El estudio del lastre

No vean qué alegría me dio leer en IDEAL lo del estudio de la UGR que constata el lastre por la falta de conexiones en Granada. Entiéndanme bien: me dio alegría que haya un estudio que lo certifique. Que tonto sería si me regodeara en el problemón que llevamos a cuestas. 

Cuando uno escribe columnas protestando por el ninguneo sistemático al que nos someten Renfe, Adif, Aena y demás entes relacionados con el transporte, siempre termina entre dudas, con la sensación de ser un quejica, un llorica. ¿Y si no es para tanto? ¿Y si, en realidad, Granada no da para más conexiones y frecuencias?

Entonces se publica el estudio encargado por la Confederación Granadina de Empresarios a la UGR y las cosas se ven en su justa perspectiva. Para empezar, las conexiones aéreas y por tren de Granada están entre las más caras y más lentas del país. ¿Eso cómo se come? ¿Nos penalizan por ir más despacio y por tener más tiempos de espera? Lo mismo es un suplemento por practicar la Slow Life y no nos hemos enterado…

No les voy a repetir el chorreo de datos del estudio realizado por expertos del departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la UGR, pero las conclusiones son claras y diáfanas: las infraestructuras granadinas están desaprovechadas, infrautilizadas y desacompasadas. Y eso es un lastre inequívoco para nuestra socioeconomía. 

Lo decía alto y claro Gerardo Cuerva. “Los datos son demoledores: aeropuerto infrautilizado, sin velocidad en el tren, pocos destinos… El resultado es pésimo”. Y refiriéndose a los puñetazos en la mesa de la clase política, el presidente de los empresarios granadinos percibe que “el interés ha languidecido”. 

No me extraña. Estamos en un año electoral y los equilibrios son muy complicados. A la alcaldía de Granada se presenta la actual consejera de Fomento de la Junta, cuyo presidente anunció hace poco, a bombo y platillo, una descomunal inversión para ultimar la conexión directa por tren entre Málaga y Sevilla. De ahí a hablar de la A-92 ferroviaria que vertebre Andalucía, conectando también a Granada y Almería solo había un paso. Dialéctico, eso sí. ¿Será por prometer? 

A estas alturas, todavía no consigo comprender lo de las dos estaciones y las dos paradas del AVE en Antequera. El miércoles, en Barcelona, comentando con autores lo complicado, y caro, que es venir a Granada, se reían a mandíbula batiente. ¡Será para incentivar la lectura en el vagón del silencio!

Jesús Lens

Un Gerardo Cuerva desconocido

Fiel a una inveterada costumbre mantenida a lo largo de los años y siempre que tengo tiempo para leer la prensa con calma, empecé el IDEAL de ayer domingo por el final. En la página 40 leí un titular llamativo con las palabras de Antonio Garamendi, presidente de los empresarios españoles: “Hay que reconocer que el Gobierno está teniendo en cuenta las opiniones de la CEOE”.

Leí la entrevista con detenimiento. Garamendi explicaba las dificultades en las negociaciones para la prórroga de los ERTE, habló sobre la guadianesca contrerreforma laboral y, sobre todo, destacó el clima de entendimiento con Gobierno y sindicatos a la hora de alcanzar acuerdos en estos dos años. “Hemos alcanzado seis acuerdos hasta ahora, pero creo que es nuestra obligación alcanzar acuerdos. También defender nuestra visión y discrepar cuando no estamos de acuerdo con algo. Y tengo que reconocer que el Gobierno está teniendo en cuenta la opinión de la CEOE”.

Un poco más adelante, un Garamendi que se declara moderado y pragmático, señala: “La sociedad es mucho más moderada de lo que refleja el termómetro político”.

Seguí avanzando hacia atrás en la lectura del periódico hasta llegar un editorial titulado ‘Diálogo fructífero’ en el que se elogia ese productivo ambiente de entendimiento y flexibilidad entre Gobierno, patronal y sindicatos que debería servir de ejemplo a las formaciones políticas en el futuro inmediato.

La sorpresa llegó al leer la entrevista en profundidad que Mercedes Navarrete hizo a Gerardo Cuerva, presidente de la patronal de las pequeñas y medianas empresas españolas. Me chocó leer cosas como que “hay alguien empeñado en demonizar la actividad privada en España, que es complementaria con la actividad pública. A mí no me gusta un país que mine la actividad privada. No me gusta un país comunista. Creo en la libre economía y el libre mercado”. O un poco más adelante, hablando sobre el Gobierno y la posibilidad de subir impuestos: “No sé si detrás de eso pretenden un cambio de modelo, acabar con el sector privado y que todo sean macroempresas del sector público”.

¿Perdón? ¿Hola? ¿Me he perdido algo? ¿Están firmando los representantes de los empresarios españoles acuerdos con un ejecutivo de aspiración chavista bolivariano iraní castrista? Se me hacen raras esas palabras en un tipo tan habitualmente comedido como Cuerva (Aquí escribí de él hace un par de años). ¿Es la táctica del poli bueno / poli malo o se trata una postulación para ir en futuras listas electorales? Porque son declaraciones muy propias de político en campaña.

Jesús Lens

Empresariado

De los muchos parabienes y felicitaciones que recibió ayer Gerardo Cuerva en la sede territorial de Bankia en Andalucía, durante la celebración del 40 aniversario de la Confederación Granadina de Empresarios; el más elocuente, sincero y atronador vino dado por el aplauso espontáneo de las más de 400 personas que abarrotaban el salón de actos del Cubo.

40 aniversario de la CGE en Sede Territorial de Bankia en Granada

Fue un aplauso sincero, cálido y creciente que surgió porque sí. Porque tenía que surgir. Porque Gerardo se ha hecho merecedor de él. Y el discurso que pronunció inmediatamente después estuvo a la altura del aplauso.

El Milagro de Granada, lo tituló. Un milagro que sitúa a nuestra provincia, dentro de cuarenta años, en la vanguardia biosanitaria y científica, gracias al impulso del PTS y del acelerador de partículas. Una Granada en la vanguardia cultural e intelectual, gracias al trabajo de la UGR y a la proyección internacional de sus festivales y certámenes literarios, artísticos, teatrales, musicales y cinematográficos. Una Granada en la que residirían miles de personas foráneas, disfrutando de comarcas como las Alpujarras o el Valle de Lecrín o de la pujante Costa Tropical.

Mirar hacia delante. Sin olvidar las raíces ni la historia, por supuesto. Pero sin permitir, tampoco, que esas raíces nos impidan movernos, encadenándonos al suelo, o vernos inmovilizados por el peso de esa historia milenaria.

Gerardo Cuerva es un tipo conciliador con la rara virtud de llamar a las cosas por su nombre sin herir ni molestar a nadie. O haciéndolo solo lo justo. Será porque también es un tipo pragmático que, en sus razonamientos mentales, aplica el cada vez menos usado y tan añorado sentido común. De ahí el respeto y el cariño que le muestran los responsables políticos de unos y otros signos.

Me gustó mucho, igualmente, su apelación a esos “pequeños conformismos del pasado” que tanto daño han hecho a una sociedad granadina demasiado acostumbrada a tragar y a transigir. Y lo dice alguien que sabe lo que es negociar y ceder, pero sin rendirse ni bajar los brazos. Sin dejar de pelear.

Enhorabuena a los empresarios granadinos por 40 años de asociacionismo y fomento del emprendimiento. Y a Gerardo Cuerva por su reelección y por el estupendo equipo del que se ha rodeado para su siguiente mandato. Ojalá que siga siendo fructífero y contribuya a la materialización de ese Milagro de Granada, que celebraremos en 2058.

Jesús Lens

Pues anda que tú…

En ocasiones tengo la impresión de que la multiplicidad de administraciones que en teoría deberían gobernarnos tienen como objetivo principal el hacerse la puñeta, las unas a las otras. E, inmediatamente aparejado, el de servir como excusa y parapeto para la inacción gubernamental.

Leo que el presidente de la Confederación de Empresarios, Gerardo Cuerva, reivindica la línea eléctrica Caparacena-Baza-La Ribina como infraestructura básica para el desarrollo económico de esta zona de Andalucía y que, movido por su preocupación, ha sentado en la sede de la CGE a representantes políticos y del tejido empresarial afectados por el tema.

Cuerva aporta un dato preocupante: las inversiones previstas en el Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica se han reducido en aproximadamente un 20% en el período 2015-2020 con respecto al periodo anterior, correspondiente a los años 2008-2016.

El director general del Clúster Andaluz de Energías Renovables de Andalucía (CLANER), Carlos Rojo, denuncia que, tras años de reclamaciones, empresas que invirtieron en proyectos de renovables en la zona se ven abocadas a abandonar sus promociones y a deslocalizar sus inversiones.

¿Y los representantes políticos, de uno y otro partido, PP y PSOE? ¡A bofetadas, faltaría más! No en esta reunión, en la que todos habrán mostrado su firme compromiso para encontrar una solución que tal y tal y tal. A bofetadas, según podemos leer en sus declaraciones de los últimos meses a los medios de comunicación.

No se lo van ustedes a creer, pero el ayuntamiento de Baza -del PSOE- y la Junta de Andalucía culpan al gobierno central, mientras que el gobierno central culpa a la Junta de Andalucía y al gobierno de Zapatero y, de paso, le dan un toque a la Diputación de Granada y hasta a Francisco Cuenca, por no posicionarse en el tema de los 2 hospitales completos. Efectivamente: el Y-tú-más. O el Y-tú-menos.

En los partidos mantienen bien actualizados sus argumentarios acusativos: cada vez que surge una polémica, dando igual el tema del que se trate, inmediatamente salen a relucir los Pues-anda-que-tú de rigor, echándose a la cara los retrasos y recortes en autovías, trenes, metros, presas, AVEs, corrupción, hospitales y choricerío como temas estrella. Una forma lesiva, miserable y empobrecedora de entender la política en la que siempre perdemos los mismos.

Jesús Lens