Futuro para Neuron Bio

Quiso la casualidad que el mismo día en que Expansión publicaba un Quién es quién de la economía española en el que Neuron Bio ocupaba un papel destacado en el apartado de investigación médico-sanitaria, la prensa generalista anunciaba que entraba en situación de concurso de acreedores y que dejaba de cotizar en el MAB, el Mercado Alternativo Bursátil.

Dolorosa y triste noticia, por muchas y obvias razones. Sobre todo porque sus trabajadores llevaban tiempo sin cobrar y sus investigaciones están en dique seco. Ellos son los primeros y más directamente damnificados. Pero que una empresa como Neuron Bio esté atravesando dificultades económicas es una pésima noticia para los ciudadanos y para la sociedad en su conjunto.

 

Hace un tiempo, tuve la suerte de visitar las instalaciones de Neuron Bio radicadas en nuestro PTS, donde su icónico edificio, el Cubo de las Ideas, resplandece con luz propia. Y créanme cuando les digo que, tras escuchar a Fernando Valdivieso, su máximo responsable, sentí orgullo de que en Granada estuviera ocurriendo lo que a mí me parecía un milagro: la investigación médica más vanguardista del mundo en el campo del Alzheimer.

Desde entonces he seguido muy de cerca, a través de los medios de comunicación, toda su trayectoria empresarial: su acuerdo con Repsol, la ampliación en el objeto de sus estudios, su implicación en el mundo de la agroindustria… y sus problemas financieros. Hasta desembocar en la solicitud de concurso de acreedores.

 

Carezco de información para saber qué ha ocurrido para llegar a este punto, por lo que cualquier hipótesis que se me ocurriera aventurar tendría la misma validez que los vaticinios de la Bruja Lola o las recomendaciones terapéuticas de Cárdenas, en televisión.

Lo que sí espero, con todas mis ganas, es que la situación sea reversible y que se consiga desatascar el lío financiero que ha paralizado la actividad de Neuron, uno de los buques insignia del PTS y cuyo trabajo de investigación debería tener continuidad en el futuro más inmediato. Y, por supuesto, que sus trabajadores consigan cobrar las cantidades adeudadas tras varios meses sin cobrar.

 

Jesús Lens

1960: EL AÑO EN QUE TODO PUDO CAMBIAR

Amigos, ¿tenéis a mano el IDEAL de hoy? Pues echadle el lazo y dejaos caer por las páginas de cultura. Encontraréis un reportaje titulado así:

1960: El año en que todo pudo cambiar

Y, como subtítulo, lleva la siguiente entradilla:

En 1960 se estrenaron un puñado de películas llamadas a revolucionar no sólo el mundo del cine. Ocurrió hace ya cincuenta años. En Hollywood y, sobre todo, en Europa parecía que los tiempos estaban cambiando de una vez por todas.

Ya os podéis hacer una idea de su contenido. Pero, si no tenéis el IDEAL físico para disfrutar del fantástico montaje y maquetación que han hecho los compañeros-duendes del periódico, lo podéis leer AQUÍ, en la edición digital.

¿Qué os parece? Ojalá que lo leáis, votéis, valoréis, difundáis y sirva para abrir un debate sobre lo que pudo ser y no fue, pero… ¿debió haber sido?

Y, antes de terminar, es obligatorio referirse al acto de entrega de los IDEALES 2010, ágil, atractivo, técnicamente impecable, magistralmente conducido por Rafael Lamelas, con discursos repletos de contenido y enjundia por parte de Eduardo Peralta y Diego Vargas y de emoción, sentimiento y reconocimiento por parte de los premiados, entre los que se encontraba nuestro querido Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía.

Por último, un placer el poder disfrutar de un expansivo rato de charla con los compañeros de IDEAL con los que tan difícil es compartir una cerveza tranquila a lo largo del año.

Efectivamente, somos de la casa.

Jesús IDEALizado Lens.