Amenaza de bomba

¿Qué clase de memo será el que haya llamado al centro comercial Alameda, con la amenaza de bomba? Trato de imaginarme las razones que hayan animado al fulano a hacer semejante patochada… y no se me ocurren.

Centro Comercial Alameda

No sé si casualmente o animado por la gracieta, a las pocas horas, otro individuo ha puesto en alerta a la localidad almeriense de Vícar con una llamada semejante.

Se necesita ser imbécil, por decirlo suavemente, para andar tonteando con estas cosas en un momento tan extremadamente delicado como éste. Imbécil perdido. Tonto de capirote. Un gilipollas de tomo y lomo, por resumir.

Amenaza de bomba

Pero además de denotar un tontunismo rampante, lo de la llamada con una amenaza de bomba, es delito. Y no sé si, en la actual psicosis que sufrimos, debería ser agravado. Teniendo en cuenta que un día sí y otro también nos estamos desayunando con atentados, explosiones y agresiones, las llamaditas de marras de hoy son como para guantear a los pobres idiotas que las han hecho.

Leo los testimonios de algunas de las personas que fueron desalojadas e imagino los momentos de pánico, terror y zozobra que tuvieron que vivir. ¿Qué les habrá reportado a los cretinos que hicieron las llamadas? ¿Diversión? ¿Entretenimiento? ¿Será una venganza contra el centro comercial en concreto o, sencillamente, es una muestra más de la idiocia que nos rodea?

Cuando éramos pequeños y teníamos un examen sobre cuyo resultado abrigábamos serias dudas, fantaseábamos con la posibilidad de llamar con una amenaza de bomba al colegio para que lo desalojaran y se pospusiera el suplicio para otro día. Pero éramos niños. Y, por supuesto, nunca hacíamos la llamada. Éramos críos. Pero teníamos dos dedos de frente. Éramos escolares de EGB, pero teníamos sentido común.

Falsa amenaza de bomba

¿Qué edad mental tendrán los zopencos que, hoy, han hecho la machada de su vida? Qué pena, para unos padres, tener hijos tan necios. ¿Sabrán lo muy zoquetes que son? Aunque no sepan de esta última heroicidad, a buen seguro que sospechan que los pobres no dan más de sí.

¿Serán estos cabezas de chorlito lo suficientemente mayores como para tener pareja? O, lo mismo, son simpatizantes de ISIS y DAESH y, en realidad, pretendían contribuir a la ola de terror que nos asola.

Y, si lo pienso, no sé qué me produciría más rabia, miedo, dolor e impotencia, la verdad.

Jesús Lens

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