En tiempo real

A ver si os gusta este reportaje, escrito para IDEAL y publicado hace un par de domingos. Lo partimos en dos, que es muy largo…

Cine en tiempo Real

Aunque le costara una rotura de fibras y terminara saliendo de la gala de entrega de los Goya con muletas, seguro que Juan Antonio Bayona no se arrepiente de la carrera que se pegó desde el escenario hasta la platea del Palacio de Congresos de Madrid, justo cuando le acababan de entregar el Goya como mejor director del año por “Lo imposible”, para regalárselo a María Belón.

María, a quién Naomi Watts dio vida en el cine, es la protagonista real de lo narrado en la película más taquillera del cine español y que, como todos sabemos, se basa en los estragos provocados por el tsunami que asoló las costas del Índico en 2004. Una historia real, que María contó una noche en la radio y que, hoy, se ha convertido en uno de los hitos fundamentales del cine patrio.

Con lo que tarda en ponerse en marcha una producción televisiva o cinematográfica de gran presupuesto, resulta muy sintomático y significativo que cada vez haya más películas y series basadas en hechos reales… acaecidos en un tiempo muy, muy cercano.

Por ejemplo, cuando se estrenó la última película de Kathryn Bigelow, “La noche más oscura”, corría por las redes sociales un chascarrillo tan obvio como siniestramente divertido: al final, Bin Laden, muere.

El Cine en Tiempo Real

Paradójicamente, dicha película enlaza con una de las grandes series de esta temporada, “The Newsroom”, creada por ese genio llamado Aaron Sorkin. Centrada en la vida de un puñado de profesionales de la comunicación, responsables de uno de los noticieros estrella de la televisión por cable norteamericana, en cada uno de sus diez intensos episodios se cuenta alguno de los hechos de la actualidad más candente del año; del accidente en una plataforma petrolífera en el Golfo de México a las manifestaciones en la plaza Tahir y la Primavera Árabe, pasando por el atentado contra una congresista demócrata. Y, en concreto, uno de los capítulos más emocionantes, tensos e intensos fue, precisamente, el que describía la operación contra Bin Laden, en Afganistán.

Hasta hace relativamente poco tiempo y ante un acontecimiento de trascendencia planetaria, lo normal era que empezara por escribirse uno o varios libros sobre el tema y, a partir de ahí y dependiendo del interés suscitado y de su mayor o menos éxito; que una productora de Hollywood comprara los derechos para iniciar la preproducción de una película. Y todo ello consumía años y años.

 

Adivina, adivinanza: ¿Está saludando Bradley Cooper al respetable o...
Adivina, adivinanza: ¿Está saludando Bradley Cooper al respetable o…

Hoy, cuando un tipo como Mark Zuckerberg aún no ha cumplido los treinta años de edad, ya hay una fantástica película sobre su vida, obra y milagros: “La red social”. Dirigida por David Fincher, el filme que cuenta el nacimiento y la popularización de Facebook ganó tres Óscar, incluyendo el de mejor guion. Un guion escrito, no por casualidad, por Aaron Sorkin. Y la cinta, en realidad, ya es antigua, al ser una producción de 2010.

 

Antes, cuando terminaba una película biográfica, solían aparecer en pantalla unos letreros que contaban el año de la muerte del protagonista, dónde están enterrados sus restos y algunas notas sobre su legado. Sin embargo, ahora vemos la imagen del auténtico Zuckerberg en las revistas del corazón, con su pareja, o en los suplementos de negocios de los periódicos, cuando Facebook comenzó a cotizar en Bolsa… y nos parece más falso, menos creíble que el Zuckerberg al que descubrimos y conocimos en “La red social”.

 

Y es que, en ese sentido, el cine puede ser muy traicionero. Por ejemplo, pensemos en el béisbol. Supongamos que un equipo de los que juegan en las Ligas Mayores ficha como manager a Billy Beane, un tipo nacido en 1962. ¿A quién esperarían encontrar sus directivos, cuando fueran a conocerlo? Pues nada menos que a Brad Pitt, el actor que encarnó a Billy en pantalla y que nació en… 1963.

 ... o se está postulando para interpretar a Lance?

La película “Moneyball” cuenta la historia de Billy Beane, cuando dirigía al equipo de béisbol de la ciudad de Oakland en 2002. Al quedarse sin sus estrellas más rutilantes, contrata como refuerzo… a un joven, inexperto e imberbe economista que desarrolla un programa informático de evaluación de jugadores que, sobre el papel, contravenía cualquier lógica o sensatez deportivas. Pero que se mostró infalible y que alteró, por completo, todo lo referente a los fichajes y la planificación estratégica de los equipos deportivos de primer nivel mundial. Billy, por cierto, al que tentaron las mejores franquicias de los Estados Unidos con ofertas económicamente mareantes, sigue siendo el general manager de los Oakland Athletics, popularmente conocidos como The A’s.

 

Y, sin alejarnos mucho del mundo de los ordenadores, en el pasado Festival de Sundance se presentó la primera de las películas que, sobre la vida de Steve Jobs, veremos próximamente. En “jOBS”, el encargado de dar vida al gurú de Apple es Ashton Kutcher, una de las estrellas televisivas mejor pagadas del momento. ¿Será capaz, por ejemplo, de reproducir el famoso discurso de Steve en la Universidad Stanford, convertido en uno de los vídeos motivacionales más vistos en Youtube y estudiado en todas las Escuelas de Negocios del mundo?

 

Y, sin embargo, la suerte pare estar echada...
Y, sin embargo, la suerte pare estar echada…

Por su parte, el ubicuo Aaron Sorkin es el encargado del guion de la segunda película sobre Jobs. Y su intención es filmar tres bloques de treinta minutos cada uno, sin cortes ni interrupciones, en tiempo real. Tres bloques que contarían tres momentos básicos y fundacionales para comprender todo lo que Jobs supuso y sigue suponiendo, aun después de su prematura muerte, en la sociedad del siglo XXI: la presentación del Mac, la época de NeXT y, por fin, la conferencia de presentación del iPod. Momentos que todos tenemos grabados en la memoria, no en vano, cada una de esas presentaciones constituían acontecimientos capaces de parar el mundo y de alterar las agendas de cualquier personalidad, por alta que fuera.

(Continuará)

En Twitter: @Jesus_Lens