entender que el acceso a la fiesta era público y no estricta y escrupulosamente restringido.

 

Los camareros, tan serios como amables, servían las cervezas y los canapés ataviados con un turbante rojo y chaleco a juego. Además, por el bar circulaban figurantes que representaban a jugadores, croupiers, gángsteres, músicos, espías, policías… y oficiales de las SS. De hecho, cuando uno de éstos se te acercaba, su inequívoco parecido con el Coronel Strasser te provocaba ganas, si no de acribillarlo a balazos, sí al menos de cantarle la Marsellesa en plena cara, como de hecho terminó ocurriendo en uno de los momentos más emotivos de la noche. Y es que durante la hora y media que duró el espectáculo, lo mismo se sucedían persecuciones por parte de los gendarmes hacia sospechosos traficantes que una cantante se subía al escenario y deleitaba al respetable con una emotiva canción de época.

 

Además, la banda del local, rigurosamente vestida con un elegantísimo smoking blanco, amenizó la velada con su vivo jazz añejo, tocando antiguos estándares y animando la noche con la banda sonora de toda una vida cinéfila y nostálgica.

 

Con una inauguración tan especial como singular, Retroback nos conduce por el túnel del tiempo a un cine en blanco y negro, de buenos y malos, en que un tipo duro como Bogart siempre terminaba demostrando que tenía su corazoncito. Ojalá que en próximas ediciones del Festival haya iniciativas tan curiosas como ésta. Entre tanto, no duden en pasarse por el Aliatar y, con un poquito de imaginación, déjense envolver por esa atmósfera tan particular del cine clásico. Un cine que, como Bogart decía en «El halcón maltés», está hecho del material con que se fabrican los sueños.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

UNA DOBLE DE CINE

Hoy, en IDEAL, escribimos de cine. Y lo hacemos por partida doble. Por una parte, tenemos un reportaje (que también está en otros periódicos del grupo Vocento y que podéis leer, bien maquetado e ilustrado) sobre todo lo que rodea al fenómeno de «Avatar» y que hemos titulado «Volver a Pandora» y que podéis leer (y votar, comentar, recomendar, enviar, etcétera) AQUÍ.

 

Por otra parte, contamos cómo arrancó Retroback, con la fiesta en que el Aliatar se convirtió en el mítico Rick´s Café de Casablanca. En las mismas condiciones, AQUÍ está «Bogart: el tiempo que no pasa».

¡A ver qué os parecen sendos reportajes!

 

Jesús Lens.