Entre cBc y CB/CN

Me sentí raro cuando Carmen me propuso hacer una entrevista sobre “Café-Bar Cinema” que, a la vez, sirviera para avanzar mi nuevo libro de cine, que ya está en proceso de maquetación.

No entiendo la razón de esa extrañeza ya que, en realidad, este Cuadernillo del que tanto hablamos últimamente es lo que pretende: servir de bisagra entre dos proyectos literario-cinematográficos y como apadrinamiento del libro.

CB/CN

Pero Carmen es una de esas escritoras y periodistas de raza y, a través del Facebook, echamos un largo, profundo y completo rato de charla, en diversas sesiones.

“Jesús Lens. Del cine y sus demonios” es como Carmen tituló una charla a la que solo le faltó una barra y una Alhambra Especial, o varias, de por medio.

¿Qué os parece?

Y es que “Café-Bar Cinema” es un libro que no deja de darme alegrías.

Por ejemplo… ¿qué me decís de su web?

¡Sí!

“Café-Bar Cinema” tiene una web fantástica que me ha diseñado Raquel Marín, @_RMarin

Échale un vistazo y pasa el enlace a tus contactos. ¡Únete a la causa!

Veréis que la página, fantástica, tiene la opción de comprar el libro, a un precio más que interesante, firmado y dedicado por el autor (o sea, por mí) y de pagar a través de PayPal. Todo profesional. Muy profesional. Y es que Raquel es mucha Raquel.

Y es que, además, nos gustan los bares.

Por eso estamos escribiendo una serie de cuentos bajo la divisa de cBc, bajo la enseña que nos diseñó otro de esos amigos de privilegio: Colin Bertholet. Cuentos de bares y cafés, por su puesto.

cBc logo

Y por eso hemos puesto en marcha la iniciativa #Embarrados.

¡Y que no pare!

Por cierto, que ahora que lo pienso, esta entrevista en Canal 21 no la distribuimos nunca… ¡Ays! Veréis que Javier Vílchez hizo un trabajo excelente en su programa El Zoco.

Solo una cosa… ¡prohibido hablar de mis pelacos! Fue un aquí te pillo – aquí te mato y recuerdo que, además, fue un día complicado, de esos en los que la batería del móvil se llega a agotar hasta por dos veces.

Por todo ello, y aunque pronto nos volcaremos en CB-CN, hay que recordar que cBc vive. Como libro, como web y como proyecto multidisciplinar de largo alcance.

¡Únete a la causa!

Be CbC, My Friend!

🙂

@jesus_lens

¡Vosotros sois los héroes!

Ahí va el (comentado y discutido) artículo del domingo, en las páginas de opinión de IDEAL. ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué?

Quedarse es más difícil que irse, más arriesgado que marcharse, más valiente que huir, más honroso que esfumarse.

Permanecer, cuando las cosas se ponen realmente difíciles y empiezan a ir de mal en peor, cuando la situación se complica y se hace realmente peligrosa; demuestra un talante, una forma de ser templada, corajuda y arrojada. Osada, absurda e inconsciente, quizá. Pero remarcable. Notablemente remarcable.

Ejemplos como el de Pedro Ros, por ejemplo, el único ciudadano blanco que se quedó en la ciudad maliense de Segou, con su esposa Genevieve y su hijo de corta edad, afrontando serenamente la amenaza de las milicias islamistas radicales que estuvieron a punto de tomar la ciudad y pese a los consejos, ruegos y casi súplicas de las autoridades diplomáticas españolas, que le insistían en que evacuase su casa, su ciudad, su vida.

Pedro Ros Malí

Cuando leía la historia de Pedro me acordaba de una de las películas que más me han conmocionado en los últimos tiempos. Documentándome para mi próximo libro, sobre cine y África, vi una joya titulada “De dioses y hombres”, dirigida en 2010 por Xavier Beauvois. Se trata de un western contemporáneo protagonizado por unos monjes cistercienses que vivían en su monasterio, radicado en una zona montañosa de Argelia, a finales del siglo pasado.

De dioses y hombres

El siglo pasado, aunque haya introducido el término “western” en el párrafo anterior, es el siglo XX. Y los monjes protagonistas, efectivamente, son dignos herederos de la heroica estirpe de personajes hawksianos como el sheriff de “Río Bravo” o los aviadores de “Solo los ángeles tienen alas”. Porque, en los años noventa, cuando Argelia se vio desangrada por una especialmente cruenta y aterradora guerra civil en la que el terrorismo segó la vida de miles y miles de personas, degolladas a sangre fría en la mayor parte de los casos; un grupo de monjes cistercienses, aun a sabiendas del riesgo que corrían, se quedaron en su monasterio, colaborando con la comunidad en la que estaban imbricados, cultivando sus huertos, manteniendo el dispensario médico y ayudando a todos los que precisaban de auxilio, con independencia de su credo, origen, procedencia o extracción.

De dioses y hombres

La película, rodada con una sensibilidad exquisita, muestra los miedos, las dudas y las zozobras de los monjes. Sin necesidad de aspavientos o melodramas, vemos a los monjes dialogar, discutir, opinar y, finalmente, tomar una decisión: quedarse. Posiblemente, la más difícil de sus vidas. Pero también la más consecuente, comprometida y honrosa. Aunque pudiera costarles la muerte.

Basada en hechos reales y en un procedimiento que aún se encuentra sub júdice, en Francia, “De dioses y hombres” es una obra maestra del cine que conmueve hasta las entrañas sin necesidad de manipular al espectador ni de espolear sus más bajas pasiones. De hecho, la cámara actúa a modo de espejo y los actores que interpretan a los monjes parecen dirigirse al espectador y preguntarle: Y tú, ¿qué harías?

De dioses y hombres

La figura del religioso que, aun en las circunstancias más adversas, permanece a pie firme y sin retroceder un milímetro, apoyando y defendiendo a las personas de la comunidad que han confiado en él; es recurrente en muchas películas cuya trama se desarrolla en África. Desde “Mogambo” e “Historia de una monja” hasta la más reciente “Disparando a perros”.

Sirvan estas líneas como reconocimiento y homenaje a esas personas y organizaciones, seglares y religiosas, que se quedan cuando todos los demás se marchan. Misioneros, médicos, diplomáticos, soldados, cooperantes, periodistas… o personas normales y corrientes, como Pedro.

¡Vosotros sois los héroes!

Jesús Lens

A ver los 4 de febrero de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012

Todo por la pasta

No sé si será bueno o no, pero una de las cosas que ha traído la crisis es que todo el mundo necesita pasta. Parné. Money. Cash. Dinero. El rukiki, o sea, del que hablamos en este artículo de IDEAL, hace ya años, cuando la crisis solo había comenzado y algunos, hasta la negaban.

¡Abajo las máscaras! ¡Fuera complejos! ¡La verdad desnuda!

Todo por la pasta

Yo, tú, él, ella, ello, nosotros, vosotros y ellos… ¡todos necesitamos hacer caja! Y punto. Con mayor o menor urgencia, en mayor o menos cantidad… ¡que levante la mano quién pueda decir que no necesita un poco más de guita!

Cuando éramos ricos, cuando España era un milagro, cuando vivían por encima de nuestras posibilidades; podíamos permitirnos el gusto de hacer muchas cosas gratis. O, dicho más finamente, por amor al arte. Pero ya no.

Teniendo en cuenta que los días siguen teniendo 24 horas y que por cada hora de trabajo se paga cada vez menos dinero, todos empezamos a pensar en rentabilizar actividades que, hasta ahora, no lo eran.

Como decía en primer párrafo, no sé si eso es bueno o no, pero todos empezamos a tener una mente cada vez más comercial.

O será que ha calado el mantra de “saca al empresario que llevas dentro” con que el gobierno, la prensa, las editoriales y todos los gurús y analistas de la cosa económica nos llevan martilleando desde que la crisis comenzó su andadura, allá por final de 2007. ¡Todos a emprender! ¡Ay, el cambio de paradigma! ¡Ay, el nuevo modelo productivo!

A quienes nos dedicamos a esto de aporrear teclas, al ver las cláusulas del contrato fantasma que la analista fantasma de la Fundación IDEAS tenía suscrito, se nos han abierto las carnes. ¡Esa muchacha cobraba cerca de medio euro cada vez que le daba… hasta a la barra espaciadora!

El padrino

La crisis, los llamados al emprendimiento, los recortes en sueldos, salarios y prestaciones, los incrementos de precio en todos los productos y servicios… todo nos lleva a necesitar ganar más dinero. Antes, todos queríamos ganar más. Ahora, diversificar las fuentes de ingresos empieza a ser una cuestión prioritaria, como apunto en este artículo: Predistribución. Que no se trata de hacernos rico ni de llevarnos la panoja por la patilla, sino de tratar de mantener un status quo que, los de arriba, hace mucho tiempo que superaron y dejaron ridículamente atrás.

Para quienes nos creemos creativos y confiamos en la Antifragilidad, esto de empezar a generar ingresos por cuenta de lo que escribimos, es todo un desafío. ¡Ganar dinero con estas ocurrencias! Años y años de bloguear gratis, por ejemplo. ¿Cómo sacarle rendimiento? ¿Y a los cuentos y a los relatos? ¿Y a las ideas, ocurrencias y sucedidos? ¿Y a ese Facebook, con cerca de 5.000 “amigos”? ¿Y a los 2.000 seguidores del Twitter?

Ahora mismo, está todo por hacer. Pero cuesta. Cuesta cambiar el chip. Cuesta tratar de vender tu propio producto. Cuesta venderte a ti mismo. Vender tus ideas. Comercializar tus palabras.

Cuesta.

Y, sin embargo, hay que hacerlo.

Pero este afán recaudatorio y comercial también tiene dos contrapartidas. La primera: que cada euro, cuenta. ¡Qué importante vuelve a ser 1 euro! Con engañifa aquella de pasar del Todo a Cien a Todo a Un Euro, nos olvidamos de lo mucho que cuesta ganar cada uno de ellos.

1 euro

Ahora, además, estoy personalmente más dispuesto que nunca a pagar por disfrutar de las cosas que me gustan y me interesan. Por los conciertos. Por las películas. Por las exposiciones. Por una camiseta. Por una chapa. Por un disco. Por un libro. Por una estampa. Por una revista. Por una suscripción. Por un cartel. Por un posavasos. ¡Elogio de la Creatividad!

Ahora que empiezo a valorar mi propio trabajo, también valoro mucho más el trabajo ajeno.

Por eso publicaba este artículo, en IDEAL, hace unos meses: Nadie lo hará por ti (pero no estarás solo)

Colaboración, cooperación, coproducción, coordinación. ¡También lo apuntabámos, hablando del Coworking!

Retroalimentación. Pago. En efectivo o en especie. Cobrar. Ganar. Ingresar. Vender.

No sé cómo lo ves tú y qué opinas, pero yo empiezo a estar convencido. Sería por eso que hice este Cuaderno, que incluye un avance de “Cineasta Blanco, Corazón Negro”, con sus fotos a todo color; y un cuento publicado bajo de etiqueta cBc, esto es, Café-Bar Cinema, mi anterior libro, que puedes comprar, rebajado de precio, AQUÍ.

África en el cine

Y que está a la venta.

Ya sabes:

1 x 3

3 x 5

5 x 10

Si ingresas la cantidad que quieras en la cuenta 0487 3147 11 200014979, yo te mando el/los Cuadernos correspondientes y luego tendrás descuento cuando compres el libro. ¡Además de compartir esas Alhambras fresquitas que ya nos están esperando! Y es que el texto ya está terminado, las fotos seleccionadas y el proceso de maquetación en marcha.

Como no me canso de repetir… ¡seguimos!

Jesús Lens, todo un pesetero 😉

A ver, los 29 de enero de 2009, 2010, 2011 y 2012; qué blogueamos.