Fortino Sámano

Queridos Habibis, el tipo de esta imagen, sobre el que hemos hablado estos días y sobre el que habéis elucubrado, se llama Fortino Sámano y, si seguís la secuencia de imágenes, no hará falta que os explique más.

Miguel lo dijo y también Verónica y Alberto, cuyos comentarios me tomé la libertad de borrar para seguir dejando la incógnita e invitaros a participar. ¡Enhorabuena por dar con la verdad y gracias por dejarme “censuraros”!

Las fotos son de Agustín Víctor Casasola, uno de los primeros fotógrafos documentalistas mexicanos, cuya lente retrató buena parte de los episodios de la Revolución Mexicana.

Sámano, por su parte, llegó a esa tapia a los treinta años, después de haber sido lugarteniente de Zapata y de haber estado involucrado en un asunto de falsificación de moneda.

O quizá no.

Porque poco más se sabe de él.

Pero ahí queda su actitud desafiante ante la muerte. Ni lloroso o quejumbroso ni enrabietado o iracundo. Esa mueca que mezcla indiferencia, desprecio y un poquito de asco. Una cara que viene a decir, aproximadamente, algo así como: “¡Que os den!”

Y punto.

Una foto que, desde que la vi, me ayuda a relativizar y a tomarme las cosas con calma. Cuando todo parece ir mal, recuerdo a Fortino y procuro poner la misma cara, aunque sin cigarrillo.

¡Eso es lo que hay!

Jesús Fortinista Lens.