Aislados por tierra, mar y aire

Del aislamiento ferroviario no vamos a escribir más hasta conocer, en septiembre, qué se cuentan el Ministerio de Fomento y ADIF, que no merece la pena seguir mareando la perdiz sin saber si la queremos escabechada o estofada… y si tenemos los ingredientes necesarios para cocinarla de alguna de esas dos maneras. Eso sí y aviso para navegantes: en Murcia han conseguido la entrada soterrada del AVE a base de una pertinaz insistencia y un insobornable compromiso ciudadano. (Lean AQUÍ lo que escribí sobre ello, en IDEAL, hace unos meses)

Pero hay más aislamientos que condenan a Granada a seguir siendo una romántica ciudad esquiva para los viajeros, a la que es complicado llegar y de la que resulta muy difícil salir.

Llevamos meses y meses escuchando las buenas nuevas sobre los récords de visitantes que arriban a Granada a través del aeropuerto gracias a las conexiones internacionales, pero ha sido llegar el verano y arrecia el bochorno de las cancelaciones y desvíos a Málaga por parte de Vueling y de Iberia.

Me escribe Pedro, un amigo canario, que ya se quedó tirado hace unos meses. Está entre indignado y fuera de sí. Y no se anda con rodeos: se acabó volar a través de Granada. Ya no se arriesga más. Desde ahora, volará por Málaga. E, imagino, eso le aconsejará a su familia y amigos, cuando vengan a visitarle.

Y ya saben ustedes cómo son estas cosas: se empieza yendo y viniendo a Málaga, se termina yendo y quedándose un tiempo antes de volver y, al final… mejor buscarse algo por allí.

Y luego está la cuestión del Armas. Lo leíamos hace unos días, en IDEAL: “El nuevo ferry de Melilla, más pequeño, hace que caigan los pasajeros un 40%”. La decisión vino impuesta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que obligó a Armas a dejar una línea modélica y que había batido récords de viajeros, dándole la concesión a la naviera FRS, con un “Volcán de Tauce” solo tiene capacidad para 350 pasajeros, por los 1.700 del barco anterior.

El pasado domingo, el presidente de la Diputación señalaba en la modélica y acerada entrevista que le hizo Quico Chirino que somos una provincia de mucho lamento, que nos quejamos de que le vaya bien a otro. Y no es así, presidente. Nos quejamos del lamentable menosprecio y del continuo ninguneo del que somos sufridores.

Jesús Lens