Feria del Libro en clave Noir

Me preguntaban de la Feria del libro de Granada, que alcanza ahora su ecuador, por una recomendación literaria para estos días. Elegí “Piel de topo”, la novela más reciente de Jon Arretxe, publicada por la editorial Erein. Y daba mis razones: se trata de una novela negra que aborda el género tal y como yo lo entiendo, iluminando los rincones oscuros de nuestra sociedad, sacando a relucir sus contradicciones y mostrando las grietas que la amenazan: racismo, corrupción, gentrificación, precariedad… Y es que Toure es mucho Toure, como ya comentamos aquí, en esta misma sección.

Paseando estos días por las casetas de la feria, he visto muchas novelas de autores adscritos al Noir que no suelen decepcionar y que, por tanto, les aconsejo que compren… y lean.

Empecemos por uno de los grandes baluartes del género, el griego Petros Markaris, figura de talla internacional que acaba de publicar “Offshore”, en Tusquets, protagonizada por uno de nuestros personajes favoritos: el comisario Kostas Jaritos, enfrentado a un caso de corrupción y blanqueo de capitales. ¿Ven lo que les decía? ¿Es posible un género narrativo más apegado a lo que pasa en la calle… y en los despachos del poder?

 

Lean, lean a Markaris para saber qué es esto de la Crisis, qué la provocó, que efectos y consecuencias ha tenido… y si podemos darla por enterrada. Aquí escribimos de él, por ejemplo.

Otro grande de las letras negras internacionales, el galo Pierre Lemaitre, vuelve a las librerías con “Recursos inhumanos”, en Alfaguara. Si el título ya es suficientemente expresivo, atentos a la pregunta que nos plantea la novela: ¿Puede el paro convertirnos en una bomba de relojería? Y, de inmediato, la respuesta: “Con humor, crudeza y un realismo brutal, Lemaitre explora el lado más inmoral del mundo empresarial y los efectos perversos que el desempleo puede llegar a tener en cualquiera de nosotros”.

Reconozco que mi relación –lectora- con Lemaitre no es sencilla. En ocasiones lo he amado hasta el paroxismo y, a veces, he sentido unas irrefrenables ganas de romper con él, romper las páginas de sus libros y hasta de romperle… bueno. Dejémoslo ahí. Lo que está claro es que el ganador del premio Gongourt de 2013 no deja indiferente a nadie y que esta “Recursos inhumanos” promete emociones fuertes. (Aquí, argumentos a favor y no tan a favor de Lemaitre)

 

Pero volvamos al Noir patrio, al más cercano y de andar por casa. Empezando por ese “Cine Aliatar” publicado por la granadina editorial Valparaíso y que José María Pérez Zúñiga presentó hace unos días, en loor de multitudes. Yo ya lo tengo. Y estoy loco por hincarle el diente. Que el protagonista es un enfermo de cine cuya vida tiene varios misterios por desentrañar.

No tardaré en contarles qué tal. Y si todavía no la he emprendido con ella es porque estoy en mitad de “Mientras mueres”, un thriller de Javier Hernández-Velázquez, publicado por Alrevés, cuya trama trascurre entre varias ciudades alemanas: Berlín, Colonia, Mönchengladbach… y Santa Cruz de Tenerife. Y es que, en el futuro distópico planteado por el autor, las Islas Canarias pertenecen a Marruecos, pero siguen acogiendo a una nutrida colonia alemana… (Aquí, más sobre Javier)

También me he hecho con todos los tebeos de Antonio Altarriba, desde “Yo asesino” a “El perdón y la furia”, una recreación de la figura de Ribera encargada por el mismísimo Museo del Prado; pasando por sus dos obras biográficas, publicadas por Norma: “El arte de volar” y “El ala rota”, de la mano del gran dibujante Kim. Y, hablando de cómic, el jueves a las 20 horas se presenta en la Feria del libro una novela gráfica con trazas de apasionante: “Camus. Entre justicia y madre”, de José Lenzini y Laurent Gnoni, igualmente publicado por Norma. De la mano de la Fundación Tres Culturas y de la Alianza Francesa de Granada, es una de las citas obligatorias para estos días. Aquí, toda la información.

Además de todo ello, estoy encantado de que una nueva, joven y dinámica editorial haya abierto sus puertas en Granada: se llama Artificios, su responsable es la incansable Ana Morilla y, entre sus primeros títulos, “La tercera planta”, ópera prima de la joven escritora Patricia Moreno, una mezcla entre género negro y novela de amores, sexo, celos y venganza que podríamos denominar como Romantic Noir, en la línea de la obra más reciente de la periodista Marta Robles: “A menos de cinco centímetros”.

Si es usted, amable lector, seguidor habitual de esta sección, a buen seguro que ya se habrá hecho con las novelas de Francisco Gómez Escribano y Pere Cervantes, “Manguis” (Erein) y “Tres minutos de color” (Alrevés), de las que hemos hablado con anterioridad, mucho y bien. Y con “Los ángeles de hielo” de Toni Hill, publicada en Grijalbo, o con las novelas de Empar Fernández y Juan Ramón Biedma, publicadas por Off Versátil. Como tampoco habrán dejado pasar las novelas de Carlos Bassas del Rey, que la última, “Mal trago”, enlaza con lo que escribía al comienzo de estas líneas.

Sí. Es complicado estar al día de todo lo que se publica en el universo del Noir. Fíjense la cantidad de nombres que hemos deslizado en estas líneas. ¡Y no hemos hecho referencia a ningún autor americano, ni del norte, ni del centro ni del sur! Por no citar, no hemos citado ni a un solo nórdico…

 

Y es que universo literario negro y criminal es tan amplio, variado, vasto y polifónico que… ¡no se termina nunca! Afortunadamente…

Por cierto: ¿saben ustedes qué maestro histórico del género negro español y muy, muy cercano a nosotros; está a punto de publicar nueva novela? Pues permanezcan atentos a estas páginas. La respuesta, muy pronto.

 

Jesús Lens

Mal trago

Con “Mal trago”, publicada por Alrevés, la editorial referente del Noir español más rabiosamente contemporáneo, Carlos Bassas del Rey ha escrito una excelente novela negra que, además, es oscura. Muy oscura. Como los tiempos que nos han tocado vivir.

“Mal trago” es una novela dura y sin concesiones, amarga y en absoluto complaciente con lo que está pasando en un país desarrollado del supuesto primer mundo, pero en el que hay unas carencias básicas de dignidad y ética que autores como Carlos Bassas se encargan de poner de manifiesto en sus imprescindibles novelas.

 

“Mal trago” comienza cuando aparece el cadáver de un niño en un edificio vacío que está a punto de ser derribado. Edificio que es propiedad de una conocida familia de Ofidia. Una de esas familias de las de tooooooda la vida. Una familia rica y bien situada en la escala social de la comunidad. Una familia, sin embargo, que ya no es lo que era.

La investigación recae en el inspector Herodoto Corominas. Y le cae en las manos en uno de esos momentos vitales difíciles y complicados. Si nos acordamos de la anterior novela de Bassas, “Siempre pagan los mismos”, el protagonista sufría la pérdida de alguien importante de su entorno. Una pérdida que se deja sentir en “Mal trago”. Sobre todo, por los cabos que quedaron sin atar.

 

Y es que nadie dijo que ser el hijo de un padre que te bautiza como Herodoto fuera fácil. Ni que ser padre de un chaval que ya no es adolescente, tampoco lo sea. Porque el protagonista de “Mal trago” es así de normal y corriente. Nada de terribles adicciones, visiones apocalípticas o vidas al límite.

 

Que una comisaría en la España del siglo XXI es un sitio bastante alejado de los tópicos y los clichés del género negro. Así las cosas, ¿puede ser interesante una novela protagonizada por probos funcionarios con vidas razonablemente cotidianas?

 

Sí. Absolutamente. Porque la trama criminal planteada por Bassas es apasionante, aunque en su resolución no haya grandes pirotecnias circenses, tiros ni persecuciones. Novela estupenda, también, porque los personajes son de carne y hueso, perfectamente creíbles. Personajes a los que tomas cariño. Personajes a los que te gustaría conocer y con los que te gustaría irte de cañas, un día cualquiera.

Y ahí está la maestría de Bassas. En dotar de vida a sus personajes y construir tramas atractivas, duras y de rabiosa actualidad que se desarrollan en una ciudad, Ofidia, que perfectamente podría ser la suya, querido lector. O la mía.

 

Sí. Es cierto. Apenas he contado nada sobre la trama de la novela. Lo he hecho a propósito. Para que este “Mal trago” sea toda una sorpresa y nada te arruine su lectura.

 

Jesús Lens