BCNegra y el Noir transgenérico

Cuando mi admirado y querido Paco Camarasa, comisario de BCNegra, me propuso conducir una mesa redonda titulada “Cosecha en castellano”, no me lo pensé y acepté de inmediato. ¡Hora y media de charla con cinco autores muy diferentes entre sí! Y en el Ateneo barcelonés, uno de esos marcos ciertamente incomparables en los que la cultura y la historia rezuman por cada poro de la piedra. Y de este encuentro hablo en El Rincón Oscuro, mi sección Noir de los miércoles, en el periódico IDEAL.

BCNegra

Sábado por la mañana. Lleno total en la sala Oriol Bohigas del Ateneo. Más de doscientas personas con ganas de escuchar a los autores convocados: Juan Bas, Francisco José Jurado, David Llorente, Berna González Harbour y Sergi Doria. Y ahí estaba yo, con ganas de abrir el fuego para hablar de literatura negra transgenérica. Porque las últimas novelas de estos autores son tan diferentes entre sí que preveía una charla de lo más productiva.

Y es que, excepto en el caso del inspector Benegas, de Francisco José Jurado, apenas aparecían policías o detectives en el resto de las novelas. Cadáveres sí. Y muchos. Y robos, estafas y agresiones. Y violencia. Pero (casi) nada de investigaciones al uso, lo que es síntoma inequívoco de las amplísimas posibilidades que ofrece el género negro contemporáneo.

Así, por ejemplo, David Llorente no cree que su apabullante “Madrid: frontera” (Editorial Alrevés) sea una distopía: la realidad en que vivimos está tan jodida que la distopía se ha hecho real y nos ha alcanzado. Efectivamente, cuando lean esta novela verán que todo lo que cuenta, pareciendo increíble e imposible que ocurra, ya está aquí. En otra escala, pero aquí. Y ahora. De ahí que estemos ante un libro que te sacude como un electroshock. (Su «Te quiero porque me das de comer» también es para dejar traumatizado)

BCNegra David Llorente

También deben conocer ustedes a los “Pájaros quemados” de Juan Bas, de esa editorial Alrevés cuya portentosa selección de autores la ha convertido en imprescindible, dentro del panorama más arriesgado y diferente del noir contemporáneo.

Verano. Calor. Mucho calor. Y un montón de personajes que se echan a la carretera, cada uno por razones diferentes y con destinos distintos. Desde el cura pederasta a la política valenciana, pasando por los prestamistas usureros que van a la caza de los pájaros protagonistas de una historia coral, narrada en formato de road movie con toques tarantinianos y conexiones con las “Vidas cruzadas” de Carver & Altman. Una historia, sin embargo, muy apegada a la realidad en la que vivimos. Y al fango en que nos ahogamos.

BCNegra Juan Bas

Berna González Harbour nos advierte, en su caso, de que “Los ciervos llegan sin avisar”. Justo lo que le pasa a su protagonista, una economista que se creía a salvo del tsunami de la Crisis y que, sin embargo, se vio arrastrada por él. Completamente desubicada, decide regresar al pasado y tratar de encontrar la explicación a una situación que le ocurrió mucho tiempo atrás, en la recta de una carretera, cuando se topó con un camión accidentado y acompañó al conductor en sus últimos momentos, esperando a que llegara la ambulancia.

BCNegra Berna González Harbour

¿Quién era ese joven camionero? ¿Quién le esperaba al final del camino? Y, sobre todo, ¿cómo y por qué sufrió el accidente en un lugar tan improbable? La respuesta, en una novela publicada en la Serie Negra de RBA y que, como en el caso de Juan Bas, abandona el entorno urbano y se marcha a recorrer esa España rural que alberga tantas historias.

Sergi Doria sí nos ofrece una novela muy urbana en “No digas que me conoces” (Plaza & Janés). La acción transcurre en la Barcelona de los años 20 del siglo pasado y está protagonizada por un mítico estafador, Antoni Lluciá, que dejó en ridículo a buena parte de los banqueros de la época. Y, junto a él, un periodista de ascendencia anarquista, enfrentado a sus compañeros de la CNT que abogaban por la violencia.

BCNegra Sergi Doria

Por tanto, el inspector Benegas de Francisco José Jurado resultó ser el único policía protagonista de la tertulia. Benegas, un tipo felizmente normal y corriente. Sencillo. Inteligente. Y bien integrado en Córdoba. Una Córdoba que se enfrenta a la aparición de dos cadáveres muy perjudicados, lo que podría hacernos pensar que las mafias de la droga se han enseñoreado de sus calles. Pero pronto sabremos que Córdoba no es Sinaloa, como nos cuenta “Sin epitafio”, publicada en Algaida, en una narración que también tiene su componente histórica.

BCNegra Francisco José Jurado

¿Hay o no hay noir español contemporáneo para todos los gustos?

Jesús Lens

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Verano en rojo

¡Ay, aquel verano del 2010! Igual que uno siempre recordará qué hacía cuando cayeron las Torres Gemelas, los españoles siempre recordaremos dónde, cómo y con quién estábamos cuando Iniesta marcó su memorable gol a Holanda, aquel gol que no solo nos coronaba como Campeones del Mundo sino que nos permitía, por fin, sacudirnos históricos complejos de inferioridad con países como Alemania, Francia, Inglaterra, Italia o Argentina.

España vivió el Mundial de Sudáfrica entre la esperanza y el estupor; entre el miedo a perder y la pasión por ganar. Y así comienza la excelente novela de Berna González Habour, publicada por esa impresionante, magistral y espectacular, imprescindible colección que es la Serie Negra de RBA.

Efectivamente, “Verano en rojo” arranca cuando la inspectora de policía María Martín se apresta a ir a casa de su familia para ver los cuartos de final del Mundial. Solo que una llamada de Esteban, su segundo de abordo, le tuerce los planes: ha aparecido el cadáver de un hombre. Ahogado. En un lugar tan improbable como el estanque del parque Juan Carlos I de la capital del reino.

Mientras, un veterano periodista de sucesos, Luna, trata de sobrevivir a la resaca posterior a una monumental borrachera. En este caso, nada tiene que ver con los éxitos de la Roja. Muy al contrario, fue una de esas cogorzas tristes y desesperadas, rabiosas, al saberse que el periódico iba a despedir a un buen montón de compañeros, él incluido, por aquello de la rentabilidad y los cuadres contables a fin de ejercicio. Pero el instinto es el instinto y un buen fiambre no se puede dejar enfriar. Aunque, como en el caso de este jovencito, aún sin identificar, hubiera aparecido empapado en agua.

Y está Carlos, un viejo policía al que su corazón hizo cambiar las tensiones del caótico Madrid del siglo XXI por una apacible y más tranquila Santander. Y es que parece que el cadáver del muchacho puede ser el de un chavalito cuya desaparición fue denunciada en la señorial ciudad cántabra…

Teniendo en cuenta que el finado es joven, apenas un adolescente, la investigación acerca de su identidad y, posteriormente, de la autoría de su muerte, requerirá de la presencia de expertos informáticos como Tomás que, además de desbloquear teléfonos móviles y rastrear llamadas, sepan manejarse en universos virtuales tales como Tuenti o Facebook. Porque, nos guste más o nos guste menos, parte de nuestra vida está ahí dentro. O ahí fuera, según se mire. Y, a todo esto, España se prepara para recibir a Benedicto. Y el clero está revuelto.

Con estas mimbres y con estos personajes, Berna ha escrito una novela negra de libro, que sigue una investigación policíaca desde el principio hasta el final, de forma absolutamente rigurosa y canónica. Una investigación de manual, radicalmente contemporánea que, como siempre ocurre en las buenas novelas, afectará a los personajes y les irá conduciendo por tortuosos -a la vez que excitantes- caminos laborales, profesionales y personales de forma que, al final de la novela, no serán los mismos.

“Verano en rojo” es una novela que, si la subida del IVA y los recortes en cultura no lo evitan, acabará convertida en película. Yo ya empiezo a hacer cábalas con el casting. O, quizá, a Berta le propongan que desarrolle nuevas historias para convertir a sus personajes en los protagonistas de una serie de televisión que, al estilo de “The killing”, desentrañen las grandes contradicciones de esta España del siglo XXI que, por una parte, gana el Mundial, pero por otra, se sigue ahogando en la miseria de la mentira, la mediocridad, el disimulo, el miedo y la ocultación.

¡Lean, lean “Verano en rojo” y hablamos!

Los agradecimientos por el consejo, en forma de Alhambras, por favor. Especiales y muy frías, a ser posible. En el bar más cercano.

Jesús Lens

Veamos los aPostados anteriores. 22 ya, a estas alturas de agosto.

¿Y el 23 de agosto de 2008, 2009, 2010 y 2011, qué blogueamos?