Cancelar no es cultura

Cancelar. No me refiero a lo que va a volver a pasar con el tema de la Covid, por mucho que se repita la letanía de la seguridad. En Granada, con los actuales niveles de contagios, no hay nada seguro. Y mal hacen los responsables institucionales en engañar vilmente a la ciudadanía trasladando un mensaje tan equívoco como cuestionable. Pero no les quiero hablar hoy de ello.

Hablo de lo que ha dado en llamar la ‘cultura de la cancelación’, una aberración de definición, un oxímoron de tomo y lomo. Desde la cultura del esfuerzo a la cultura del pelotazo, de un tiempo a esta parte todo es cultura. Por llamársele, se le llama cultura hasta a las llamadas al boicot cultural. ¡Que ya es llamar!

La cultura de la cancelación busca anular a cualquier persona o institución que diga / haga algo que se considere inconveniente u ofensivo. Se trata de silenciarle, de cancelarle, de laminarle. Para ello se usan como instrumento las cacerías en redes sociales y el boicot a su trabajo profesional, a la plataforma que le sirve como altavoz o a los empleadores que le dan trabajo. Cultura de la cancelación como sinónimo de machacar a alguien. Ya ven ustedes qué bien.

Le acaba de pasar a un conocido actor de Hollywood que apoya a Trump y decidió no participar en una recaudación de fondos para Joe Biden. O, más cerca, le ha ocurrido a la serie de televisión ‘Antidisturbios’, de Rodrigo Sorogoyen.

En España, la llamada a la cancelación también tiene un sentido literal: a través del boicot se llama a la cancelación de la suscripción a las plataformas que albergan esas series o películas que, a algunos, no les gustan. Le toca ahora a Movistar. Hace unos días había que borrarse de HBO por ofrecer ‘Patria’ y, unas semanas atrás, le tocó a Filmin por anunciar que incluía en su catálogo las películas de Torrente.

Habría que ser muy mentecato para borrarse de tres plataformas por un quítame allá esas series y películas cuyos temas, tratamientos o personajes no me agradan, pero no podemos descartar que haya mentes planas y obtusas que lo hagan. Allá ellos. Casi mejor. Así no dan la murga con otros títulos, quedando reducido su espectro cultural a la cancelación, el boicot, el ruido y la furia.

Qué pena, a lo que nos ha llevado la cultura del megustismo impulsada por las cada vez más insoportables redes sociales.

Jesús Lens

De cruces y libertad

Que yo les diga que hoy es el Día de la Cruz no les aporta nada. Sin embargo, decirles que es el Día Internacional de la Libertad de Prensa, quizá, solo quizá, les haga pensar en el valor del periódico que tienen ustedes ahora mismo en sus manos.

Hace unos días, en Kabul, varias explosiones concatenadas segaron la vida, entre otras personas, de varios periodistas, destinados en Afganistán para contarnos lo que ocurre en uno de los lugares más conflictivos del mundo.

Pero hoy es un día especialmente dedicado también, a nuestro compañero César, corresponsal de IDEAL para el deporte en la provincia, al que han amenazado por contar lo que pasa en campos de fútbol de tercera división. Que no es lo mismo, pero es parecido. Salvando las distancias, por supuesto.

El Día Internacional de la Libertad de Prensa fue designado por la ONU tras la famosa Declaración de Windhoek, del 3 de mayo de 1991, cuando en Namibia se aprobó una declaración que impelía a promover medios independientes y pluralistas. ¿Saben ustedes la especial ilusión que me hace que, la celebración de tal día como hoy naciera en África, un continente especialmente complejo para el ejercicio de un periodismo libre e independiente?

Si le echan ustedes un vistazo a las páginas de Cultura del periódico de hoy, verán que El Rincón Oscuro, la sección semanal dedicada a la cultura negra y criminal, versa sobre series televisivas de la actualidad en las que las noticias falsas tienen enorme protagonismo. (Lean AQUÍ)

Las Fake News, los rumores y los bulos se han convertido en una de las plagas de la sociedad contemporánea. La mentira de toda la vida. Y frente esa lacra, que ha convertido las redes sociales en un estercolero, la única respuesta posible es el PERIODISMO. Con mayúsculas.

El periodismo realizado por profesionales que, con formación y experiencia, se baten el cobre día a día, para ofrecernos periódicos, impresos o digitales, e informativos de radio y televisión creíbles, serios y de referencia.

Y no escribo estas líneas por corporativismo. Las escribo como ciudadano concienciado y convencido de que el periodismo es uno de los grandes baluartes de la democracia, rompeolas contra el que chocan tantas y tantas amenazas contra la libertad.

Por eso hoy, Día de la Cruz, echemos uno de nuestros brindis a la salud de la prensa.

Jesús Lens

LÁGRIMAS POR JAFAR

Ayer volvimos al cine. Y salimos encantados tras ver ESTA película. Una Obra maestra. Hoy, en IDEAL, hablamos de cine. Y de tropelías e iniquidades. Y de formación. A ver qué os parece.

 

Aunque pidió que no la fotografiaran, la imagen de su rostro, perlado de lágrimas, dio la vuelta al mundo. Era la preciosa, sugerente, estimulante, exquisita y maravillosa Juliette Binoche, en Cannes, llorando amargamente cuando esperaba que le dijeran que las autoridades iraníes habían liberado a Jafar Panahi y, en vez de eso, le comunicaron que se había prolongado su régimen carcelario y que, en respuesta, él había comenzado una huelga de hambre.

Jafar Panahi es un director de cine iraní que, desde hace unas semanas, está entre rejas, por orden del gobierno de su país. Un acreditado y famoso cineasta, con una filmografía a sus espaldas que incluye películas tan reconocidas, premiadas y alabadas como «El círculo» y que, resultando incómodo para el régimen de Mahmud Ahmadineyad, ha terminado por dar con sus huesos en la cárcel.

 

Tras presentar su última película en el Festival de cine más famoso del mundo, el también director iraní Abas Kiarostami decía lo siguiente: «El mundo del cine está siendo agredido. Que cineastas estén en la cárcel por hacer películas es algo intolerable, el mundo no puede quedarse indiferente ante este atropello, porque con esto, es el arte en su conjunto el que está preso.»

La organización de Cines del Sur, que se apresta felizmente a cumplir su cuarta edición, se ha posicionado contundentemente en favor de la excarcelación del cineasta. Las circunstancias obligan a tomar partido y seguro que José Sánchez-Montes y su equipo van a aprovechar el festival de cine granadino para erigirse en plataforma que defienda la libertad de expresión y creativa de los cineastas y artistas de todo el mundo.

Cuando Irán está permanentemente en el candelero internacional por cuestiones referidas a la energía nuclear y a las armas de destrucción masiva, puede parecer intrascendente que su régimen haya encarcelado a un cineasta. Pero Kiarostami se muestra tan contundente como clarividente cuando señala que «el Gobierno iraní no tolera a los cineastas independientes de mi país y sólo pone palos en las ruedas del cine independiente… pero ahora ha traspasado unos límites inaceptables. No sé lo que va a ocurrir, porque nada de lo que pasa en Irán es previsible.»

Aunque sigue habiendo mucha gente que considera el cine como un mero entretenimiento, estoy más que convencido de la creciente, necesaria y esencial interacción de lo que ocurre entre los dos lados de una pantalla, frontera cada vez más liviana y permeable. Las pantallas presiden nuestra vida. Pantallas cada vez más versátiles y que nos ofrecen nuevas y excitantes prestaciones. Por ello, si saber leer es capital para desenvolverse en la sociedad, entender e interpretar las historias que nos vienen contadas en imágenes empieza a ser igualmente imprescindible. Y aprender a ver películas, una asignatura que debería ser obligatoria en los colegios de primaria.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.