Mal trago

Con “Mal trago”, publicada por Alrevés, la editorial referente del Noir español más rabiosamente contemporáneo, Carlos Bassas del Rey ha escrito una excelente novela negra que, además, es oscura. Muy oscura. Como los tiempos que nos han tocado vivir.

“Mal trago” es una novela dura y sin concesiones, amarga y en absoluto complaciente con lo que está pasando en un país desarrollado del supuesto primer mundo, pero en el que hay unas carencias básicas de dignidad y ética que autores como Carlos Bassas se encargan de poner de manifiesto en sus imprescindibles novelas.

 

“Mal trago” comienza cuando aparece el cadáver de un niño en un edificio vacío que está a punto de ser derribado. Edificio que es propiedad de una conocida familia de Ofidia. Una de esas familias de las de tooooooda la vida. Una familia rica y bien situada en la escala social de la comunidad. Una familia, sin embargo, que ya no es lo que era.

La investigación recae en el inspector Herodoto Corominas. Y le cae en las manos en uno de esos momentos vitales difíciles y complicados. Si nos acordamos de la anterior novela de Bassas, “Siempre pagan los mismos”, el protagonista sufría la pérdida de alguien importante de su entorno. Una pérdida que se deja sentir en “Mal trago”. Sobre todo, por los cabos que quedaron sin atar.

 

Y es que nadie dijo que ser el hijo de un padre que te bautiza como Herodoto fuera fácil. Ni que ser padre de un chaval que ya no es adolescente, tampoco lo sea. Porque el protagonista de “Mal trago” es así de normal y corriente. Nada de terribles adicciones, visiones apocalípticas o vidas al límite.

 

Que una comisaría en la España del siglo XXI es un sitio bastante alejado de los tópicos y los clichés del género negro. Así las cosas, ¿puede ser interesante una novela protagonizada por probos funcionarios con vidas razonablemente cotidianas?

 

Sí. Absolutamente. Porque la trama criminal planteada por Bassas es apasionante, aunque en su resolución no haya grandes pirotecnias circenses, tiros ni persecuciones. Novela estupenda, también, porque los personajes son de carne y hueso, perfectamente creíbles. Personajes a los que tomas cariño. Personajes a los que te gustaría conocer y con los que te gustaría irte de cañas, un día cualquiera.

Y ahí está la maestría de Bassas. En dotar de vida a sus personajes y construir tramas atractivas, duras y de rabiosa actualidad que se desarrollan en una ciudad, Ofidia, que perfectamente podría ser la suya, querido lector. O la mía.

 

Sí. Es cierto. Apenas he contado nada sobre la trama de la novela. Lo he hecho a propósito. Para que este “Mal trago” sea toda una sorpresa y nada te arruine su lectura.

 

Jesús Lens