Cosas que hacer

Porque hay vida, en Granada, más allá de las procesiones. Y de esa otra vida hablo en mi artículo de hoy, en IDEAL. Es cierto que la Semana Santa es una época propicia para tratar de darse los primeros baños del año, en nuestro Mediterráneo. Y también hay algunos, privilegiados, que huyen del olor a incienso y de las calles revestidas de cera, largándose al quinto pino. Y más lejos aún.

Pero otros muchos nos quedamos. Y tenemos que darle vidilla a estos días. ¿Qué tal, por ejemplo, si se dejan ustedes caer por el Paseo del Salón y se maravillan frente a las fotografías XXL de Sebastiao Salgado? Porque su “Génesis” es un proyecto monumental, en todos los sentidos de la expresión. Y no se demoren, que apenas le quedan tres días de exhibición.

Jesús Lens Génesis

Reconozco y confieso que tengo pasión por Salgado desde hace mucho tiempo. Pero no fue hasta ver la película “La sal de la tierra”, el año pasado, que cobré conciencia de la magnitud del desafío humanista que subyace en el trabajo de uno de los grandes maestros de la fotografía contemporánea.

Vea usted el documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, si está a su alcance. Pero, sobre todo, visite la exposición, al aire libre. Gustarle, le gustarán todas las fotos, un prodigio de la técnica en blanco y negro. Pero, ¿cuál le impresionará más? ¿La de los miles de pingüinos? ¿Los leones marinos? ¿Las de África? A mí, por su aparente sencillez, su rotundidad y su magnético simbolismo, la de la cola de la ballena me parece especialmente sobresaliente.

¡No molestes, hombre!
¡No molestes, hombre!

Y si son amantes de los libros, busquen “Génesis” en la editorial Taschen. No es barato, pero les aseguro que vale infinitamente más de lo que cuesta. AQUÍ lo pueden comprar.

Dejen el Salón y aprovechen para callejear hasta el Palacio de los Condes de Gabia. Hay dos exposiciones ahora mismo en cartel. “Al pie de la letra” es curiosa e interesante, con piezas singulares, instalaciones y collages sorprendentes. Pero en la sala de arriba están los cuadros de Irene Sánchez Moreno. Muy, muy desasosegantes. Y que maridan muy bien con el “Génesis” de Salgado. Porque son cuadros de gran formato en los que la representación de una esplendorosa naturaleza aparece perturbada por el inquietante rastro dejado por el ser humano.

Inclemencias. Irene Sánchez Moreno.
Inclemencias. Irene Sánchez Moreno.

Acérquense a los cuadros de Irene y admiren los trazos en la ejecución pictórica. Aléjense y pásmense con su acabado casi fotográfico. ¡Y sientan, sientan el deseo de adentrarse en su interior!

Jesús Lens

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Sin ideas

Hoy no sé sobre qué escribir. Tengo ideas, pero ninguna tan diáfana como para dedicarle las 390 palabras de esta columna. Vengo de Íllora y Alomartes, de ver unos olivos centenarios, pero esta historia necesita tiempo, reposo y documentación. También he conocido a un par de tipos estupendos, cada uno con una historia diferente, ambas complementarias. Pero me pasa lo mismo: aún no ha llegado su hora.

Sin ideas olivo centenario

Rebobino. Ayer estuve viendo dos exposiciones fascinantes, pero todavía no he terminado de procesar el impacto visual, sensorial y emocional provocado por el Génesis de Salgado y las Inclemencias de Irene Sánchez.

Y esta mañana, camino del trabajo, pillé al vuelo la conversación de unos jóvenes que iban al instituto. Hablaban de coches de lujo. Y, en mitad de la conversación, se coló un nombre: Dimitri. Dimitri debe ser un ruso que lleva en Granada desde los seis años y que habla con acento muy del barrio. Ya tenía título: Dimitri, el Ruso del Zaidín. Pero no he pasado de ahí. Del título.

Sin ideas inclemencias

Sigo sin ideas. Porque tengo un recorte en mis manos con una información muy curiosa: los granadinos viven casi un año menos que la media nacional. Pero está tan bien desarrollada y es tan completa que solo podría aportarle dos banalidades intrascendentes.

También tengo guardado el suplemento de Economía de este periódico, del pasado domingo. Y es demoledor para Granada. Cifras, datos, comparativas… No. Estamos bien. Pero este análisis también requiere una reflexiva digestión para tratar de ir un poco más allá. Y el tiempo apremia.

Podría hablarles de Stephen Curry y de cómo está cambiando el baloncesto, un fenómeno que entronca con Jordan y, más allá, con Larry Bird y Magic Johnson. O de, posiblemente, la mejor serie de televisión del momento, la heladora e impresionante “American crime”. Pero ¿pegaría en esta sección? ¿Les interesaría a ustedes?

Sin ideas curry

También tenemos la Fiesta de la Primavera, el Botellón y la Holly Run, pero ya he escrito sobre ello hace no demasiado tiempo. Y está, por supuesto, el drama de los refugiados. Pero fíjese usted por dónde, cuando me he ido a acordar de los refugiados, resulta que me he quedado sin espacio y ya he terminado la columna. Que podría empezar de nuevo, y centrarme en ellos. Pero que menuda pereza, ¿no? Mejor otro día. Ya si eso.

Ustedes me entienden, ¿verdad?

Jesús Lens

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