Ruinas españolas ganan en Venecia

España, además de conquistar Milán, también ha tomado Venecia. Y lo hizo gracias a sus ruinas y escombros. Al paisaje después de la batalla. A los restos después del naufragio. Porque ayer se hizo público que el pabellón de España se había alzado con el León de Oro de la XV Bienal de Arquitectura. Y a esa importante noticia dedico yo hoy mi columna de IDEAL.

Unfinished León Venecia

Digo bien España, aunque los ganadores nominales fueron los arquitectos Iñaqui Carnicero y Carlos Quintáns. Pero la triunfadora fue España en su conjunto. Porque el proyecto galardonado se titula “Unfinished” y está basado en arquitecturas sin terminar, abandonadas, dejadas de la mano de Dios o directamente elefantiásicas y desproporcionadas. En la ruina que ha dejado el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Me encanta. Lo reconozco. Acostumbrados a que la arquitectura sea algo colosal, anonadante, gigantesco y descomunal; esta nueva visión de una arquitectura que se amolda y se adapta a la realidad me parece imprescindible.

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Sostienen Carnicero y Quintáns que el gran problema que asola a la España del siglo XXI es “el exceso de arquitectura. La arquitectura que se construye sin tener en cuenta el paso del tiempo. Las ruinas contemporáneas que se generaron por eso en los años de bonanza… Estamos hablando de infraestructuras, de museos, de aeropuertos, también de viviendas… La idea es compartir una realidad, denunciarla, pero también proponer estrategias que puedan dar la vuelta a esta situación”.

Y ahí entramos en cuestiones como rehabilitación de edificios, la transformación de usos, la reutilización de materiales y espacios, etcétera. Me encanta, insisto. Y me parece fabuloso que la Bienal de Venecia haya premiado un proyecto tan valiente y tan diferente que, partiendo de la denuncia, propone soluciones e ideas imaginativas, posibles y realizables.

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Si nos damos un paseo por determinados barrios de Granada capital, nos asomamos a los pueblos y urbanizaciones que la rodean o bajamos a la Costa, encontraremos decenas de casas, pisos, terrenos y apartamentos con el cartel de Se Vende. Y decenas de promociones a medio construir, abandonadas, como esqueletos azotados por el viento.

Ése es nuestro paisaje cotidiano. ¿Quién se acuerda ya, por ejemplo, del fastuoso proyecto ganador para el llamado Espacio Escénico de Granada, de Kengo Kuma? ¿Y de la estación de Moneo para el AVE? Hasta el Atrio de la Alhambra duerme el sueño de los justos. Los tiempos están cambiando… y empezamos a ser conscientes.

Jesús Lens

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