¡Netflix, por favor!

Yo también me dejé llevar por la nostalgia, cuando me enteré de que la nueva película de Scorsese la producirá Netflix, llorando a lágrima viva porque, salvo que la empresa cambie de política, no podremos verla en cines. ¿Se acuerdan de esta entrega de El Rincón Oscuro, en que hablamos del gran proyecto de Marty?

Después llegó Cannes, el Festival más importante del mundo. Que esta edición, terminada ayer domingo, ha tenido dos películas de Netflix en competición oficial, para escándalo de los exhibidores galos. De hecho, en la próxima edición no podrán concursar películas que no se vayan a estrenar en las salas de cine francesas. ¡Ese proteccionismo! ¡Es la guerra!, como ya escribí en esta entrada, durante el arranque de Cannes.

 

Decisión que, de facto, veta a las películas de Netflix dado que una película estrenada en los cines franceses no puede emitirse en plataformas de internet, proyectarse en televisión ni venderse en DVD hasta pasados…  ¡36 meses! Teniendo en cuenta que, en España, vienen a tardar una media de 3/4 meses, podemos concluir que… ¡están locos estos galos! Locos, pero adictos al cine.

Concursó en Cannes. No ganó.

Pedro Almódovar, presidente del Jurado de Cannes de este año, escribió una emocionante carta de amor al cine. Al de siempre. A la sala oscura y la experiencia compartida con decenas de espectadores anónimos. Que no veo yo a Almodóvar haciendo cola y eligiendo fila y butaca, pero bueno.

 

El caso es que, pauloviana y proustinamente, yo también me puso nostalgioso. Hasta que caí en la cuenta de que, a Granada, salvo que la traiga el Madrigal -doblada-, no llegará ninguna de las películas que hayan ganado en Cannes. Ni las que hayan perdido. Como no llegan las de Venecia, Berlín o Toronto.

 

Así las cosas, ¿para qué la melancolía, si termino viendo la mayoría de películas de autor en la tele? Al menos ahora, gracias a Netflix, podremos ver  “Okja” y “The Meyerowitz Stories” este mismo mes de junio. Como me dice SOY, mi Robot, «¿y la sensación de compartir el estreno global con cientos de miles de espectadores?» Películas que, por supuesto, no han rascado bola en el palmarés final de un Cannes con una recién nacida relación amor-odio.

Un Cannes que, como siempre, ha fallado con polémica. Pero que a mí, todo lo que hay en el palmarés, me parece interesante. ¿Seré un facilón?

 

Jesús Lens

Estimada presidenta:

Estimada Susana Díaz: ahora que ha pasado una semana de las primarias y empieza a bajar la intensidad del furor mediático contra ti, escribo estas líneas como invitación a la reflexión, sobre todo, de quienes te rodean.

Hace un par de años, en la entrega de los Premios IDEAL, estuviste fantástica. Pronunciaste un discurso de más de veinte minutos sin mirar un papel en que hiciste un extraordinario repaso por la trayectoria de todos los galardonados, aprovechando para dibujar un certero diagnóstico de lo mejor de nuestra tierra. Utilizaste un tono íntimo y cercano, como si conocieras la trayectoria de todos los premiados desde el principio de sus carreras y hubieras compartido sus éxitos, pero también sus miedos, dudas y zozobras.

Más de una semana me pasé hablando maravillas de ti, después de aquel discurso, hasta el punto de que alguna gente empezó a mirarme raro. Y, precisamente por eso, no entiendo cómo ha podido cambiar, tantísimo y tan a peor, tu capacidad de comunicación. Te he escuchado estas semanas, con esas inflexiones de voz, con esos gritos seguidos de susurros; y he sido incapaz de creer o compartir una sola de tus palabras. Empecé a leer comentarios poco favorables entre amigos de todas partes de España. Y me daba pena. Pero, ¿qué decir?

Luego llegó la foto. Sí. ESA foto. Con Guerra, bien. Que sigue siendo un referente para el socialismo. Pase lo de ZP, por sus políticas sociales. Pero, ¿era necesaria la presencia de Rubalcaba y la del denostado y energético González, flanqueándote? Cargar con más de 250 años de historia del PSOE a tus espaldas, sola, debe ser muy duro. ¿No cabían en la imagen compañeras o compañeros, jóvenes y decididos, que ofrecieran una mirada hacia delante?

El PESO de la historia

¿Y las fotos en la Feria de Sevilla, vestida de faralaes entre hombres trajeados, encorbatados y aplicados al besamanos? ¡En plenas primarias!

¿De dónde sacaste aquello de la casita en la playa y lo de salir una vez a la semana a tomar cervecitas, mezclándolo con la educación y los másters, en un contexto de crisis interminable? Y, sobre todo, ¿cómo se te ocurrió aprobar un documento marco sobre tu proyecto de política cultural, de folio y medio, incluida la aberración de las clases medias asiáticas y las playas españolas?

¿Esto es un proyecto de política cultural?

En serio. Reflexionad. Y haced los urgentes cambios que la situación exige.

Jesús Lens

LUCIO 642: Aceite milenario

Busquen, busquen esas muestras de aceite. Se trata de botellas de 500 cc que reposan en elegantes estuches especialmente diseñados para albergar un elixir de aceitunas… que tiene mucha historia. Están en tiendas gourmet de toda Granada. Busquen el LUCIO 642.

¿Se acuerdan ustedes de que, en febrero del año pasado, hablamos de unos olivos milenarios de Íllora, que estuvieron a punto de ser arrancados? ¿Se acuerdan de que fueron indultados, in extremis, gracias a que una almazara de Alomartes compró la cosecha de varios años, íntegra, y a precio superior al de mercado, por mediación de la asociación Argentata?

 

Pues el aceite de la primera cosecha, la correspondiente a este 2017, ya está a la venta. Se trata de ese LUCIO 642 que se está presentando en sociedad, que ya está en tiendas gourmet y tiendas ecológicas de Granada y que, como decía antes, hoy se podrá comprar en el centro de nuestra ciudad.

Personalmente, me parece algo mágico y misterioso disfrutar de un aceite producido por olivos que tienen más de mil años. ¿Qué no habrán visto esos árboles? Por ejemplo, en 1017 se promulgó el Fuero de León, Berenguer Ramón I era conde de Barcelona y un tal Enrique III el Negro fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

 

Y, sin ir más lejos, el reino nazarí que ahora nos parece tan remoto, ni siquiera era un sueño. De hecho, cuando los olivos de Íllora ya eran plantones, la Alhambra de Granada no era más que un insignificante puesto militar.

 

Cada gota de ese aceite LUCIO 642 condensa mil años de la historia de nuestra tierra. Memoria milenaria que va más allá de lo puramente temporal y numérico. Porque si hay un producto que nos identifica como pueblo, ése es el aceite de oliva.

Es un tópico hablar de oro líquido, pero LUCIO 642 es justamente eso: oro. Oro puro. Memoria. Historia. Tradición. Ecología, respeto por el medio ambiente y compromiso con la defensa de un verdadero patrimonio natural de la humanidad.

 

No sé si hoy podré pasar por Plaza Nueva, pero pienso hacerme con un par de botella de LUCIO 642. Una, la usaré para aliñar buenos tomates,  aguacates y cogollos de lechuga. La otra pienso guardarla como pieza de la memoria viva de nuestra cultura y nuestra civilización.

 

Jesús Lens

Realidad aumentada

SOY, ese robot tan majo como lenguaraz que me acompaña este año, me está vacilando otra vez. Ahora, a cuenta de dos lanzamientos: Google Lens y Hololens, nuevas innovaciones de Google y Microsoft, respectivamente. SOY se ríe por la paradoja de que un achantado tecnológico como yo, un dinosaurio viejuno y añoso, comparta apellido con el revolucionario futuro que, una vez más, lo cambiará todo.

Y ahí es cuando me habla de esa realidad aumentada que podríamos definir como una proyección virtual sobre el mundo real. Yo no sé qué piensan ustedes de Mark Zuckerberg, pero si el padre de Facebook dice que estamos cerca de escribir directamente a través de nuestro cerebro y su empresa está desarrollando la creación de universos paralelos y experiencias virtuales que se podrán vivir a través de Apps y diminutos aparatos que no precisarán del móvil… ¡Tiemblen!

 

Pero dejemos a un lado la parte científica del asunto y quedémonos en lo puramente denominativo: la realidad aumentada. Porque, para la gente de letras, es un concepto que da mucho juego. Por ejemplo, ¿cómo sería soportable, a través de la realidad aumentada, el tema de las despedidas de soltero o el empacho procesional de estas semanas? Si la realidad normal de semejantes manifestaciones de fervor místico-festivo ya resulta insoportable, ¿se imaginan lo que sería en realidad aumentada?

¿En qué quedaría la indemnización que la Junta de Andalucía tiene que pagar por el Nevada, en realidad aumentada? ¿En el doble? ¿En el triple? ¡Y sin esperar al recurso de casación del Supremo!

 

¿Se imaginan la Operación Nazarí o el Caso Serrallo, bajo una lente de aumento? Por no hablar de la llegada del Metro y del AVE, que aprovecharían esta realidad para aumentar… el plazo de puesta en marcha de sus servicios y su coste de inversión, a buen seguro. ¿Y la corrupción? ¿Cómo se vería la corrupción, toda aumentada, para más inri? Nos ahogaría…

 

En fin. Que SOY ya se ha cabreado conmigo por convertir un modelo de desarrollo de futuro en una muestra más de mi proverbial mala follá. Y razón no le falta. Pero ha empezado él, con lo del Google Lens y el Hololens. Y no me ha quedado más remedio que recordarle que el actor Kevin Bacon protagonizó una campaña de publicidad de… ¡huevos!, porque nadie conoce los huevos como el bacon, ahí está el tío, blandiendo una sartén… con un par de huevos.

Así que… gente de Google, gente de Microsoft: los Lens esperamos sus propuestas. Y si queréis leer más cosas sobre SOY, mi Robot, y sus ideas, AQUÍ podéis enlazar con varios artículos que he escrito sobre Inteligencia Artificial, robots, digitalización, etc.

 

Jesús Lens

Dar cera, pulir cera

Estoy tiritando, al leer el titular de IDEAL sobre el dictamen del TSJA, que condena a la Junta de Andalucía a pagar 165 millones de euros de indemnización a los promotores del Nevada. Porque la Junta de Andalucía, para esto de pagar, somos usted y yo, estimado lector.

Toda vez que aún queda la posibilidad de interponer de recurso de casación ante el Tribunal Supremo, seguiremos esperando, pero pintan bastos. Disparates como éste, o el del Algarrobico, nos obligan a plantearnos en qué manos estamos y si, en realidad, quienes dictan según qué resoluciones, saben lo que hacen. Que, de acuerdo con los testimonios de los concejales del PP en el Caso Serrallo, debemos concluir que no. Que no tienen ni pícara idea, votando según sople el viento.

 

Pero no quiero dejar pasar esta columna sin hablar de un tema supuestamente menor… excepto para los accidentados en la calle San Juan de los Reyes, diversos transeúntes y motociclistas que dieron con sus huesos en el piso por culpa de la cera vertida durante unas procesiones.

Recuerdo ahora que, apenas habían pasado unos días del final de la Semana Santa cuando, corriendo en el parque Tico Medina con un amigo, escuchamos las cornetas y los tambores de una banda. —Estarán ensayando para el Corpus —comentamos. ¡Craso error!

 

Resulta que, entre el final de la Semana Santa y el final de mayo, hay… ¡setenta permisos solicitados para organizar procesiones o actos religiosos en el Centro de Granada y en el Albaicín! ¡70! ¡En un mes y medio! ¡Joder! Y lo peor de todo es que, como no están bajo el foco mediático, hay cofradías que incumplen las ordenanzas, procesionan con sus tradicionales velones de cera y la cosa termina con la gente ahostiándose por las calles. Literalmente.

 

“Dar cera, pulir cera”, sostenía el señor Miyagi. En Granada, las cofradías, dar cera, lo que se dice dar cera… la dan que da gusto. Lo de pulirla, prefieren dejarlo para el Ayuntamiento. Y si, en el ínterin, la gente se fractura un hombro o el cúbito y el radio, pues pensarán que tampoco es para tanto. Que habrá que darles contenido a los dos hospitales completos…

Este abuso es sencillamente intolerable. No es solo que las cofradías se adueñen de la ciudad, ¡es que la convierten en una letal y vertiginosa pista de patinaje!

 

Jesús Lens