Oscurantismo informativo

Hace un par de días tomaba café con un amigo que se declaró entre sorprendido e indignado por una noticia local… que lleva gestándose varios lustros. Como remate de su apasionada alocución, terminó con un encendido “habría que hacer algo”. Cuando me espetan la frase de marras seguida de puntos suspensivos y ojillos esquivos, sé positivamente lo que me están sugiriendo, por lo que suelo cambiar de tema. Más aún en un caso como éste, del que pensaba que a buenas horas mangas verdes.

Mi amigo, que por lo demás es una extraordinaria persona, hace tiempo que dejó de leer la prensa o de escuchar la radio, más allá de programas musicales y/o de bromillas simpáticas con las que empezar el día con supuesto optimismo. Mi amigo, como tanta otra gente, alimenta su ser informativo a través de las noticias compartidas en las redes sociales. Y ya.

Hace unos días, Facebook decidió mantener abiertas cuentas que difundían bulos electorales en España. Sin ningún rubor, la empresa señaló que no violan sus políticas. Se trataba de cuentas tan bochornosas y rudimentarias que han sido cerradas o abandonadas por sus propios promotores, frente a la impavidez del invento de Zuckerberg.

Antes de ayer, el guionista Aaron Sorkin, creador de ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’ y oscarizado guionista de la película ‘La red social’, obra maestra incontestable en la que se cuenta el nacimiento de Facebook; le escribía una carta a Zuckerberg que incluía el siguiente párrafo: “Tú y yo queremos que la libertad de expresión esté protegida para que nadie termine en la cárcel o sea asesinado por decir o escribir algo impopular, no para garantizar que el electorado estadounidense tenga acceso sin restricciones a mentiras”.

Se trataba de la respuesta a un controvertido discurso en la Universidad de Georgetown en la que el creador de Facebook amparaba la difusión de bulos bajo el paraguas de la libertad de expresión.

¡Qué pena, tanto progreso, tanta educación y tanto desarrollo tecnológico de última generación para terminar retrocediendo al oscurantismo informativo y al mito de la caverna más ignorantes y primitivos!

Jesús Lens

Las disculpas de Rosa

Lo ha hecho muy bien. Pero que lo haya tenido que hacer… manda huevos, que diría aquél. Y sobre este esperpéntico asunto hablo hoy en IDEAL.

Rosa, nuestra Rosa, la Rosa de España que siempre ha llevado a Granada por bandera, ha tenido que grabar un vídeo y distribuirlo por redes sociales para disculparse por unas palabras que dijo en el documental sobre la primera edición de Operación Triunfo y que, además de haber sido malinterpretadas, le han reportado reproches e insultos a través de Twitter.

Rosa propiedad de nadie

Entre otras muchas cosas, Rosa dijo que cuando vuelve a Granada, empieza a hablar mal y a comer más. A partir de ahí, el talibanismo más reaccionario de la Red, los guardianes de las esencias que no entienden nada ni se molestan en entender, han concluido que Rosa insultaba a Granada. Y, por extensión, a todos los granadinos. Y que renegaba de su patria chica. Y no sé cuántas necedades más. Y luego los insultos, por supuesto. Que no falten los insultos…

A ver. Que levante la mano el que no come más cuando vuelve a su casa. Que arroje el primer Twitt el que, reunido con su familia y sus amigos, tras mucho tiempo sin verse, no se pone púo de comer y de beber. ¿De verdad es necesario explicarlo? Peor aún: ¿de verdad tiene Rosa que pedir disculpas por decir que hace lo que hacemos todos?

Rosa López

Y está lo de hablar mal. Que nunca me olvido de cuando mis padres charlaban con la rama gallega de mi familia por teléfono, que no tardaban ni treinta segundos en adoptar un acento extraño y cantarín con curiosísimas inflexiones de voz que jamás les escuchábamos en otro contexto.

¿De verdad tiene Rosa que disculparse por decir que, cuando está en casa, adopta de nuevo un hablar más rajao y cerrao de lo habitual? Ella. Rosa. Ella misma en su misma mismedad. Ella, que reconoce que hablaba fatal y que no la entendía nadie. Ella, que se ha esforzado por mejorar su dicción al igual que ha trabajado duramente por cuidar su dieta y por hacerse más y mejor cantante y artista.

¿De verdad ha tenido Rosa que pedir disculpas porque una panda de mentecatos se ha sentido insultada por unas palabras que, cualquiera con dos dedos de frente, sabría entender y contextualizar?

Rosa ojos

Qué pena, la estulticia general a la que nos conduce el hooliganismo mental.

Jesús Lens

Twitter Lens

Experiencias gastronómicas

Tener un buen Community Manager es un privilegio. Tener a uno que sienta lo que cuenta. Que lo viva, lo disfrute y lo comparta. Que lo haga suyo.

¿Te acuerdas que, hace unas semanas, hablaba de estos propósitos Gastronómadas, para el 2014? Pues ha querido la suerte y la amistad que el año haya comenzado potente, por lo que a disfrutar de las mejores viandas se refiere. Y aunque pronto hablaré del incansable e incombustible Álvaro Arriaga, que nos agasajó hace unos días a base de bien en su increíble pecera, hoy quiero volver a ese Restaurante Damasqueros que no hace sino darnos alegrías.

 Damasqueros entrada

Cuando un buen amigo de Madrid, anterior compañero de andanzas profesionales, me dijo que venía a Granada, pero que solo disponía dos o tres horas libres a mediodía, decidí sorprender a su exigente y sibarita paladar en el local de Lola, uno de los referentes imprescindibles de la gastronomía granadina contemporánea.

Llegamos tarde. Pero los miércoles laborales son así. Salivamos al leer el menú de la semana y, ansiosos y expectantes, esperamos a que comenzara el espectáculo.

Porque una buena comida es todo un acontecimiento. Una experiencia. Colectiva. Total. Memorable.

 Damasqueros publicidad

Evidentemente, los platos son los grandes protagonistas de la función, pero los vinos, el ambiente, la cordialidad del personal de sala, la presentación, los colores, la cadencia del servicio, la información… todo eso tiene que estar cuidado con esmero y cariño para que una comida sea más, mucho más, que la mera ingesta de unos sabrosos alimentos bien cocinados.

Y la música, claro. La banda sonora. Un asunto para nada baladí.

Estábamos empezando la comida, poniéndonos al día de nuestras respectivas cuitas personales y profesionales, cuando empecé a escuchar el sonido de un bajo. No era un sonido cualquiera. Aquellos acordes eran de esos que forman parte de mi vida.

 Damasqueros plato

Y, de inmediato, la trompeta. El fraseo de Miles Davis, hablándonos al oído y susurrando su famoso “So what?”, que podríamos traducir a nuestro idioma como “¿Y qué?” o “¿Y qué pasa?”

Sí. Es cierto. Seguimos en crisis. Y las cosas ni son ni volverán a ser como antes. Pero… So what?

Pensé que aquello era casual, que alguien habría puesto algún recopilatorio de temas de jazz que abría con el clásico de Miles. Pero no. Porque el monumental y glorioso “A kind of blue” siguió sonando, completo, mientras nosotros hablábamos, reíamos, gesticulábamos… y comíamos.

Y es que… ¡qué comida, señores! ¡Qué privilegio! ¡Qué lujazo! No sería capaz de encontrar palabras, por ejemplo, para esa ensalada deconstruida con pescado, cuyo aroma te devuelve directamente al profundo azul del mar. O el bacalao, suave, suave. Y la carrillada…

 Damasqueros Lola Marín

¡Si es que solo los aperitivos ya son toda una explosión de sabor y ese licor final, con los pestiños, te deja el mejor sabor de boca posible!

Pero, claro, si a todo ello le unes que el mejor jazz no dejó de sonar ni un instante, la experiencia es mucho más intensa, el recuerdo es más profundo y el disfrute es mucho mayor.

Y, estarás pensando: ¿qué tiene que ver el Community Manager con todo esto? Pues que el responsable de Redes Sociales del Restaurante Damasqueros, que me sigue en Twitter, sabía que si era miércoles, tocaba jazz. Y tuvo la agilidad y el detallazo de pedir al personal de sala que pusieran semejante joya musical.

 Damasqueros Logo

¿Cómo no volver, recomendar y hablar maravillas de un negocio que tan claro lo tiene, a la hora de agasajar a un cliente de una forma tan sencilla, pero tan especial e inolvidable?

Ni que decir tiene que, cuando pueda y se dé nuevamente la ocasión, volveré a un restaurante que, además de referente gastronómico es referente en la gestión de redes orientada al cliente, al que trata como si fuera único.

¡Salud, compañeros! Y un millón de gracias por convertir una comida en una experiencia gastronómica total. Para seguirlos en Twitter: @RestDamasqueros

Jesús Lens

Firma Twitter

Cíberabulia

Hoy publicamos este artículo en IDEAL. No sé qué te parecerá, pero… ahí queda.

Es un clamor, la crítica unánime a la subida del IVA al cine, al teatro y otros espectáculos, que pasa al 21% a partir del 1 de septiembre. Personalmente me parece una barbaridad, una canallada y, efectivamente, una estocada profunda, un bajonazo indecente al mundo de la cultura. Así que me quejo, protesto y pataleo, claro que sí. Y lo hago, esencialmente, porque yo sigo siendo de los que van al cine, al teatro y a conciertos; de los pocos capullos que, en este país, compran no solo libros, revistas y tebeos sino ¡hasta discos y películas!

Lo que no entiendo es la queja de cientos de miles de personas, sobre todo internautas, que llevan sin pisar una sala de cine desde tiempos inmemoriales porque les resulta mucho más cómodo ver las películas a través de Internet, gratis total.

Es como lo que ocurrió hace meses, cuando cerró el diario Público. ¡Cómo ardían las Redes Sociales! Crespones negros virtuales, bytes llorosos, máxima indignación… ¡fantástica y colosal, aquella muestra de solidaridad internauta con los compañeros del recién fallecido periódico! Solo que, si en vez de llorar amargamente por su muerte desde el teclado del ordenador, un mínimo porcentaje de las plañideras cibernéticas hubieran comprado el periódico en el kiosco, de forma habitual, lo mismo aun seguiría en la calle.

Los sábados, IDEAL entrevista a personas señeras de diferentes ámbitos de nuestra sociedad sobre el presente y el futuro de la prensa en nuestro país. Recuerdo que una de ellas, después de defender la necesidad de contar con una prensa independiente, sólida, profesional y de mucha calidad; presumía de ser una de esas personas que leen el periódico del bar, aunque tenga que esperar su turno para hacerlo, gratis total.

Cada vez es más difícil estar realmente comprometido con una causa, aunque el compromiso consista tan solo en pagar un puñado de euros por aquello que nos gusta, por aquello en lo que creemos. Lo comentaba la profesora norteamericana Jojo Lucena en Semana Negra, cuando explicaba que los alumnos a los que da clase en una universidad de Filadelfia alucinan al conocer la historia de las Brigadas Internacionales y de la presencia de norteamericanos de apenas veinte años de edad entre los milicianos republicanos que defendieron la causa de la democracia española frente al levantamiento fascista.

Jóvenes que, como ellos, dejaban atrás sus estudios, a sus familias y amigos, y se iban a luchar por una causa que creían justa, con claro riesgo para sus vidas, en un país cuyo idioma ni siquiera hablaban. ¿Qué harían ahora esos jóvenes, de plantearse una situación semejante? Pues lo que hacemos todos: darle al botón de “Me gusta” en el Facebook y salir a tomarse una hamburguesa tranquilamente. Eso sí, con la conciencia tranquila por haber luchado como auténticos espartanos.

Jesús Lens

PD.- Hoy, proponemos unirse a esta iniciativa de IDEAL: relatos en los 140 caracteres que permite el Twitter. Yo ya he mandado alguno, que es un desafío muy atractivo. ¿Te apuntas?

Hoy, por ejemplo, tuiteábamos una pregunta: “¿No hay nadie porque está todo cerrado o está todo cerrado porque no hay nadie?” Que no es un relato, pero que da que hablar.

Sirva esta propuesta para escribir como aPostado, que crear es tanto o más necesario que disfrutar de las creaciones ajenas.

Veamos los aPostados anteriores.

Y veamos qué bloqueábamos anteriores 18 de agosto: 2008, 2009, 2010 y 2011.

LA ALQUIMIA DE LAS MULTITUDES

Estos libros es que hay que leerlos. Si queremos enterarnos de lo que pasa, claro. De lo que pasa en la calle, en nuestro trabajo y en nuestro entorno más cercano. Si no, si no queremos saber o nos importa bien poco hacia dónde va el mundo, libros como en de Francis Pisani y Domique Piotet están de más.

Hace unas semanas felicitábamos a la editorial Paidós por su activo y espoleador 65 cumpleaños. 65 años dando que pensar, discutir y debatir. Y títulos como “La alquimia de las multitudes” son un inmejorable ejemplo de cómo una editorial dedicada al pensamiento responde a los requerimientos de este complicado y exigente siglo XXI.

Porque la irrupción de Internet en nuestra vida lo ha cambiado todo. Y lo ha hecho a una velocidad vertiginosa. Y, sobre todo, lo sigue haciendo, todos y cada uno de nuestros días.

Por eso, y aunque nada más recibirlo estuve ojeando el libro, no ha sido hasta ahora que lo he leído con detenimiento. ¡Y cómo han cambiado las cosas, desde la fecha de su edición! Algo muy significativo dado que el original en inglés es de 2008 y la primera edición española, de 2009.

¿Habrían escrito lo mismo, entonces y ahora, Pisani y Piotet?

Esencialmente sí. Pero con matices. Es decir, imagino que un 95% sería igual, lo que acredita que ambos sabían bien de qué hablan, aunque haya un posible 5% que habrían podido cambiar, teniendo en cuenta cómo han ido las cosas, sobre todo en lo referente a las Redes Sociales.

Por ejemplo, Second Life se ha desvanecido como un terrón de azúcar en el café hirviendo mientras que, hace un par de años, el brutal éxito de Twitter o de Facebook era todavía imprevisible, aunque los autores ya les conferían suficiente importancia. Foursquare, sin embargo, todavía no existía. Y tampoco está claro que vaya a ser un bombazo.

Personalmente y además de la parte dedicada a Redes Sociales, lo que más me ha interesado es lo referente a la Comunicación y los cambios que se han producido en estos años. La Comunicación ya no puede ser como antaño. Una Comunicación unilateral y lineal basada en el emisor-mensaje-receptor está obsoleta. No sólo es que, más que nunca, el medio es el mensaje. Es que los papeles de emisor-receptor están muy cerca, casi tocándose.

Gracias a las redes sociales y a su imparable éxito, el boca oreja de toda la vida, pero tecnológicamente adaptado, ha cobrado una fuerza inusitada. Y si quieres que tu mensaje llegue y cale, has de convencer a cientos, miles de internautas de que el mismo es cierto y correcto para que se hagan eco del mismo y lo repliquen desde sus respectivas plataformas.

Por el contrario, la mentira, la media verdad, la publicidad engañosa, las noticias de pago… todo ello es cada vez más sospechoso. Y no digamos nada después del Wikileaks affaire, claro.

En pocas palabras: si quieres saber lo que pasa, lee “La alquimia de las multitudes”. Si pasas, pasa.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.