La Bolsa o la Vida

Y cuando la Bolsa estornudó, todos los doctores, sabios y gurús invitados a la sala de mando emitieron su unánime veredicto: elecciones anticipadas. Y pusieron la máquina a trabajar, a pleno rendimiento.

La Bolsa y la Prima -de riesgo- son los únicos medidores válidos para la oligarquía económica de este país. Por tanto, solo las variables que amenacen su sacrosanta estabilidad han de ser tenidas en cuenta a la hora de tomar decisiones.

¿Afectan a la Bolsa las protestas de los pensionistas, indignados por su continua pérdida de poder adquisitivo? ¿Le genera a la Prima una mínima inquietud la desigualdad rampante provocada por la crisis? ¿Se ven afectadas por el indignante y sonrojante paro entre los menores de 30 años? ¿Y entre los mayores de 50?

No. Y como la Bolsa y la Prima no sufren por su culpa, los toleramos como mal endémico, como efectos colaterales de la crisis. De hecho, los recortes, la austeridad y los bajos salarios son buenos para las grandes corporaciones… a corto y medio plazo.

La vida de la gente corriente no importa. La Bolsa, sí. Fijémonos, por ejemplo, en la siguiente estadística de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y del Banco de España: uno de cada cinco hogares apenas tiene dinero para un mes… o menos. O, lo que es lo mismo: un 22% de las familias españolas está en situación de vulnerabilidad financiera. Datos de la CNMV y del BdE, ojo, no de ONG, Fundaciones o Asociaciones sospechosas de rojazas. ¿Afectó dicha estadística a la Bolsa? ¡En absoluto!

Pero es que, yendo más lejos, la indignante constatación judicial de que el partido en el gobierno ha promovido la corrupción como vía para su financiación, tampoco afectó particularmente al Mercado Continuo. Fue necesaria la interposición de la moción de censura por parte del PSOE para que saltaran todas las alarmas.

Y entonces llegó el mantra: elecciones anticipadas. ¡Sin siquiera exigir la inmediata dimisión de Rajoy! Elecciones anticipadas, vayamos a que Pedro Sánchez sea capaz de hacer política, negocie y acabe en la Moncloa, apoyado por Unidos Podemos y esos denostados nacionalistas que, cuando votan a favor de los presupuestos generales, lo hacen por “responsabilidad”. ¡Y también un huevo duro!

¡Maldito parné!

A veces, las furibundas reacciones los Unos deberían bastarnos a los Otros para saber qué es lo mejor para nosotros.

Jesús Lens

Suspensos y repetidores

Ea. Es oficial. El 26-J, nuevas elecciones generales. Para nada ha servido el último escorzo de Compromís, que no parecía tanto una opción válida de formar gobierno cuanto una dosis de munición extra para el depósito de Y-tú-más de Narciso Iglesias.

Suspenden Día de la Marmota

El Día de la Marmota. Efectivamente. Lo que va del 20-D al 26-J está siendo una inaudita y bastante insoportable dosis de postureo, inoperancia y, por mucho que el Rey pida lo contrario, cansinismo. Porque ellos han suspendido, pero nos toca repetir a nosotros.

Así las cosas, ¿qué se inventarán en El Hormiguero para poner a prueba la capacidad de hacer el ridículo de los cabeza de lista de los principales partidos? Porque lo del baile, excepción hecha de Iceta, ya cansa.

Suspenden hormiguero Sánchez

En realidad, solo de pensar en otra campaña electoral, agota. Y en la precampaña, más todavía. ¿Habrá Primarias? En los partidos que las celebran, quiero decir. ¿Repetirán los mismos candidatos? Mariano, Pedro, Pablo, Albert, Alberto… ¿qué de nuevo nos van a contar esos viejos amigos que no hayamos escuchado ya, hasta la saciedad, en estos meses? Solo la reaparición de la Niña de Rajoy, ya talludita y con las maletas hechas para emigrar a Alemania, podría animar el cotarro.

Suspenden Hormiguero

Pero la cosa pinta peor aún en provincias. Nos lo preguntábamos hace unas semanas. ¿A qué han dedicado estos meses Carlos Rojas, Elvira Ramón y Ana Terrón? Al ubicuo Luis Salvador lo tenemos más visto, pero ¿y los otros? ¿También repiten? Y, en ese caso, ¿de qué nos van a hablar? ¿Qué nos van a contar? Y los periodistas, ¿cómo van a hacer otra vez sus perfiles, sin repetirse?

Ellos, los políticos a los que habíamos elegido para formar gobierno, han suspendido, incapaces de ponerse mínimamente de acuerdo. Pero los repetidores somos todos. Otra vez a repasar los apuntes. Otra vez a recordar  viejos y obsoletos programas que no se cree nadie.

Pero qué huev... tienen
Pero qué huev… tienen

¿Qué nos van a prometer, de aquí al 26-J, que genere alguna credibilidad? Porque ilusión, desde luego, no percibo en el ambiente. Vuelta a la pegada de carteles y a los anuncios electorales. A los debates. A las encuestas. Al MásterChef político de los gurús. A los sesudos análisis que, en realidad, no sirven para nada. Y, mientras, seguimos viendo la vida pasar, con un gobierno en (dis)funciones…

Jesús Lens

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