Granada es un western

Sí. Lo es. Un western. Granada. Literalmente hablando. No me refiero al cine, por una vez. No hablo metafóricamente ni barrunto la posibilidad de que las Badlands de Guadix vayan a acoger el rodaje de una nueva película del Oeste. Lo que digo es que Granada es un western en sí misma. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

¿Leyeron ustedes el IDEAL de ayer? Al periódico físico, me refiero. Al de papel. Que ya saben que una de mis máximas es que no es lo mismo saber lo que pasa que estar informados. Para saber lo que pasa, basta con picotear por Internet, pinchar algunos enlaces, aceptar unas cookies y dar a unos cuantos Me gusta en las redes sociales.

 

Estar informados es otra cosa. Implica leer. Pero leer de verdad. Y escuchar, más allá de oír. Y si ustedes leyeron ayer este periódico tendrán que convenir conmigo… en que Granada es un western.

 

Portada y páginas 2 y 3: “Desmantelada una potente multinacional granadina dedicada al narcotráfico”. Página 3: “La guerra contra los enganches ilegales y la marihuana, sin tregua”. Página 4: “Denuncian a dos menores por maltrato animal tras una pelea de gallos” y “Prisión para el atracador que intentó robar un bar del barrio de la Plaza de Toros”. Página 5: “Los doce niños que se amotinaron en el Ángel Ganivet e hirieron a dos policías se declaran culpables”.

Es necesario llegar a la página 7 para encontrar esos temas que ya nos suenan a conocidos: el retraso en el Metro, el caso Serrallo o la fusión hospitalaria.

 

Es importante leer el periódico y estar informados porque, de lo contrario, si solo picoteamos de las noticias que nos interesan, permanecemos ajenos a la realidad de lo que pasa en la calle. Y en la calle hay hachís y marihuana como para parar un tranvía, gallos de pelea tuertos, sin cresta ni espolones, después de enfrentarlos en peleas ilegales; motines en centros de acogida y atracos a mano armada, felizmente frustrado en el caso que nos ocupa.

Todo eso es, también, la realidad de Granada. Y como bien escribía Alejandro Pedregosa en su columna del pasado sábado, está directamente relacionado con los paupérrimos índices de riqueza y empleo de la provincia de Granada, con sus bajos niveles de industrialización y tecnificación y con las proverbiales carencias mil y una veces denunciadas, pero jamás corregidas.

 

Jesús Lens