Mil días sin ti

Mil días. 1.000. Mil días sin ti, querido y añorado ferrocarril. Tren de mis amores y mis entretelas, ¿cómo hemos podido sobrevivir estos tres años en tu ausencia? ¡Pues gracias a ALSA, hombre ya, a ver si nos dejamos de tanto ripio y floripondio!

Hoy, cuando se cumplen mil días sin tren, creo que es justo y necesario alabar el compromiso de ALSA con nuestra tierra: si no fuera por sus autobuses, estaríamos total y completamente aislados, que la vía aérea para entrar y salir de Granada funciona tarde, mal y, en ocasiones, nunca. Que le pregunten a Pedro Sánchez, si no, cuando se quedó tirado en Madrid por una avería del avión de turno, sin poder venir a nuestra ciudad.

Para un cinéfilo compulsivo como yo, el tren es el medio de transporte más hermoso y evocador del mundo. Nunca olvidaré uno de los tests de calidad que mi padre les hacía pasar a los grandes directores de la historia del cine: si filmaban con nervio y con brío una secuencia protagonizada por un tren, eran buenos. Si no pasaban la prueba del algodón, eran malos. Y si nunca habían filmado un ferrocarril, es que ni eran directores ni eran nada.

Mil días añorando el tren, en Granada. El AVE, por supuesto. Pero también el otro. El de siempre. El que, sin prisas, pero con pausas, te permitía llegar a una ciudad tan maravillosa como Ronda, por ejemplo.

Mil días sin tren nos hacen recordar que el otro medio de transporte colectivo por carretera, el autobús, también existe. Quizá sea menos cinematográfico, pero es muy literario. Que se lo pregunten a Jack Kerouac y su mítica “On the road”: ¿qué habría sido de Sal Paradise y Dean Moriarty sin la mítica Greyhound, por ejemplo?

¡Ah, la Greyhound y la silueta del galgo, corriendo a toda velocidad, que tanto me recuerda a aquellos folios de nuestra infancia en los que escribía mis primeros cuentos, emborronaba dibujos de cowboys que fumaban en pipa y trazaba precarios planes de fuga, utilizando la imaginación como medio de transporte!

Mil días sin tren que yo quiero aprovechar para agradecer a ALSA que siempre esté ahí, llevándonos a Madrid y a Sevilla, al aeropuerto de Málaga, a Carchuna y al corazón de la Alpujarra. Alimentando, además, nuestra sed de historias, ¿verdad Alejandro Pedregosa? ¡Feliz tránsito!

Jesús Lens

El tren: hay que decirlo más

Hace unos días, en Madrid, le pedía a un taxista que me llevara a la Estación Sur. Era un chaval joven y expansivo, de los que hablan con el pasajero de temas diversos, más allá del calor y del fútbol. Me preguntó que a dónde iba y al decirle que volvía a Granada me soltó:

  • ¡La de de clientes que llevo a la estación de autobuses que van a Granada!

Y yo, con mi mala follá proverbial, no pude evitar responderle:

  • De los que llevas a Atocha, pocos, ¿verdad?
JUAN DE OÑA JUNTO A LAS VIAS DEL TREN FOTO: RAMON L. PEREZ
JUAN DE OÑA JUNTO A LAS VIAS DEL TREN
FOTO: RAMON L. PEREZ

¡Queremos trenes en Granada! ¡Queremos el AVE! Queremos recorrer Andalucía sobre raíles e ir a Madrid, al Levante y a Cataluña a toda máquina. Lo queremos, lo necesitamos y nos lo merecemos. De una puñetera vez.

¡Queremos tren! Hay que decirlo más. Repetirlo. E insistir. Hasta el hartazgo. Hasta que se les caiga la cara de vergüenza a los ¿responsables? de esta ignominia. Y eso hago hoy, en mi columna de IDEAL. Y ya puestos, por cierto, queremos aviones. Queremos un aeropuerto con conexiones, frecuencias y precios razonables.

Preparando la próxima edición de Granada Noir, que se celebrará durante la primera semana de octubre, nos descubrimos postrados de hinojos y dando gracias por la existencia de ALSA, la única empresa de transportes que nos conecta con el mundo a unos precios asequibles y con un servicio del siglo XXI. De hecho, sus conexiones directas con los aeropuertos de Madrid y Málaga nos salvan la vida.

ALSA

Pero no es lógico depender única y exclusivamente de un medio de transporte público para venir a Granada… si no quieres dejarte el sueldo del mes en el aire.

Menos mal que esta declaración sobre el estado de las cosas, que podría ser tachada de localista y provinciana, fue refrendada por el mismísimo alcalde de Málaga, del PP, al decir que Granada no puede competir con Málaga o Milán en conectividad. De hecho, hoy por hoy, Granada no puede competir en conectividad con nadie, que nuestra situación es tercermundista.

AVE Marea Amarilla

Sí. Lo sé. Este tipo de artículos recurrentes llegan a hacerse pesados y cansinos. De hecho, estoy bastante seguro de que pocos lectores habrán llegado hasta este antepenúltimo párrafo, despachando mi columna de hoy con algo parecido a un:

  • ¡Bah! Otro coñazo sobre lo de Renfe, Adif, Iberia, los trenes, el AVE y el aeropuerto.

Y no les faltará razón, pero ¿qué conseguimos dejando de insistir en el tema?

Jesús Lens

Twitter Lens