España trasnochada

¡Cómo nos ponemos con los trastornos que provoca el cambio de hora en nuestros ritmos circadianos y otras sesudas cuestiones sobre el sueño, la vigilia, la luz y la oscuridad!

No se habla tanto, sin embargo, sobre las ojeras y el mal humor de los miles de espectadores que nos obligamos a permanecer despiertos hasta bien entrada la madrugada del lunes, viendo el debate electoral.

Les confieso dos cosas. La primera es que di varias cabezadas, algunas tirando a largas, esperando el minuto de oro de los candidatos. La segunda es que me incorporé tarde al debate, que estuve en el cine viendo una película que es todo un mazazo. ‘Parásitos’, se llama. Y aquí me tienen, haciendo un titánico esfuerzo por no jugar con el título de la película y el papel de esos políticos nuestros, incapaces de pactar, llegar a acuerdos y formar un gobierno que dure más allá de un puñado de meses.

El debate fue un continuo deja vu que me dejó una plomiza sensación de estar viviendo en un interminable día de la marmota. Las mismas acusaciones, las mismas promesas falsas e incumplidas, las mismas vaguedades… Sólo el iracundo dedo amenazador de un mentirosísimo Abascal aportó algo nuevo y diferente. Para peor, por desgracia.

Tuve el tino de apagar la tele sin dejarme enmarañar por los análisis de los diferentes contertulios ni por las valoraciones de los propios contendientes, de forma que el daño a mi sueño fue sólo parcial. ¿Hasta qué hora duró todo aquello? ¿Hasta qué hora aguantaron ustedes? ¿Qué sentido tiene, un lunes, tratar de mantenernos despiertos hasta más de las dos de la mañana con el tinglado electoral? ¿Qué pasa con la productividad, el descanso, la conciliación y el sentido común?

Los horarios del debate son una muestra más de que vivimos en un país sin lógica ni criterio; absurdo, trasnochado y surrealista. Nuestros representantes institucionales habitan en un universo de política-ficción que se permite despropósitos como el del lunes, atentando contra cualquier racionalidad horaria y… sigo mañana, que ahora voy a ver si me da tiempo a descabezar una siestecilla.

Jesús Lens

Debate de horarios irracionales

Digan lo que digan, el auténtico ganador del Debate del pasado lunes fue el sueño. El sueño ganó por la noche, conduciendo a los brazos de Morfeo a miles de espectadores que no soportaron los discursos de los candidatos.

MADRID  13 06 2016  POLITICA  Debate a cuatro en la campana electoral del 26J  Mariano Rajoy  PP  Pedro Sanchez  PSOE  Pablo Iglesias  Podemos  y Albert Rivera  Ciudadanos  FOTO  JOSE LUIS ROCA
MADRID 13 06 2016 POLITICA Debate a cuatro en la campana electoral del 26J Mariano Rajoy PP Pedro Sanchez PSOE Pablo Iglesias Podemos y Albert Rivera Ciudadanos FOTO JOSE LUIS ROCA

Y el sueño, por supuesto, presidió la jornada laboral del martes, para los héroes insomnes que hicimos gala de una mezcla de valor y tontunismo, aguantando el Debate hasta sus últimas consecuencias, ya bien entrada la madrugada.

Ya no recuerdo qué candidato habló de la racionalización de horarios. Creo que fue Sánchez. Y me resultó paradójico, escucharlo en un Debate de horarios imposibles. ¿A quién se le ocurrió la feliz idea de convocar a las diez de la noche un debate de dos horas y media? ¿Por qué empezó cerca de las diez y media? ¡Y a lunes! Para empezar la semana con un buen déficit de sueño, imagino.

Debate a 4 zombi

Algunos malpensados de lengua viperina opinan que, en realidad, era una táctica para que lo viera la menor cantidad de gente posible. Que si por los partidos hubiera sido, habrían debatido a la hora de la Teletienda, dado el cariño que le ponen, en España, a los debates.

Creo que la CEOE, siempre tan preocupada por la productividad de los asalariados, debería presentar una queja formal a la Academia de la Televisión por el sinsentido del horario del Debate a 4. Y los miembros de la junta directiva de dicha Academia deberían presentar otra, por su papelón mientras esperaban la bajada de los cuatro candidatos, uno por uno, para hacerse la ridícula foto de un posado que no nos interesaba a nadie.

Y, por supuesto, los medios de comunicación deberían protestar por lo absurdo del horario de un debate que les obligó a estar al pie del cañón hasta más allá de las dos de la mañana, con las visitas de los candidatos a las sedes de sus partidos a una hora a la que el Metro de Madrid ya debía estar cerrado y los televidentes, durmiendo el sueño de los justos.

Debate a 4 saludos

Se les llenó la boca a los cuatro candidatos hablando de economía, creación de puestos de trabajo, salarios mínimos y estímulo a los autónomos y emprendedores. Que está muy bien. Pero que podían haber empezado por dejarnos ir a dormir a una hora decente y razonable.

Jesús Lens

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