Compañeros de viaje

Entre canción y canción, a Loreena McKennitt le gusta contarle cosas al público. A través de su voz prodigiosa, te envuelve con sus palabras igual que con su música, embarcándote en un viaje espacio-temporal durante el que lo mismo despides a los elfos cuando se van a dormir en las brumosas montañas célticas que das palmas al calor de la hoguera en un alto de la ruta caravanera con la que estás atravesando Asia. (No dejen de leer aquí la prodigiosa crónica del concierto que hizo Juan Jesús García en el IDEAL de ayer)

Foto: Alfredo Aguilar

Pocas artistas tienen la capacidad de evocación de una Loreena McKennitt a la que el público granadino esperaba rendido de antemano y deseoso de revivir aquellos míticos conciertos de la Alhambra de hace ya tantos años, inmortalizados en un DVD cuyos poseedores atesoramos como oro en paño.

En una de sus alocuciones, tuvo palabras preciosas para toda la gente que la acompañaba en escena. Les alabó como los excelentes músicos que son, por supuesto, pero también como maravillosos compañeros de viaje. Y es que Loreena ha hecho del viaje y del descubrimiento de culturas una fuente de inspiración constante.

Nada más salir a escena recordó su paso por Granada, antes de ser una artista famosa, y reivindicó el papel de nuestra tierra como lugar de encuentro de culturas. Y habló de los árboles, de la importancia que deberían tener en nuestra vida. Curiosamente, el día anterior, la cantante Aurora Arteaga también desgranó un par de canciones inspiradas por los árboles en su concierto del Jazz en la Plaza del Centro Cultural Memoria de Andalucía, lleno hasta la bandera.

Loreena nos advirtió de los riesgos del falso progreso enfrentado a la naturaleza. Y nos encorajinó a recuperar los placeres sencillos de la vida, a la que conviene mirar de tú a tú, al natural, y no a través de una pantalla. Un mensaje que no aplicó, por ejemplo, al fulano del saquito a rayas que no dejó de enarbolar el móvil para grabar fragmentos de todas y cada una de las canciones, creyéndose un émulo de Almodóvar por hacer zooms con la pantalla táctil de su teléfono ¿inteligente?

Jesús Lens

Cheek, Rossy & Glasper

Si toda la programación del ciclo Jazz en la Plaza es extraordinaria, gracias al buen hacer de nuestro querido Guillermo Morente, presidente de nuestra asociación de jazz Ool Ya Koo; el concierto de este jueves, en la Plaza de las Culturas de CajaGRANADA va a ser especialmente memorable ya que nos acompañará uno de esos músicos que podría estar encabezando el cartel de cualquier festiva internacional: Chris Cheek. Y acompañado a la batería nada menos que por uno de esos barceloneses internacionales, Jorge Rossy.

Chris Cheek

Cheek, nacido en Saint Louis en 1968, desde muy pequeño encontró un enorme apoyo en su padre, director de una banda de música juvenil en su ciudad natal. A los doce años, Chris ya tocaba el saxofón y su formación le llevó de la Universidad de Webster al Berklee College of Music, mudándose en 1992 a Nueva York.

En la Gran Manzana tocó con infinidad de músicos y participó en la grabación de innumerables discos, como músico de sesión. Por fin, en 1997 hizo su primera grabación como líder de una banda. El disco se llamó I wish I Knew y en él participó, a la batería, el otro gran lujazo del que disfrutaremos en la noche del 23 de julio: Jorge Rossy.

The Bird's Eye Jazz Club Basel 18th and 19th July 2014
The Bird’s Eye Jazz Club
Basel 18th and 19th July 2014

Rossy, nacido en 1964, empezó con las baquetas a los 11 años de edad y tras varios años de giras internacionales y de discos con multitud de músicos, se matriculó en el Berklee College of Music para perfeccionar su estilo… con la trompeta.

Tras haber girado con leyendas del jazz latino como Danilo Pérez o Paquito D’Rivera, en 1991, Rossy se instala en Nueva York, donde iniciará su relación con Cheek. Posteriormente, tras girar varios años con Brad Mehldau, a partir del año 2000, Rossy vuelve a Barcelona y empieza a desarrollar sus dotes como pianista.

Para esta cita histórica, Rossy volverá a la batería, en un concierto en el que también actuarán Steve Cardenas a la guitarra y David Soler con el pedal steel guitar y otra sorpresiva novedad: Jaume Llombart al bajo eléctrico.

Insistiremos en que es una cita histórica con un grupo que, además, hace un jazz radicalmente contemporáneo. Y no solo por la presencia de las guitarras y el bajo eléctrico, sino porque a Cheek nunca le ha temblado el pulso a la hora de introducir efectos electrónicos en el sonido de su saxofón.

Y, llegados a este punto, recordamos lo que dice Robert Glasper sobre el jazz, tal y como lo recoge Enrique Novi en Granada Hoy: “Me encanta decir que soy músico de jazz. Entiendo que hay muchos a los que no les gusta que se les llame así, porque temen que el público no va a ir a escucharles, pero no es mi caso. Para mí, el jazz es una reflexión acerca de la sociedad en la que vives. Cada periodo tiene su tipo de jazz. En los cincuenta, los músicos  de jazz tocaban la música del momento en que vivían. En los sesenta, lo mismo. Pero esa cadena se ha roto. La idea generalizada es que los músicos de jazz, hoy, tocan música vieja. El público piensa en el jazz como en una foto en blanco y negro, y siempre los mismos artistas: Thelonious Monk, Charlie Parker, John Coltrane, Miles Davis… luego se quejan de que el jazz no es popular”.

¡Zas! ¡En toda la boca!

Robert Glasper

Hoy toca Robert Glasper en el Jazz en la Costa de Almuñécar. Otro heterodoxo.

Y es que el jazz es un género que engloba tantas músicas, tantas escuelas, tantas tendencias que, por fortuna, es interminable, inabarcable, insondable.

Dos citas de lujo.

Porque hoy, por supuesto, estaremos en Almuñécar. ¿Lo dudaba alguien?

Y es que Julio es el gran mes del jazz y ahí estamos nosotros, siguiéndolo muy de cerca.

Si gustan…

Jesús Lens

Twitter Lens

Ernesto Aurignac nos hizo Monguis

Se le esperaba. ¡Vaya si se le esperaba! Mi Güasap echaba humo: «Ya estoy llegando«,  «¡Guárdame un sitio!» o «Se me ha complicado la noche, pero píllame un disco y ya te lo pago».

Fotografía de Cristian Gálvez
Fotografía de Cristian Gálvez

No. No había disco. Aunque las ganas de que lo haya desbordaban anoche la Plaza de las Culturas de CajaGRANADA, que acogía otro concierto más del ciclo que, organizado con nuestra asociación de jazz granadina, Ool Ya Koo; lo está petando este verano. Llenos apoteósicos de cientos de espectadores deseosos de escuchar el mejor jazz del momento. Porque conciertos como los de The Wild Bunch o Sergio Pamies no tienen nada que envidiarle a los de algunas de las estrellas internacionales que nos visitan este mes de julio, el mes del jazz veraniego por excelencia.

Se plantó Ernesto Aurignac en Granada tras una complicada jornada de viaje en la que pasaron mucha cosas. Entre ellas, tener que parar en una tienda para comprar unos pantalones y unos zapatos. Con prisas. Pero la vida en la carretera es así, ¿verdad Paco y Concha; Concha y Paco?

Se plantó Ernesto Aurignac con un quinteto esplendoroso que comenzó por desgranar la sugerente «Sofía» para seguir con esta explosiva «Esperma Lee» que dejamos a continuación.

No sé si Ernesto, que nos debe la explicación del origen de la canción, será o no aficionado al baloncesto y a la NBA. Fíjense bien en su forma de tocar, en el movimiento de sus hombros. Y busquen vídeos del mejor jugador del mundo de baloncesto, actualmente, Kevin Durant. Véanlo lanzar tiros libres, este año, en el Mundial español. Y verán que los grandes cracks, además de talento, comparten gestos.

Fotografía de Cristian Gálvez
Fotografía de Cristian Gálvez

Y desparpajo. Porque hay que tener valor para poner a cuatrocientas personas a entonar un sentido «Somos Monguis», así, a pelo. Porque los Monguis son una tribu de indios mexicanos. Y unas setas de conocidos efectos estupefacientes. Pero también son… ¡somos! ¡Somos Monguis! O Monkis, como señala la Wikipedia.

Concierto memorable y muy especial, sobre todo en el bis, cuando Ernesto dedicó el último tema a mi Cuate, que cumplía años. Uno de esos momentos imborrables. Como imborrable fue la huella que dejó el pianista, Marco Mezquida; encandilando al público con su explosiva forma de tocar el teclado, embebiéndose en él.

Fotografía de Cristian Gálvez
Fotografía de Cristian Gálvez

Y el resto de los músicos. Estábamos en la prueba de sonido y le dicen al contrabajo que toque «una mijilla» para contrastar y no veas el solo que se marcó Dee Jay Foster. Por su parte, Ramón Prats le dio duro a los cueros, sin alardes, dando juego al resto del quinteto. Y Jaume Llombart se salió a la guitarra, especialmente en algún tema que sonó como puro rock and roll.

Fotografía de Cristian Gálvez
Fotografía de Cristian Gálvez

Arrasó Ernesto Aurignac. Nuevamente. Este otoño, por fin, se encierra con 20 morlacos para grabar su música. La suya. La de él. Porque si Ernesto es bueno tocando versión, es mejor, mucho mejor; cuando la emprende con sus composiciones.

Y si no, al tiempo.

En octubre lo hablamos.

Jesús Lens

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Sergio Pamies en la Plaza de las Culturas

Menudo concierto se marcó Sergio Pamies en la Plaza de las Culturas de CajaGRANADA, en los conciertos que organizamos los Ool Ya Koo. Ya lo habíamos anticipado aquí. Ahora, un par de temas de los que sonaron.

 

Y el segundo es «Borrachito», con el que finalizó su portentosa actuación.

 

¡Grande, Sergio!

 

Jesús Lens

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