Dheepan

Quizá no sea tan redonda como “Un profeta” y “De óxido y hueso”, sus anteriores películas, pero la nueva cinta de Jacques Audiard es poderosa, tiene momentos memorables y conmovedores y secuencias tan duras como necesarias.

Y una vez hecha la conclusión y el resumen final, vamos a empezar la reseña de “Dheepan”, por si tienes interés en profundizar algo más. Que deberías, no en vano, hablamos de la más reciente Palma de Oro del Festival de Cannes.

Dheepan cartel

Una pena, eso sí, que a Granada haya llegado únicamente la versión doblada. Que si el doblaje empieza a ser una atrocidad sistemática que masacra las películas, en este caso alcanza cumbres de aberración sin límite, al doblar a los personajes cuando hablan en su idioma materno, pero dejando sus voces originales cuando mascullan en francés. ¿Nos hemos vuelto locos?

No me cansaré de agradecer al Madrigal que siga manteniendo abierta esta necesaria e imprescindible ventana al cine de autor, pero ya podían hacer la gracia completa y traer alguna copia en VOS y proyectarla en alguna de sus sesiones. Porque lo de “Dheepan” y su doblaje es de juzgado de guardia.

Dheepan pistola

Pero vayamos a la película. Todo comienza en Sri Lanka, con un soldado que quema su uniforme y trata de huir a Francia, con papeles falsos, tras fingir que una mujer y una niña a las que acaba de conocer son su familia. Gracias a unos papeles falsos, consiguen llegar al país galo y los servicios sociales los alojan en un barrio marginal, a la vez que son contratados como porteros del edificio en que van a vivir.

No lo tendrán fácil, ni el protagonista, Dhepaan, ni su familia postiza. No solo han de adaptarse a una cultura, a una lengua y a unas costumbres que no son las suyas y que desconocen por completo, sino que tendrán que aprender a convivir entre ellos, dado que ninguno de los tres se conocía previamente con anterioridad.

Dheepan Palma de Oro

Y todo ello, en un contexto de marginalidad y violencia en el que el tráfico de drogas y las guerras entre bandas con la constante de uno de esos barrios depauperados que no parecen tener esperanza.

Así las cosas, la película es uno de esos dramas existencialistas que culminan en una catártica secuencia y, al final, con un epílogo que podrá gustar más o menos al espectador, pero que es necesario.

Una película que habla de y sobre la violencia, de las secuelas que deja en las personas y de las escasas posibilidades que hay de escapar de ella. Una película con secuencias poderosas, como decíamos al comienzo de esta reseña. Con imágenes y estampas fantasmagóricas, como la primera subida de la protagonista al piso del hombre al que habrá de cuidar. Y es que la capacidad visual de Audiard, sin necesidad de efectos especiales o digitales, es proteica y extraordinaria.

Una película, también, con momentos de ternura y hasta de humor, sin los cuales sería difícilmente digerible la historia de Dhepaan y su familia. Una historia tremenda, compleja y contradictoria; pero tratada con un enorme respeto por Audiard.

Dheepan

Porque no es fácil la vida de tantas y tantas personas, a todo lo ancho y lo largo del mundo. Y en Dhepaan han encontrado una imagen en la que reflejarse. Una imagen repleta de aristas. Real, como la vida misma.

Como decíamos al inicio de la reseña, una película que hay que ver. Yo no te aseguro que te vaya a gustar, pero sí te garantizo que no te va a dejar indiferente. Y que algunas de sus imágenes se te va a quedar grabada. Y no por ser particularmente escabrosas, sino por ese poderío visual que acredita a Audiard como uno de los mejores directores del momento.

Un tipo con cosas que contar y talento para hacerlo.

Jesús Lens