Empresariado

De los muchos parabienes y felicitaciones que recibió ayer Gerardo Cuerva en la sede territorial de Bankia en Andalucía, durante la celebración del 40 aniversario de la Confederación Granadina de Empresarios; el más elocuente, sincero y atronador vino dado por el aplauso espontáneo de las más de 400 personas que abarrotaban el salón de actos del Cubo.

40 aniversario de la CGE en Sede Territorial de Bankia en Granada

Fue un aplauso sincero, cálido y creciente que surgió porque sí. Porque tenía que surgir. Porque Gerardo se ha hecho merecedor de él. Y el discurso que pronunció inmediatamente después estuvo a la altura del aplauso.

El Milagro de Granada, lo tituló. Un milagro que sitúa a nuestra provincia, dentro de cuarenta años, en la vanguardia biosanitaria y científica, gracias al impulso del PTS y del acelerador de partículas. Una Granada en la vanguardia cultural e intelectual, gracias al trabajo de la UGR y a la proyección internacional de sus festivales y certámenes literarios, artísticos, teatrales, musicales y cinematográficos. Una Granada en la que residirían miles de personas foráneas, disfrutando de comarcas como las Alpujarras o el Valle de Lecrín o de la pujante Costa Tropical.

Mirar hacia delante. Sin olvidar las raíces ni la historia, por supuesto. Pero sin permitir, tampoco, que esas raíces nos impidan movernos, encadenándonos al suelo, o vernos inmovilizados por el peso de esa historia milenaria.

Gerardo Cuerva es un tipo conciliador con la rara virtud de llamar a las cosas por su nombre sin herir ni molestar a nadie. O haciéndolo solo lo justo. Será porque también es un tipo pragmático que, en sus razonamientos mentales, aplica el cada vez menos usado y tan añorado sentido común. De ahí el respeto y el cariño que le muestran los responsables políticos de unos y otros signos.

Me gustó mucho, igualmente, su apelación a esos “pequeños conformismos del pasado” que tanto daño han hecho a una sociedad granadina demasiado acostumbrada a tragar y a transigir. Y lo dice alguien que sabe lo que es negociar y ceder, pero sin rendirse ni bajar los brazos. Sin dejar de pelear.

Enhorabuena a los empresarios granadinos por 40 años de asociacionismo y fomento del emprendimiento. Y a Gerardo Cuerva por su reelección y por el estupendo equipo del que se ha rodeado para su siguiente mandato. Ojalá que siga siendo fructífero y contribuya a la materialización de ese Milagro de Granada, que celebraremos en 2058.

Jesús Lens

Always segureño

Me encanta. Puede sonar a peloteo, pero no lo es. Flipo con la iniciativa “Always segureño”, puesta en marcha por IDEAL y basada en la famosa Cow Parade creada en Suiza, en 1998, y posteriormente extendida y popularizada por todo el mundo, incluida España, con exposiciones en Vigo y en Madrid.

La cosa es sencilla, como propuesta. La ejecución es otro cantar. Treinta esculturas con la figura de un cordero, realizadas a tamaño natural y en fibra de vidrio por el afamado Miguel Moreno. En verano se les hizo entrega de las esculturas a treinta artistas afincados en Granada para que intervinieran sobre ellas, decorándolas a su gusto.

 

Desde hace unas semanas estamos viendo en las páginas del periódico el resultado del imaginativo y proceloso trabajo de los artistas, que la fibra de vidrio es un material difícil e interaccionar sobre la figura de un cordero no resulta fácil a la hora de conseguir un resultado atractivo y con sentido.

 

Lo mantengo desde tiempos inmemoriales: conocer el proceso creativo de los artistas hace que la contemplación de la obra terminada adquiera otra dimensión, yendo más allá de lo aparente. Saber qué llevó al artista a utilizar un determinado motivo decorativo, un color, una textura, una imagen… convierte la contemplación del arte en toda una aventura.

Desde el pasado fin de semana, un rebaño multicolor de alegres y simpáticos corderos pasta en Puerta Real. ¿Lo han visto? ¿Cuál es su favorito? A mí, gustándome la mayoría, hay tres que me dislocan especialmente. El de Jesús Conde, que lo ha llevado a su personal, reconocible y luminoso universo pictórico para recordar al cordero místico de los hermanos Van Eyck… y a una tradición gastronómica más cercana al Quijote que al McDonalds.

 

El trabajo de Sergio García y Lola Moral, con ese lobo azul de fauces abiertas sobre el lomo o la bicha que amenaza al indefenso corderillo, contándonos historias desde a piel del animal.

 

Y la genialidad, el hallazgo futurista de Rafael Peralbo, que ha liado su pieza en alambre, en homenaje al célebre cuento de Philip K. Dick “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” y del que surgió la película “Blade Runner”.

Disfruten de la exposición, paseando por la ciudad, y complétenla con la información de cada pieza, a través de esta web: Always Segureño. Y es que le tengo yo cariño y aprecio al cordero, como ya escribí en IDEAL, en esta columna sobre su valor.

 

Jesús Lens

Peste y virus

El virus que nos ocupa y nos preocupa estos días es el transmitido por Facebook a través de su Messenger, en forma de vídeo letal o falsa foto de perfil que clona cuentas y no sé cuántas otras maldades más.

Los otros virus, los de verdad, los de la gripe o la gastroenteritis que han dejado fuera de juego a miles de personas en las últimas semanas, nos inquietan mucho menos. Vienen con los fríos y ya se irán. Y al pobre agraciado con ellos, sopita, sofá y manta, que tampoco es para tanto.

 

Se cumplen 100 años de la Gran Gripe que asoló el mundo tras la I Guerra Mundial, aniquilando a más personas que el propio conflicto bélico. Se trató de unas de las pandemias más letales en la historia de la humanidad, llevándose por delante a una cantidad indeterminada de personas, entre  50 a 100 millones de muertos. Del 3% al 6% de la humanidad. Que se dice pronto.

 

Ahora, a la gripe no lo concedemos mucha importancia, más allá de las incomodidades que provoca o de las jornadas de trabajo perdidas que conlleva. A la gripe normal, que cuando llegan amenazas como la de la Gripe A, todo es alarma, caos y desinformación.

Se me venía todo esto a la cabeza viendo la magnífica serie “La peste”, con una Sevilla asolada por una epidemia en cuya propagación, la corrupción tuvo mucho que ver. ¡Ay, el virus de la corrupción! Esa sí que es una cepa potente y bien arraigada, capaz de mutar y de adaptarse al signo de los tiempos. (Más sobre la serie «La peste», aquí)

 

Gracias a los avances en medicina y al poder preventivo de las vacunas, gran parte de las enfermedades infecciosas han quedado reducidas a un mero recurso narrativo para poner en marcha una serie histórica. También pueden servir como metáfora. Por ejemplo, las proféticas palabras de un médico, en la serie de Alberto Rodríguez: “La auténtica peste es la ignorancia. Eso es lo que verdaderamente acabará con el hombre”.

Cuando escuché esa sentencia me acordé de los Antivacunas, un colectivo de miserables ignorantes que van de listillos, modernuquis y tope guays. Para mí, son la hez, lo peor de lo peor: una panda de privilegiados egoístas que, con su insensata actitud y amparados en una supuesta libertad individual, se pueden convertir en una amenaza para la salud pública.

 

Jesús Lens

Fantasmas inesperados

Resulta sintomático que, desde que empezamos a oír hablar del caso de los trabajadores fantasma de Emucesa, la respuesta del PP haya sido que la denuncia tiene tufillo electoralista y que el PSOE no está legitimado para hablar de este tema. Será porque también tiene dados de alta a trabajadores incorpóreos en la seguridad social, cotizando por puestos de trabajos que no ocupan, debemos suponer. Pero si no median denuncias y pruebas…

El caso es que la denuncia, aquí sí, de Vamos Granada por la contratación irregular de personas vinculadas al PP en empresas como Emucesa que ni siquiera aparecieron por sus puestos de trabajo, ha pillado a traición a los populares, sin argumentario ni defensa alguna… al margen del consabido “y tú más”.

 

Es como si se tratara de una práctica tan habitual, lógica y normal que no mereciera ser explicada. Ni mucho menos justificada. Las cosas son así. Antes y ahora. Y punto. Un partido gana unas elecciones y lo suyo es que esa victoria electoral suponga la contratación inmediata de decenas y decenas de compañeros de fatigas a través de empresas, consorcios, fundaciones u observatorios.

Unas elecciones no se ganan solas y las arcas de los partidos dan para lo que dan. De ahí que empresas como Emucesa parezcan estar a su servicio, prestas y dispuestas a alojar a empleados fantasma que, como ni siquiera aparecen por allí, al menos no molestan ni hacen gasto, eso sí.

 

Que la cosa podría ser peor, con el empleado de turno haciéndose carne y ocupando despacho, mesa, ordenador, conexión a internet y teléfono; gestionando desde la concesionaria de los servicios funerarios los designios de tanto vivillo que anda por ahí suelto.

 

Los partidos políticos siguen siendo, en la España del siglo XXI, auténticos servicios de colocación de correligionarios, socios, familiares, amigos y conocidos. Por mucho que se nos llene la boca hablando de transparencia, concursos públicos, concurrencia, etcétera, etcétera; contrataciones como las de Emucesa demuestran que, para algunos, todo el monte es orégano.

Urge que el PP de una respuesta a la denuncia realizada por Vamos Granada. Pero una respuesta de verdad, argumentada y con sentido. No sirven ni las excusas ni los paños calientes. Ni las cortinas de humo. Y agradezcamos a Vamos Granada y a Marta Gutiérrez su atención a este tema y que lo haya denunciado con diligencia.

 

Jesús Lens

La Copa como poción

El año pasado no pude disfrutar de la Copa, que estaba participando en el festival literario Pamplona Negra, y me quedé con la espinita clavada. Una espina que por fin me pude sacar ayer. Pero mira que costó. ¡Hasta una prórroga fue necesaria!

Bien está lo que bien acaba, que el partido fue malo, técnicamente impreciso y plagado de fallos y errores por ambos conjuntos. Lo vi perdido un montón de veces, pero los jugadores no se rindieron y, con el apoyo del público, consiguieron solventarlo para deleite de 5.800 de los más de 6.300 espectadores que nos concitamos en el Palacio de los Deportes, que el medio millar de modélicos y señoriales aficionados de La Roda se tuvieron que conformar con ser finalistas.

Al final del partido, tras la entrega de trofeos, el letal base titular de La Roda, Carlos Noguerol, dejaba la cancha llorando a la lágrima viva. Como bien decía Mángeles, mi vecina de asiento, cuando una final es tan emocionante y sufrida, vibras por la victoria, pero no deja de darte penilla ver a los jugadores rivales derrotados, rotos y cabizbajos. Entre ellos, Javi Hernández, el que fuera jugador nazarí durante tantos años.

Las finales no se juegan. Se ganan. Y el CB Granada-Covirán ya tiene otra Copa en la buchaca, peleada a brazo partido en un ambiente alegre y festivo. ¡Qué gustazo, ver pasear por un Palacio de los Deportes abarrotado a tipazos como Fernando Romay o Jorge Garbajosa, leyendas vivas del deporte de la canasta, haciéndose fotos con todo el mundo!

No. No me voy a dejar embargar por los fantasmas del pasado ACB. Por pasados, pesados… y por tanto fantasma que tuvimos que padecer y soportar.

Con la Copa en el bolsillo, toca mirar hacia delante y asentar las tripas, recuperar a los lesionados, integrar al nuevo fichaje en la rotación y trabajar duro para que esos triples que tanto se resisten últimamente, vayan al aro con más acierto y precisión. Con un Wright desencadenado y un Alo Marín letal y decisivo en la prórroga, es hora de que el resto de jugadores recuperen la frescura de otras veces y, más liberados de presión, jueguen con alegría y determinación.

Nos espera la LEB Oro y esta Copa hay que tomarla, y beberla, como si de la poción mágica de Asterix se tratara.

Jesús Lens