Madrid 2024

Del tema de Madrid 2020 me resulta curioso leer críticas hacia determinados comportamientos, estrategias y labor de lobby; que solo demuestran que los japoneses han sabido moverse como peces en el agua entre los especialísimos miembros del COI, que son tan predecibles como los pronósticos del tiempo de antes del Meteosat.

Lo mismo es que alguien piensa, sinceramente, que en esto del olimpismo hay algo parecido al Fair Play…

De lo del Café con Leche de la Botella, lo que me sorprende no es que ella lo intentara sino que la persona o personas que dirigen el cotarro olímpico se lo permitieran. ¿Intentarlo? ¿Intentar hablar en ingles? Joder. Que esto no es un examen de final de curso. O se habla inglés fluidamente en público y se sube al estrado con una mínima solvencia o se pide un intérprete. Y punto. Las pruebas, con gaseosa. Por cierto, la Botella no acompañó a Jose Mari a Georgetown, ¿verdad?

La Botella, desmelenada con el inglés
La Botella, desmelenada con el inglés

Igual que me causa pasmo que, de repente, todo el mundo caiga rendido a los pies del Príncipe… ¡por su manejo de los idiomas! Joder. Si lo mandamos a estudiar el COU a Canadá y tuvo una novia sueca. ¿Qué menos esperábamos? ¿Qué farfullara como la Botella? Con lo que nos ha costado su educación, ¡ya nos vale!

Y está lo del dopaje. Que aquí no se le da importancia. Ni como causa del NO a Madrid ni como problema. Un ejemplo más de que seguimos adoptando la táctica del avestruz: lo que molesta, lo incordioso… hacemos como que no lo vemos. Como los niños chicos, que se tapan la cara y piensan que son invisibles. Y así tenemos a los Bárcenas, la operación puerto, los EREs… porque nos encanta mirar para otro lado y, cuando nos pillan en falta, ponernos dignos y altisonantes: ¡Oiga usté!

Espero que, ahora, todos los que se han alegrado de que no le den las Olimpiadas a Madrid estén atentos a la fiscalización de los 1.500 millones de euros que, supuestamente, se iban a despilfarrar. Posiblemente y gracias a esta negativa, ahora saldremos de la crisis, acabaremos con el paro, se acabarán las listas de espera en los hospitales, ganaremos varios premios Nobel de Física y Química y nos convertiremos en una potencia exportadora de primer nivel mundial. Y, de remate, nuestros alumnos aprenderán a hablar inglés, tras estudiarlo desde los 3 hasta los 16 años, en la escuela pública. Seguramente.

¡La Peineta no era un estadio!
¡La Peineta no era un estadio!

Y, por supuesto, esos grandes especuladores, esos malos malísimos que se iban a lucrar con las Olimpiadas, ahora se declararán en bancarrota y los veremos, próximamente, en los comedores sociales.

Eso sí, ahora que no hay Madrid 2020, se terminarán de acabar las ya exiguas becas con las que miles de deportistas españoles alimentan sus sueños. Quedará, por supuesto, el fútbol, omnipresente, omnívoro y voraz. Pero esa gente que se dedica al remo, a la gimnasia o a la lucha; esos ejemplos para la sociedad que tanto se alaban por su esfuerzo y su sacrificio, tendrán que olvidarse de sus carreras deportivas y pasar a engrosar las listas del desempleo. Quedarán, eso sí, la Épica y la Furia, tan españolas ellas.

Tanta Beca y tanto Plan ADO...
Tanta Beca y tanto Plan ADO…

Que es vedad que hay que potenciar el deporte de base. Pero que uno de los grandes estímulos para los chavales y los jóvenes es tener ídolos en los que mirarse, a los que imitar. Ejemplos, se llaman. Y en España, hoy, el mejor ejemplo es el que brindan los Nadal, Iniesta o Gasol.

Que habrá quién diga, por cierto, que eso del deporte no debería recibir ayuda económica de ningún tipo. ¡Ganarás las medallas con el sudor de tu frente… y sin ayuda alguna! Es una teoría. Como también habrá quien piense que se podrían vender unos cuantos Velázquez y Goya de El Prado y dedicar el dinero a dar de comer al hambriento. Pero decir esto en alta voz es menos cool y molón, ¿verdad? Y es que, si nos ponemos demagogos… ¡pues nos ponemos! Tanta cultura, tanta cultura…

Y queda el espinoso tema de la siguiente candidatura.

Presentarse a los JJOO 2024 o no presentarse.

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Visto el bofetón que nos hemos llevado, el cuerpo pide no presentarse. Es decir, que Madrid no se presente. Que está muy cansina, repetida y quemada. Además, buena parte de esas infraestructuras que ya están construidas y que, supuestamente, eran el gran punto a favor de la candidatura madrileña, para 2024 serán una ruina y habría que rehabilitarlas.

Dicen que París es la elegida para el 2024 ya que se conmemora el Centenario de los Juegos parisinos de 1924. Los vecinos franceses, con proyectarles a los del COI “Carros de Fuego” y la música de Vangelis (además de agasajar a cada miembro del Comité con el tributo pertinente), lo tienen chupado.

O, quizá, sea el turno de África, que Sudáfrica salió airosa de la organización del Mundial.

¿Y qué pasa con los Estados Unidos y Chicago que, prudentemente, no se han presentado en esta ocasión y se quedaron lamiéndose las heridas, tras la última decepción, afilando sus armas?

Yo creo que Madrid, como una vieja solterona, ha perdido su oportunidad olímpica. Que se analicen los porqués. Que se hagan los cambios pertinentes en el COE. Pero otra temporada de crujir y rechinar de dientes, en los meses inmediatos a nueva posible decepción olímpica, ya no habría quién la soportase.

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Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens