La historia y su relato

El pasado sábado salí a correr un rato, con una idea en la cabeza. Volví con este artículo, que inevitablemente me salió más largo de lo normal y que IDEAL ha tenido la gentileza de publicar, hoy viernes, en sus tres cabeceras. A ver qué te parece…

Pocas lecturas más claras y reveladoras sobre la diferencia entre la Historia y su relato que la respuesta de Iker Casillas a la pregunta de cómo vivió el famoso gol de Iniesta, desde la portería contraria: “Lo que me da más rabia es que he perdido el recuerdo personal, que era muy nítido y al final te lo borra el vídeo, la imagen de la tele”.

 Historia

Seguro que, sobre el tema de la objetividad histórica, deben haber disertado, escrito y reflexionado sesudos analistas y filósofos de todos los tiempos, orígenes y extracciones; pero creo que es difícil expresarlo con mayor concisión, claridad y nitidez de lo que lo hace Iker.

El gol de Iniesta ya forma parte de nuestra vida. Todos sabemos dónde estábamos, con quién lo vimos y lo celebramos, a quiénes abrazamos y cómo dábamos saltos, con los brazos jubilosamente levantados. Y, si eres de los escasísimos españoles que no lo presenciaron… seguro que también sabes dónde estabas y qué razón (o excusa) tenías aquel domingo de hace ya cuatro años para no estar frente a la televisión.

 Historia casillas

Uno siempre se acuerda de ciertos momentos históricos. Y el gol de Iniesta, para los españoles, lo es. Sin embargo, la realidad objetiva resulta bastante fría y desapasionada: en el minuto 116 de partido, Iniesta marca el gol que da a la Selección Española de fútbol su primer campeonato del mundo. ¿A que así leído, parece otra cosa? Y, sin embargo, así se escribe la historia. O debería escribirse.

Todo lo referente al toque y al estilo de La Roja, al desborde por la banda derecha previo al pase de Cesc a la frontal del área y al chutazo que batió al arquero holandés; forma parte de las crónicas deportivas.

 Historia gol

Y la inyección de moral que supuso la consecución del Mundial para una España sumida en la crisis, abatida por el descalabro económico y amenazada por los mercados; forma parte de las crónicas socio-económicas.

Además, aquel Mundial terminó de consolidar el idilio de un montón de españoles con su bandera y sus colores. Una relación que, para muchos, había comenzado con la Eurocopa, animándose por fin a lucir sin complejos la enseña rojigualda en los balcones de sus casas o en sus coches. De repente, ser español pasó a ser motivo de orgullo y satisfacción. Pero todo ello es sociología.

 Historia español

Por supuesto, habrá quién no esté de acuerdo con este análisis, que es mío y puramente personal y subjetivo. Habrá quién haga otras interpretaciones de aquel partido y de aquel gol, empezando por criticar el sinsentido de un país paralizado por algo tan banal como 22 tipos en calzoncillos pegándole patadas a un balón.

Pero lo que nadie puede es poner en tela de juicio la historia objetiva, la historia irrefutable fría y desapasionada de los datos y las cifras: minuto 116. Gol. Título mundial. A partir de ahí, todo lo demás es relato. Incluidos los recuerdos de sus protagonistas.

 FINAL

Sigue diciendo Casillas, sobre los instantes previos a aquel momento histórico: “Tengo presentes las sensaciones, el estar pensando: “quien marca gana, no hay vuelta de hoja”. Sabía que cualquier tontería sería decisiva. Fue una jugada rápida y pensaba que no iba a llevar a nada, porque estábamos súper descolocados. Los seis de atrás pensábamos en guardar la posición, en que no nos metieran un gol. “Que lo peleen los cuatro de adelante”, pensábamos. Cuando veo que la pelota le cae a Andrés pienso: “Ahora”.

Ahí tenemos el recuerdo, el relato y la memoria. En primera persona. Y nada menos que de uno de los protagonistas del acto. Valiosísimo y emocionante. Pero absolutamente subjetivo. Y mediatizado por el vídeo, como bien confesaba Iker, con honestidad.

Eso sí, inmediatamente después de ese “Ahora”, que era pura especulación y deseo; llegaron el gol. Y la historia.

 historia iniesta

Habrá un momento en que los jugadores que consiguieron la Copa del Mundo de Sudáfrica se retiren. Esperemos que, para entonces, la nueva sabia de La Roja nos dé otras muchas alegrías, el tanto de Iniesta tenga continuidad y no se convierta en algo parecido al gol de Marcelino. Pero todo ello ya formará parte de otro relato. Un relato que aún está por escribir.

Como narrador, me gustan los cuentos y los relatos, por supuesto. Me gustan la realidad ficcionada y las ficciones basadas en hechos reales. Como lector y escritor de periódicos, me gustan las crónicas y los reportajes en los que interactúan el periodismo y la literatura. Me encantan el Nuevo Periodismo y el Periodismo Gonzo. Adoro el Realismo Mágico, el Realismo Sucio y hasta el Realismo Pútrido; pirrándome también por las distopías basadas en la realidad y por la ciencia ficción que trata de explicar el aquí y el ahora.

Ahora bien, cuando hablamos de Historia, exijo rigor, disciplina científica y precisión en los datos, los hechos y las fechas. Y por eso me resulta tan incómoda como inasumible esa creciente tendencia a reescribir la historia, a manipularla, a ensombrecerla o a dulcificarla. Esa costumbre de concebir la historia, no de acuerdo con los hechos, sino con su interpretación. Los unos por defenderla y los otros por conquistarla; flaco favor le hacen.

 Historia Memoria

Sí. Iniesta marcó un gol que le dio al combinado español su primer título del mundo. Pero ni siquiera Casillas, que estaba en el campo, recuerda con exactitud cómo fue. Y eso que no han pasado ni cuatro años de aquel partido. Así que, cuando hablemos de la historia de aquel gol, quedémonos con el minuto 116, el pase y el derechazo.

Todo lo demás, es relato.

Jesús Lens

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MARCA ESPAÑA

El pasado viernes, un compañero pedía caña. No sé si ésta es la Caña de España que estaba esperando…

El gol de Iniesta en la prórroga de la final del Mundial marcó el punto culminante de la Marca España en el extranjero. Es cierto que la crisis financiera y la falsedad de los brotes verdes habían comprometido la labor de gobierno de ZP, con una Presidencia de la Unión Europea que pasó sin pena ni gloria, aunque tampoco esperábamos otra cosa, conjunciones astrales a un lado.

Marca Iniesta. Marca España

Sin embargo, Nadal había elevado su tenis a la estratosfera, Contador cabalgaba sobradamente por las cumbres pirenaicas y alpinas del Tour, Bardem arrasaba en Cannes y España ganaba el Mundial de fútbol. Nada menos. Durante unas semanas, España fue campeona del mundo y de Europa tanto en fútbol como en baloncesto.

Soy consciente de que para mucha gente, los logros deportivos y artísticos carecen de cualquier valor, convencidos de que seguimos bajo el yugo del Pan y Circo romanos. Pero el deporte y las artes no sólo mueven miles de millones de euros cada año sino que contribuyen de una forma cada vez más decisiva a la consolidación de una imagen y una marca de país, región, ciudad o empresa que, nos guste más o nos guste menos, tienen una importancia trascendental a la hora de dar confianza y atraer inversiones y capitales.

Desde agosto, sin embargo, parece que nos haya mirado un tuerto. O un ejército de ellos. Empezando por lo más reciente y sangrante, esa Operación Galgo que ha vuelto a poner en solfa los logros de nuestros deportistas, tanto por la detención de atletas tan señeras como Marta Domínguez como por el manto de sospechas extendido hacia otras disciplinas.

La caída de Marta

Y la huelga de controladores, claro: ha provocado pérdidas multimillonarias en el sector de la hostelería, ha secuestrado a miles de viajeros y, lo que es peor, compromete la imagen de España como destino turístico serio y fiable. Si usted tuviera que elegir un país al que ir de vacaciones, ¿optaría por ése al que usted, o un familiar, o un vecino o un compañero de trabajo o un simple conocido no pudo llegar por culpa de una huelga salvaje e incontrolable?

El triple que Teodosic le clavó a la Selección Española de Baloncesto, alejándola de la lucha por las medallas del (otro) Mundial, pareció marcar el principio del fin de la Marca España en el exterior. Contador dio positivo por clembuterol y culpó de ello a un chuletón de ternera, lo que ha indignado a los criadores de tan noble animal. ¿Y qué me dicen del Pata Negra? ¿Con qué confianza encargas una ración de jamón en un restaurante, sabiendo que te pueden poner embutidos de cualquier denominación de origen, ibérica o no?

Se descojonan de nosotros

Por no hablar del aceite de oliva, adulterado, contaminado y falsificado. ¿No volverá a ser la Marca España sinónimo de un país de pícaros, vividores y sinvergüenzas?

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.