Ernesto Aurignac nos hizo Monguis

Se le esperaba. ¡Vaya si se le esperaba! Mi Güasap echaba humo: «Ya estoy llegando«,  «¡Guárdame un sitio!» o «Se me ha complicado la noche, pero píllame un disco y ya te lo pago».

Fotografía de Cristian Gálvez
Fotografía de Cristian Gálvez

No. No había disco. Aunque las ganas de que lo haya desbordaban anoche la Plaza de las Culturas de CajaGRANADA, que acogía otro concierto más del ciclo que, organizado con nuestra asociación de jazz granadina, Ool Ya Koo; lo está petando este verano. Llenos apoteósicos de cientos de espectadores deseosos de escuchar el mejor jazz del momento. Porque conciertos como los de The Wild Bunch o Sergio Pamies no tienen nada que envidiarle a los de algunas de las estrellas internacionales que nos visitan este mes de julio, el mes del jazz veraniego por excelencia.

Se plantó Ernesto Aurignac en Granada tras una complicada jornada de viaje en la que pasaron mucha cosas. Entre ellas, tener que parar en una tienda para comprar unos pantalones y unos zapatos. Con prisas. Pero la vida en la carretera es así, ¿verdad Paco y Concha; Concha y Paco?

Se plantó Ernesto Aurignac con un quinteto esplendoroso que comenzó por desgranar la sugerente «Sofía» para seguir con esta explosiva «Esperma Lee» que dejamos a continuación.

No sé si Ernesto, que nos debe la explicación del origen de la canción, será o no aficionado al baloncesto y a la NBA. Fíjense bien en su forma de tocar, en el movimiento de sus hombros. Y busquen vídeos del mejor jugador del mundo de baloncesto, actualmente, Kevin Durant. Véanlo lanzar tiros libres, este año, en el Mundial español. Y verán que los grandes cracks, además de talento, comparten gestos.

Fotografía de Cristian Gálvez
Fotografía de Cristian Gálvez

Y desparpajo. Porque hay que tener valor para poner a cuatrocientas personas a entonar un sentido «Somos Monguis», así, a pelo. Porque los Monguis son una tribu de indios mexicanos. Y unas setas de conocidos efectos estupefacientes. Pero también son… ¡somos! ¡Somos Monguis! O Monkis, como señala la Wikipedia.

Concierto memorable y muy especial, sobre todo en el bis, cuando Ernesto dedicó el último tema a mi Cuate, que cumplía años. Uno de esos momentos imborrables. Como imborrable fue la huella que dejó el pianista, Marco Mezquida; encandilando al público con su explosiva forma de tocar el teclado, embebiéndose en él.

Fotografía de Cristian Gálvez
Fotografía de Cristian Gálvez

Y el resto de los músicos. Estábamos en la prueba de sonido y le dicen al contrabajo que toque «una mijilla» para contrastar y no veas el solo que se marcó Dee Jay Foster. Por su parte, Ramón Prats le dio duro a los cueros, sin alardes, dando juego al resto del quinteto. Y Jaume Llombart se salió a la guitarra, especialmente en algún tema que sonó como puro rock and roll.

Fotografía de Cristian Gálvez
Fotografía de Cristian Gálvez

Arrasó Ernesto Aurignac. Nuevamente. Este otoño, por fin, se encierra con 20 morlacos para grabar su música. La suya. La de él. Porque si Ernesto es bueno tocando versión, es mejor, mucho mejor; cuando la emprende con sus composiciones.

Y si no, al tiempo.

En octubre lo hablamos.

Jesús Lens

Firma Twitter

Jazz en la Costa 2014

Me pidieron colaboración para el Blog de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Almúñecar, sobre el Festival de Jazz en la Costa. El primer artículo que preparé fue éste. El segundo, por desgracia, no pudo ni siquiera ser escrito: el tiempo se congeló y fui arrollado por las circunstancias. Quizá más adelante.  

Para los granadinos de la capital y alrededores, el Jazz en la Costa suele ir acompañado de un verbo, “bajar”, que tiene muchos significados añadidos al puramente geográfico.

 Jazz en el Lago 2014 cartel

El primero, por supuesto, es la música. Hablamos de un Festival de primer orden mundial, que reúne sobre su escenario a lo mejor y más granado del jazz internacional, músicos que, unos días antes o unos días después, pasan por Vitoria, Donosti, Getxo, San Javier y demás escenarios de reconocido prestigio.

Este año, que el Festival de Jazz en la Costa se abriera con el maridaje oficiado por Fernando Trueba y que mezclaba a Chano Domínguez con Niño Josele era un lujazo, por ejemplo. Un concierto preciosista, íntimo y delicado. Un milimétrico encaje de bolillos que el público recibió en actitud casi reverencial, manteniendo un cómplice y respetuoso silencio absoluto. La conjunción de guitarra y piano no es nada fácil: ambos son instrumentos líderes y, enfrentarlos uno contra uno supone un reto muy ambicioso del que ya salieron airosos Tomatito y Michel Camilo o Gonzalo Rubalcaba y Al di Meola, aunque éste no tocara la guitarra flamenca en su encuentro con el pianista cubano.

Motril Digital
Motril Digital

Chano y Niño tocaron juntos y por separado y, en ambos casos, su actuación estuvo llena de matices, guiños y de una complicidad maestro-alumno que, personalmente, me gustó. Hasta los gritos de las gaviotas en el cielo oscuro de la noche almuñequera parecían acompañar.

Pero bajar al Jazz en la Costa tiene más componentes, todos ellos luminosos y festivos, empezando por lo puramente gastronómico: ¡ese pescado frito y a la plancha de El Lute! Que no dudo que habrá otros sitios, pero El Lute es nuestro preferido. Aunque, a veces, cierra. Y entonces no tenemos empacho en ponernos moraos de papas a lo pobre, morcilla y huevos en un enclave puramente alpujarreño en el corazón de la costa, como es “La Cabaña”.

 El Lute y Jesus

Y están los mojitos. Que no soy yo muy mojitero, pero que el Majuelo me despierta el apetito de ron con hierbabuena. Será el enclave. Será el sabor tropical. Será ese exquisito servicio de barra y de platea que hay este año. Será, será.

Y están los amigos. Pero de los amigos hablamos mañana, cuando nos refiramos al concierto de Enrico Rava. Porque bajar al Jazz en la Costa es más, mucho más que ir a escuchar conciertos.

Jesús Lens

Firma Twitter

The Wild Bunch

Ool Ya Koo ha traído uno de los grandes conciertos del año, el jueves, a la Plaza de las Culturas de CajaGRANADA. Y mira que los ha habido buenos… pero los Carra, Oliver, Rossy & co. se salieron. Para muestra, dos botones.

Y ahora otro corte. Ayer tuvimos sensación, mientras escuchábamos a este Grupo Salvaje, de estar disfrutando de uno de esos conciertos fundacionales, de los que luego recuerdas y dices: ¡Yo estuve allí!

Por supuesto, compramos el disco. Tiempo habrá de comentarlo. Pero, ¿te acuerdas que ya hablamos de esta joya de José Carra?

Pues, ¡atentos! El próximo jueves nos visita Ernesto Aurignac.

Foto de Silvina Daniela
Foto de Silvina Daniela

¡Casi nada al aparato!

Jesús Lens

Firma Twitter

Sergio Pamies en la Plaza de las Culturas

Menudo concierto se marcó Sergio Pamies en la Plaza de las Culturas de CajaGRANADA, en los conciertos que organizamos los Ool Ya Koo. Ya lo habíamos anticipado aquí. Ahora, un par de temas de los que sonaron.

 

Y el segundo es «Borrachito», con el que finalizó su portentosa actuación.

 

¡Grande, Sergio!

 

Jesús Lens

Firma Twitter

Rizoma Records

Hoy, en IDEAL, publico un artículo sobre una experiencia colaborativo-musical con ánimo, si no de lucro, sí de que todos salgamos ganando. Una experiencia en la que, además de sus impulsores, Sergio y Juanlu; ayudan y son cómplices un buen puñado de músicos andaluces. ¡A ver qué os parece!

Que la industria del disco ya no existe es algo irrebatible. Sobre las razones, las causas y los culpables podríamos seguir discutiendo ad eternum, pero en realidad, ya da igual. El concepto “tienda de discos” está más extinguido que los dinosaurios, excepción hecha de algunos locales tan románticos como polivalentes. Ahora, casi el 80% de los discos se venden en directo, al terminar los conciertos. En la mayoría de los casos, nada más finalizar su actuación, los propios músicos han de dirigirse, presurosos, al puesto de venta mientras apuran un trago de cerveza, para firmar los discos y charlar brevemente con los espectadores.

Sergio Díaz, uno de los padres de Rizoma, en plena acción
Sergio Díaz, uno de los padres de Rizoma, en plena acción

Por otra parte, grabar un disco es costoso para los músicos. Muy costoso. En los dos sentidos de la expresión: cuesta mucho trabajo y cuesta mucho dinero. Después, recuperar la inversión es más costoso todavía y obtener beneficios y ganar dinero… bueno, eso ya sería la leche. Sobre todo, en el mundo del jazz, un género que nunca se ha caracterizado por sus ventas masivas en España, ni siquiera en la época en la que todo era sólido y todos nos creíamos ricos.

Por eso tenemos que saludar con alborozo y dar la bienvenida a la neonata experiencia Rizoma Récords, un sistema de distribución de discos de jazz grabados por músicos y grupos andaluces, caracterizado por la inmediatez y la cercanía en el proceso de venta y por el respeto al trabajo de los músicos.

Juan Luis Valle, el otro padre de la criatura, con la cantante sevillana Vicky Luna
Juan Luis Valle, el otro padre de la criatura, con la cantante sevillana Vicky Luna

No. No piensen en Internet, en el reparto a través de drones ni en servicios de mensajería puerta a puerta antes de la hora del desayuno. De momento. La inmediatez y la cercanía de que hablamos se producen porque Rizoma Récords se sitúa allá dónde hay jazz en vivo y en directo, extendiendo los discos en una tabla de madera cubierta por una sábana.

-¡Pues vaya novedad, oiga! –estará pensando el lector. –Como se ha hecho toda la vida, ¿no?

Sí y no. Es decir: sí. Efectivamente, toda la vida se han vendido los discos de los grupos al terminar los conciertos. Y los trabajos de otros músicos del mismo sello discográfico. La novedad es que, en el caso de Rizoma, se pueden adquirir los trabajos registrados por los jazzeros andaluces sea cuál sea el sello o la compañía que los hayan editado. Además, se venden a un precio único, muy asequible: 10 euros; de los que el 75% va directamente a los músicos y el 25% restante, a los distribuidores.

"Ocho", de Pedro Cortejosa; uno de los grandes discos que distribuye Rizoma
«Ocho», de Pedro Cortejosa; uno de los grandes discos que distribuye Rizoma

Y lo mejor del invento es que los impulsores de Rizoma Records también son músicos y, de hecho, han participado en la grabación de algunos de discos en venta y/o los han interpretado en directo. O sea, que los conocen. Al dedillo. Por eso invitan a la gente que se acerca a su stand que pregunte, sin miedo ni vergüenza, por los estilos, los músicos, las grabaciones y las historias que hay detrás de cada disco. ¡El servicio de asesoría no solo es gratuito sino que resulta de lo más enriquecedor!

Pregunten, pregunten a Sergio, Jualu, Javier, Alessandro... todos cómplices.
Pregunten, pregunten a Sergio, Jualu, Javier, Alessandro… todos cómplices.

Enhorabuena al batería Sergio Díaz y a Juan Luis Valle por esta iniciativa. Y muy acertada su denominación, que rizoma es un término botánico que hace referencia a esos tallos subterráneos que tienen varias yemas y que, creciendo de forma horizontal, generan nuevas raíces y brotes, lo que les permite crecer indefinidamente. ¡Larga vida al jazz!

Jesús Lens

Firma Twitter