Clara Luna en el Magic

Hablábamos ayer de esos músicos que vienen al Magic, de la mano de Ool Ya Koo, y poníamos énfasis en el disco más reciente de José Carra, que estará al piano, acompañando a Clara Luna. Y la pregunta es: ¿quién es Clara Luna?

Clara Luna nació en Barcelona el año 1980, mostrando desde muy pequeña unas indudables dotes musicales que le llevaron a formarse como pianista en el Conservatorio, pero antes incluso de acabar sus estudios de piano clásico, decidió ampliar su formación y su pasión musical, acercándose al jazz y a la música moderna, a través de su voz, para lo que ingresó en el Taller de Musics de Barcelona.

 Clara luna jazz

En el 2005, Clara forma su primer grupo con otros compañeros del Taller, Lunar Project, donde empieza a componer temas originales suyos y quedan finalistas del concurso de Jazz Sala Montjuïc, hecho que hace que New Mood Jazz se interesa por grabar su primer cd “Lunar Project, Supernova” (New Mood Jazz, 2007). Clara lidera este proyecto durante más de tres años, dándose a conocer dentro del circuito de jazz, actuando en ciclos y festivales como el Festival Internacional de Jazz Heineken de Canarias, y reciben el Premio Enderrock a la Mejor Propuesta del año 2007.

Entra en contacto con el color y el calor de la música brasileña y, en 2009, Clara se instala durante un tiempo en Nueva York, donde sigue formándose y estudiando. Cuando vuelve a Barcelona, graba su segundo cd en compañía de Xavi Maureta y crean el espectáculo “Coleing Porter”, como tributo a la música de este gran compositor, haciendo arreglos donde deciden experimentar con instrumentos que no son exactamente jazzsísticos – como la sierra, que en el disco toca Pepino Pascual-, y buscan nuevos colores y texturas para una música que fue creada para los musicales de Broadway, pero que “como toda la música, si se trata con respeto y cariño, puede llegar a traspasar las leyes del espacio y el tiempo y sentirse de cualquier lado”.

 Clara luna foto

Tras grabar su tercer CD, “Moments” y después de diez años de vida entregada a la música, la artista se embarca en un nuevo proyecto, el más personal hasta el momento, donde de despoja de todo para enseñar quién es y qué piensa Clara Luna, cómo siente y cómo se emociona, cómo juega y deja que la música pase por dentro suyo y salga en forma de composiciones originales y algunas versiones de temas que han sido claves en algún momento de su vida. Y no deja de trabajar en nuevos proyectos que miran cada vez más hacia dentro, en una búsqueda de una esencia propia que la cantante se exige cada vez más.

“El jazz ha sido mi vehículo de expresión hasta ahora, como antes lo había sido el piano clásico. Son maneras de darle forma a mis necesidades artísticas. Pero en realidad, da igual como se llame mi música estéticamente. Me gusta descubrir. Mi manera de entender la vida es a través de la música y es lo mejor que puedo ofrecer”.

 Clara luna

Clara Luna se presenta, en directo, junto a su nueva banda, compuesta por músicos catalanes y andaluces, con José Carra al piano; Enrique Oliver al saxo; Bori Albero al contrabajo y Xavi Maureta a la batería; con quienes actuará el miércoles en el Magic Club, presentando en directo su nuevo proyecto musical.

Sobre Ool Ya Koo y el Club Magic

La Asociación Ool Ya Koo tiene como objetivo el promover la divulgación, conocimiento y disfrute de la música de jazz -y otros géneros musicales afines- entre los ciudadanos así como potenciar la música de jazz en directo. Además, Ool Ya Koo quiere cultivar la unión y el intercambio de ideas entre aficionados, músicos y asociaciones afines, estableciendo vínculos y favoreciendo la realización de actividades conjuntas y fomentando la creación de nuevos aficionados entre la infancia y la juventud.

El Club Magic, en los bajos de la Plaza de Toros, se ha convertido en el templo por excelencia del jazz en vivo en Granada, albergando la programación semanal de conciertos de la Asociación Ool Ya Koo y colaborando con el Festival de Jazz de la ciudad, además de ofrecer música variada y adaptada a todo tipo de público a lo largo de la semana y los fines de semana.

En palabras de Juan Carlos Cifuentes, Cifu, mítico director del programa “Jazz entre Amigos”, el Club Magic hace honor a su nombre: hay magia en el ambiente.

Jesús Lens

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El jazz del Club Magic

A lo largo de estos meses, además de ir puntualmente a los conciertos que, a través de Ool Ya Koo, organizamos en el Magic, mi Cuate Pepe y yo solemos comprar los discos de los grupos y los artistas que actúan, cada miércoles.

 Magic Logo

Estos días estoy aprovechando para escucharlos, alternándolos.

El “King of Groove”, por ejemplo, de la cálida y festiva Engranje Brass Band, es un soplo de aire cálido, para las gélidas noches de este invierno, cuyos rigores ya estamos sintiendo.

También le estoy dando duro al complejo “Largo camino” de Javier Denis, saxofonista malagueño que arranca el disco con un prodigioso “Algo más” y que luego se adentra en temas más clásicos, con los que me cuesta conectar. Asignatura pendiente. Deberes: hay que perseverar.

Pero lo que me tiene hechizado y loco perdido es el “Ewig” del trío de José Carra, con Dee Jay Foster y Ramón Prats. Sobre todo el primer tema del disco, el que da título al álbum. “Ewig”. ¡Si no lo he pinchado cincuenta veces, no lo he pinchado ninguna!

 Magic Carra

“Pájaros perdidos”, “Autumm tales” y “Ad astra per aspera” también son suyos; entremezclados con composiciones de otros músicos que el pianista malagueño se lleva a su terreno. Pero, con diferencia, sus propios temas, los compuestos por él, son los mejores.

¡Música para elevar el espíritu! Los “Pájaros perdidos” tiene una de esas cadencias que hacen que te cuestiones si el pianista tiene solo dos manos. O cuatro. Por lo menos. Un in crescendo dentro de un bucle que, felizmente, no se termina nunca. Los “Cuentos de Otoño”, son más evocadores. Más tranquilos. Más sosegados. Con idéntica sensibilidad.

Pero volvamos a “Ewig”. Porque darle al play a un disco y empezar escuchando esos acordes es ya toda una declaración de principios. Sé que las comparaciones son odiosas, pero me recuerda a Vijay Iyer. Mucho. Y al trío de Avishai Cohen. No porque los imite, sino por las sensaciones que me provoca. Las sacudidas que pega al oírlo.

¿Qué es “Ewig”? Si hacemos caso a los traductores del Google, vendría del alemán y significaría “Eterno”.

El nombre de la canción y del disco, la música de Carra, junto a una exquisita portada minimalista, nos ha regalado un disco sensacional y maravilloso. Un disco cuya música es, efectivamente, eterna.

 Magic Clara

José Carra volverá a estar en el Magic, este miércoles 18 de diciembre, acompañando a la cantante Clara Luna. Ahí lo dejo…

Y del disco del pianista gaditano Juan Galiardo hablamos pronto…

Jesús Lens

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Miércoles de Jazz

¡Por fin! ¡Vuelven los miércoles de Jazz al Magic! Tras el glorioso verano que hemos podido disfrutar gracias al programa que montamos entre CajaGRANADA y la Asociación Ool Ya Koo, otro de los signos inequívocos de que se acerca el invierno es que el jazz regresa al Magic, ese extraordinario garito en los bajos de la Plaza de Toros.

¡Y no veas cómo empieza!

Magic Ool ya koo

Si quieres saber más de Aurignac, mira lo que escribí hace unas semanas. Y unos meses. La duda: ¿habrá en el Magic un ambiente parecido al del Fusión de Concha y Paco? La respuesta, el miércoles.

Cuando todo vaya mal, recuerda: ¡Menos mal que nos queda Aurignac! Tic-Tac. Tic-Tac…

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

Arturo Cid, al cante

Hace unos meses ya, estuvo Luis Regidor en el Club Magic, de la mano de nuestra Asociación de Jazz de Granada, la Ool Ya Koo, tal y como señalamos en este enlace, que incluye vídeo con uno de los temas que cantó. Hubo un momento en que Luis dejó paso a uno de los miembros de la Asociación, Arturo Cid, que se descolgó con esta maravilla.

Este próximo jueves, en la Plaza de las Culturas del Museo CajaGRANADA, volvemos a traer a un artista polifacético que, más allá de su superdotación musical, tiene una amplitud de miras absolutamente desbordante. En esta ocasión, el Arturo Cid Swingtet nos conducirá a la Nueva Orleans de principios del siglo XX, en un viaje musical a las raíces más prístinas del jazz. Porque saber de dónde venimos nos ayuda a comprender dónde estamos y nos facilita el averiguar hacia dónde nos queremos dirigir.

El jazz es una de las músicas más mutables y cambiantes de la historia; una de las que más ha evolucionado y que más distintas y diferentes escuelas tiene. Pero el jazz nació en Nueva Orleans. En un lugar llamado Congo Square, como tuve ocasión de descubrir mientras escribía mi último libro «Cineasta Blanco, Corazón Negro», en el que la música, la música negra, tiene tanta importancia…

Yo que tú no me perdería la actuación del Arturo Cid Swingtet. Es posible que pienses que tienes cosas más interesantes o importantes que hacer.

¡Mentira!

Este jueves noche, en Granada, no hay nada más importante ni interesante que disfrutar de un viaje en el tiempo y en el espacio a una ciudad, a un universo sonoro tan excitante como cálido y ardiente.

¿Te vienes?

¡El comandante Cid y la tripulación de su Swingtet te dan la bienvenida a este vertiginoso y atractivo vuelo!

En Twitter nos podemos seguir (pero será más aburrido 😉 @Jesus_Lens

Un trabajo sencillo

Debía ser un trabajo sencillo, limpio y discreto. Y, sin embargo, le costó.

El objetivo no hacía más que cambiar de rutinas. ¡Y mira que le habían dicho que no! Le aseguraron que era animal de costumbres y que, además, subía al Twitter y Facebook todo lo que hacía. –“Hasta cuando va a mear” -le aseguraron.

Como el fulano no parecía ser muy selectivo a la hora de admitir contactos en Redes Sociales, antes de empezar a observarlo en persona, lo siguió en el Twitter, para empezar a conocer su vida. ¡Hasta amigos del Facebook, se hicieron, sin la mayor dificultad!

Y sí. Era verdad que siempre salía de casa a primera hora de la mañana, para ir al trabajo. Pero unos días iba por un camino y otros, por el contrario. Sin patrón alguno. Al menos, sin patrón predecible: asomaba por el portal y, a veces seguía recto por la Avenida, a veces trochaba por las callejuelas del barrio, aunque diera más vuelta y, en ocasiones, hasta le recogían en coche.

Lo de la salida del trabajo era otro cantar: no había hora fija. Y, encima, su oficina estaba en uno de esos edificios blindados, vigilados y protegidos. Que no es que él no hubiera podido burlar todas esas medidas de seguridad, de habérselo propuesto. Pero no quería hacerlo. Ni era eso lo que se esperaba de él.

Recuerda: un trabajo sencillo, limpio y discreto.

Cuando empezó a seguirle, ya en persona, a punto estuvo de estrangularle tres o cuatro veces. Pero por cabreo, ira y frustración. Se había confiado tanto, viendo lo concreto y detallado de su vida virtual, que le desconcertó su manera de actuar y conducirse por el mundo.

Cuando escribía en el Twitter que iba al cine, resulta que ya había salido de la película. Y si ponía en el Facebook una foto de una Cerveza Alhambra, algo por lo que sentía predilección, la imagen podía ser perfectamente antigua y de tiempo atrás, que el tío tenía un álbum inagotable de fotos del birras, en los lugares y las compañías más insospechadas. ¡Hasta enfermiza podría parecer la costumbre de marras, si no fuera porque esa cerveza estaba, de verdad, endemoniadamente buena!

Anunció un fin de semana que se iba a las Alpujarras y apareció por Salobreña, cambiando las morcillas por el taco de atún de El Trasmallo. Proclama un día a los cuatro vientos que se queda en casa leyendo y se le ve por Servilla, en la exposición de Ai Weiwei. O dice que va a jugar al baloncesto y se embarra en el Alegría.

Y sin embargo, fue en el propio Facebook donde encontró su particular talón de Aquiles. Con su afición a correr. El muy payaso se ponía un reloj de esos que conecta con satélite y que detalla cada metro de su recorrido, grabándolo. Y, claro, como ocurre con todos esos corredores mediocres y de pacotilla; apenas acababa su entrenamiento, lo proclamaba a los cuatro vientos, contándoselo al mundo entero. ¡Como si a nadie le importara un carajo!

Pero él estaba contento. ¡Por fin lo había pillado! Porque buena parte del camino que hacía, era por un bosque solitario. Sobre todo, a mediodía, que era cuando el muy tarado solía trotar, aun en lo más crudo de la canícula veraniega.

Pero el muy cabrón, de repente, ¡empezó a cambiar sus rutas! Como si hubiera sospechado algo, en vez de seguir haciendo sus diez kilómetros por la margen derecha del río Genil, le dio por subir a la Alhambra unos días, tirando por el camino del Cementerio (ahí le quería ver); y otros, bajaba hacia la Puleva para volver a su casa por el Carril Bici. Impredecible. Lo mismo hacía 11 kilómetros a ritmo vivo que se le iba la pinza y se metía 20, entre pecho y espalda, al trote cochinero. El muy gilipollas había empezado a entrenar para una Maratón y tenía que cambiar las rutinas. ¡Malditos enfermos!

Y él, desde luego, no estaba ya para esos trotes, para tratar de seguirlo en sus correrías y despeñarlo por algún balate, una tarde cualquiera.

Fue un miércoles de madrugada, sin embargo, cuando su Cuate se alarmó al ver que cabeceaba en el coche, al llevarlo a su casa. ¡Él, que raramente se dormía cuando iba de copiloto!

– ¿Qué te pasa, tonto pollas? ¡Despierta, coño, que no tardamos ni tres minutos en llegar!

Pero la espumilla blanca que le caía por la comisura de los labios y los ojos abiertos como platos, la mirada perdida en ningún sitio, llevaron a Pepe a la conclusión de que no. De que ya no habría más Embarrados en el Brasilia con su Cuate. Ni más miércoles de jazz, en el Magic, la única, inalterable e inmutable costumbre que Jesús tenía y de la que no se había desprendido desde que, en 2012, se hiciera miembro de la asociación cultural Ool Ya Koo Jazz Granada.

Al menos, no me seguirá ganando en la Fantasy de la NBA Plus – fue lo último que pensó…

¿Me sigues en Twitter? @jesus_lens

A ver, los 15 de febrero de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012.