Salobreña la Bella

Me gusta cuando mi querido Colin Bertholet nos da los buenos días desde su muro de Facebook, a través de uno de sus garabatos digitales, mostrando algún rincón perdido de Salobreña. Salobreña la Bella, como la llama él.

La última vez que estuve en la blanca y empinada Villa fue hace un mes, en la presentación de la última –y portentosa- novela de Juan Madrid, pero llevaba varios meses sin visitarla. Me da rabia no bajar tanto como antes a nuestra Costa, sea a Salobreña o sea a la Chucha, pero a medida que me hago mayor, valoro cada vez más el placer de pasar los fines de semana refugiado en el Zaidín, encastillado entre libros, series, películas y otros placeres sencillos de la vida.

 

En Salobreña, es un hecho constatado y constatable, fluye la creatividad. Lo hemos comentado otras veces en estas mismas páginas. Cuando no es la puesta en marcha de una revista es un proyecto sobre viajes y aviones. O la garabatería. O los libros-objeto. Y las veladas musicales, cinéfilas, literarias o deportivas. Y las gastronómicas. Y algunas etílicas, por supuesto.

Fines de semana creativos en los que acumulaba ideas, anotaciones en servilletas y pintarrajos en manteles de papel, entre los espetos del Bahía, los platos del Aráis, las tapas del Mesón de la Villa, las novelas de 1616 Books, los conciertos del Fusión o las cenas en el Pesetas y en la Traviesa. Fines de semana que eran inyecciones de vitalidad, sacudidores de neuronas, activadores sensoriales.

 

Ayer, la Junta de Andalucía inscribía a esa Salobreña mágica en su Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, por el valor paisajístico de su Casco Antiguo, dentro de la tipología de Conjunto Histórico. Más que merecido, que la Salambina clásica está ahí desde los tiempos de Ptolomeo y Plinio el Viejo, viendo pasar el tiempo.

No tardaré en volver a Salobreña, para la inauguración de la Exposición “Tributo al Casete”, del infinito Colin, en el marco del festival Nuevas Tendencias. Pasaremos bajo la Bóveda, buscaremos la Música en los Rincones y aprovecharemos para brindar con los muchos y buenos amigos de la Villa por la consecución de una distinción que hace justicia a la proverbial belleza de un pueblo nacido para ser visto, vivido… y paseado. Y un compromiso: salir más de casa para conocer y disfrutar de nuestros paraísos cercanos.

 

Jesús Lens

 

Salobreña ¿piensa en verde?

Salobreña debería llevar la etiqueta de Ciudad Creativa. Me gusta bajar, cada poco tiempo. Porque además de pasarlo bien y reencontrarme con muchos y buenos amigos, siempre supone un chute de endorfinas creativas.

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Proyectos, ideas, planes y ocurrencias parecen fluir en Salobreña con más fuerza, libertad y descaro que en ningún otro sitio. Así, cada pocas semanas me invento alguna excusa para visitar uno de los pueblos más bonitos de Andalucía.

Sea provocada por una presentación literaria, una tertulia, un concierto, una película… la velada siempre terminará prolongándose hasta altas horas de la madrugada. En ocasiones, hasta el día siguiente. Y el siguiente. O el otro. Porque Salobreña tampoco se termina nunca.

En Salobreña se ha conformado un núcleo de resistencia cultural con puntales como la elegancia, osadía y sensibilidad de Colin Bertholet, el insobornable compromiso de Antonio Fuentes y su librería 1616 Books y la presencia arrolladora de Juan Madrid y su Muestra de Cine Negro y Social, desarrollados en un municipio que ha hecho bandera de la Cultura y cuyo ayuntamiento la defiende, la promueve y la financia. Para muestra, un botón: se cumple el 25 aniversario de un Festival pionero en Andalucía, como es el Nuevas Tendencias.

Estoy convencido de que el entorno privilegiado de Salobreña contribuye a todo esto. Un pueblo que está junto al mar, pero que no le ha dado la espalda al campo y a su feraz vega. Un pueblo que también mira hacia arriba. Hacia el castillo que lo corona y al que se llega serpenteando por sus empinadas cuestas y la bóveda medieval, proporcionando al caminante unas vistas prodigiosas.

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Salobreña es un pueblo para disfrutar despacio. Caminando. Con tiempo y sin prisas. Que también es un perfecto ejemplo de Slow Town, atractiva para viajeros de todo el mundo.

El anuncio de la construcción de un macrocomplejo hotelero en esta Salobreña, en primera línea de playa, al otro lado del Peñón y dándole un buen bocado a su vega, no me parece la mejor de las noticias. Que el Algarrobico también iba a proporcionar muchos puestos de trabajo, la zanahoria con la que siempre se venden estos depredadores proyectos urbanísticos.

A la izquierda del Peñón, iría el resort
A la izquierda del Peñón, iría el resort

Aunque suene a tópico manido, creo que un modelo de turismo sostenible, ecológico, creativo y cultural sería mucho mejor para Salobreña que la construcción de un resort de pulserita y todo incluido.

Jesús Lens

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Lugares Comunes

Querido Colin:

Me siento culpable. Culpable por no estar leyendo ese magnífico e impresionante primer número de Lugares Comunes como se merece.

Lugares Comunes en IDEAL
Lugares Comunes en IDEAL

Y como estoy deseando.

Cada vez que veo una reseña en Facebook, una imagen de la revista, una de sus páginas… sufro. ¡Quiero leerla! Quiero tener tiempo para dedicarle horas y pasar todas y cada una de sus páginas, paladeando el tacto precioso de ese papel exquisito.

 Lugares Comunes Bertholet

Aún llevo conmigo el olor a tinta de la imprenta de Salobreña. ¡Qué idea, presentar allí la revista! No solo por el buen rato que pasamos, sino por el espacio. ¡Cuánta creatividad acumulada entre aquellas paredes! ¡Cuánto arte ha tenido que pasar por aquellas máquinas!

Qué gustazo, brindar allí por el nacimiento de una revista efímera. Sí. Efímera. Con fecha de muerte. Que no de caducidad. Porque “Lugares Comunes” permanecerá para siempre.

Antonio Fuentes, presentador de lujo de Lugares Comunes
Antonio Fuentes, presentador de lujo de Lugares Comunes

Querido amigo: nos vemos pronto. Y nos leemos con detenimiento, mimo y tiempo. Mientras, recibe mi más sincera enhorabuena por un excitante y estimulante proyecto, otro más, que es una gozada y del que me siento orgulloso partícipe.

Siempre tu amigo,

Jesús Lens

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¡Eureka! en Damasqueros

Me gusta esta imagen, de mis queridos Cuate Pepe y Colin Bertholet, tomada hace unos días, en el restaurante Damasqueros de Granada.

Damasqueros Cuate Pepe Colin Bertholet

  • ¡Eureka! –parecen decirnos.

El brindis cafetero llegó después de una exquisita comida, oficiada por la gran Lola. Una comida increíble, repleta de exquisiteces y de momentos gustativos para el recuerdo, cuya descripción resultaría ociosa y baladí, ya que no hay nada más complicado que tratar de reproducir con palabras las explosiones de sabor que se producen en la boca, con cada combinación surgida de imaginación y del trabajo de investigación de Lola.

 Damasqueros ensalada

Para los amantes de las letras y de la historia, el trabajo de recuperación y actualización del imaginario gastronómico de nuestra tierra que hace el restaurante Damasqueros, cargado de referencias andalusíes y sefardíes; es una gozada. Pocas veces, tradición y modernidad se dan la mano en platos con tanta elegancia, belleza y capacidad de evocación.

Y todo ello, gracias a los productos autóctonos de nuestra tierra. Frescos. De temporada. Lo que “obliga” a Lola a variar de menú cada semana, para deleite de sus fieles y rendidos comensales.

 Damasqueros merluza

Platos que, además, fomentan la conversación y el diálogo, que estimulan la imaginación y nos permiten concebir planes, proyectos, ideas y desafíos artísticos y culturales.

¿A qué conclusión habrán llegado Colin y Pepe? ¿Qué descubrimiento habrán hecho? ¿De qué proyecto estarán hablando?

 Damasqueros postre granadino

Pronto, más información.

Pero antes, una pregunta: ¿no creéis que Granada se merece, ya, y al menos, una Estrella Michelín? Aquí tenéis una encuesta, con algunos chefs y restaurantes que podrían ser merecedores de la distinción. Entre ellos, Damasqueros y el restaurante de nuestro también querido Álvaro Arriaga.

Jesús Lens

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Ventanas con palabras

Lo decía en la presentación granadina del libro, ante los medios de comunicación: yo era más de Puertas que de Ventanas. Ya sabéis, la adicción a The Doors y aquellos versos de Huxley:

The are things than are known

And things that are unknown

In between are the doors

Las Puertas de la Percepción.

Pero gracias al proyecto de Colin Bertholet y sus Ventanas con Palabras, ahora también fotografío vanos, huecos y ventanucos y, sobre todo, ahora me asomo a todas las ventanas que puedo, a ver qué se ve.

 Ventanas con Palabras

Hoy se presenta Ventanas con Palabras en su ámbito natural. Salobreña. En un restaurante muy especial: La Traviesa. Sé que es especial porque solo lo he pisado una vez (y no fue para comer o cenar) y ya me transmitió energía positiva. Pero es que nuestros Pacos y Concha también hablan maravillas de él.

La cita es esta noche. A las 21 horas.

Ya hablaremos más largo y tendido sobre Ventanas, palabras, cuentos e historias.

 Ventanas Palabras

Hoy es día de estar con Colin en una iniciativa cuyos beneficios económicos serán, íntegros, para el Banco de Alimentos de Granada, que tan importante papel desempeña en nuestra sociedad en estos tiempos de crisis. Para más información, esta extensa nota de Europa Press. Para comprar el libro, por 20 euros, en Librerías Atlántida, Babel y Dauro de Granada y en 1616 Books de Salobreña.

Y colabora la inquieta Editorial Alhulia.

O sea que, como siempre que vamos a Salobreña, estaremos como en casa.

¿Nos vemos?

Jesús Lens

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