¿Vamos al cine?

El verano suele ser cinematográficamente yermo, estéril e inhábil, con estrenos infumables y títulos abstrusos que uno nunca llega a adivinar cómo han terminado convertidos en película y, sobre todo, cómo han encontrado hueco en la cartelera.

 

Este tramo final de julio, sin embargo, nos sorprende con alguna apreciable y agradable sorpresilla, a la espera de ver la muy prometedora “Dunkerque”, de Christopher Nolan, uno de los grandes directores contemporáneos y de los pocos de los que me fio a ciegas. Y sin olvidar “Su mejor historia”, que puede terminar siendo una de las pequeñas-grandes películas del año y está emboscada en la cartelera granadina con solo dos pases diarios.

Espero ver ambas películas, estos días, y comentarlas con ustedes. Mientras, digamos que conviene pasarse por “La guerra del planeta de los Simios”, final de una trilogía más que interesante sobre una de las grandes sagas de la historia del cine. Eso sí: échenle paciencia, que alcanza la nada desdeñable –e innecesaria- duración de 153 minutos.

 

Y, como les digo, no hacía falta: si el montador hubiera cortado una hora de metraje, el guion se habría mantenido incólume y la historia funcionaría exactamente igual, sin necesidad de tantos subrayados dramáticos o reiterados énfasis trágicos. Pero, ya les digo, es buena película, con secuencias muy poderosas. Una invitación a reflexionar sobre el mundo que podría estar por venir y en la que Woody Harrelson se atreve a copiar al Marlon Brando de “Apocalypse Now”, sin rubor… y sin salir del todo malparado del empeño.

“Baby Driver”, de la que hablaba en la anterior entrega de El Rincón Oscuro,  también es demasiado larga. Pero también se deja ver. Y escuchar. Que la música es parte esencial de la película. Si les gustan los coches a toda velocidad y los atracos imposibles a ritmo de funky, la disfrutarán. Sobre todo, la primera parte. Después ya, cansa, con tanto giro de guion, tratando de sorprender y epatar al espectador.

Y nos queda “Día de patriotas”, una solvente película que ahonda en una dramática situación de la actualidad más reciente: el ataque terrorista durante la Maratón de Boston de 2013 y la posterior caza del hombre puesta en marcha para detener a los autores del atentado. Me gustó el tono que le imprime el director y el tratamiento que el guion hace de los terroristas, absolutamente alejado de cualquier convención al uso. Volveremos sobre ella, con más tiempo.

 

Jesús Lens