50 años de «A sangre fría»

El primer capítulo de “A sangre fría” se titula “Los últimos que los vieron vivos” y nunca podré olvidar cuándo y dónde empecé a leerlo, dado que aquél se convirtió en uno de mis momentos fundacionales como lector.

A sangre fría Anagrama

Publicada en 1966, tras siete años de intenso trabajo, “A sangre fría” se convirtió en un clásico inmediato, consagrando a Truman Capote entre los más grandes creadores de la historia de la literatura norteamericana y dando lugar al nacimiento de un nuevo género literario: la novela de no ficción.

A estas alturas está unánimemente admitido que, en realidad, esta modalidad narrativa, basada en el periodismo de investigación que utiliza las herramientas de la ficción para contar una historia real, no fue inventada por Capote. En 1957, por ejemplo, el argentino Rodolfo Walsh publicaba su imprescindible “Operación Masacre”, empleando una técnica parecida a la de Capote. Pero ya sabemos cómo son los norteamericanos con esto de sentirse pioneros y con el marketing…

El New York Times del 16 de noviembre de 1959 traía una noticia fechada el día anterior, en Holcomb, Kansas, que arrancaba así: “Un honrado granjero, su mujer y sus dos jóvenes hijos aparecieron asesinados por arma de fuego en su casa… No había señales de lucha y ningún objeto había sido robado”.

A sangre fría periodicos

Las trescientas palabras del artículo despertaron tal curiosidad en Capote que decidió irse a Kansas, sobre la marcha, para interesarse por el cuádruple asesinato de la familia Clutter, del que nada se sabía y que parecía carecer de cualquier lógica o sentido. Además, y para que le facilitara las relaciones con los habitantes del pequeño pueblo de Holcomb; el cosmopolita, refinado y siempre excesivo Truman le pidió ayuda a su amiga Harper Lee. La misma Harper Lee que, años después, ganaría el Pulitzer por su memorable “Matar a un ruiseñor”.

Capote encajó en Holcomb con la misma naturalidad con la que un marciano verde encajaría en el salón de nuestra casa y su relación con los habitantes del pueblo fue tan tensa que, a los cuatro días de estar allí, quería abandonar su proyecto de investigación y volver a la más acogedora Nueva York. Pero Harper Lee le convenció de que perseverara, animándole en los peores momentos y relajando el ambiente enrarecido que generaba la presencia del sofisticado y caprichoso Capote en un pueblo agrícola, eminentemente tradicional y conservador.

1966, Holcomb, Kansas --- Truman Capote signing copies of his book  with Harper Lee.  Capote and Lee are in Kansas during  the making of the film of the same name.   --- Image by © Steve Schapiro/Corbis
1966, Holcomb, Kansas — Truman Capote signing copies of his book with Harper Lee. Capote and Lee are in Kansas during the making of the film of the same name. — Image by © Steve Schapiro/Corbis

Durante el día, Capote y Lee hablaban con todo el mundo, especialmente con el sheriff encargado de la investigación. Lo hacían de forma espontánea, sin tomar notas que pudieran condicionar las conversaciones con la gente. Por la noche, en el hotel, escribían los resultados del trabajo del día con la mayor exactitud posible. Un trabajo tan descomunal que llegó a sumar, al final de la investigación de Capote, más de 8.000 páginas de valioso material.

El 30 de diciembre de 1959, Dick Hickok y Perry Smith fueron detenidos como sospechosos del asesinato de los Clutter. Capote pudo ser testigo, en primera persona, de los interrogatorios a los que fueron sometidos, pudo entrevistarse con ellos y con sus abogados mientras seguían sosteniendo su inocencia y también posteriormente, cuando confesaron sus crímenes.

Actual aspecto de la granja en que los Clutter fueron asesinados
Actual aspecto de la granja en que los Clutter fueron asesinados

El escritor asistió a todas y cada una de las sesiones del juicio en que fueron declarados culpables y, una vez terminado el mismo, el 26 de abril de 1960, desembarcó en Palamós, en la Costa Brava, acompañado de su compañero sentimental, Jack Dunphy, de un par de perros, una gata… y un descomunal equipaje.

Dieciocho meses repartidos en tres veranos pasó Capote en Palamós, poniendo en orden sus notas y escribiendo minuciosamente todas y cada una de las palabras que componen las 343 precisas y preciosas páginas de “A sangre fría”.

Truman Capote

A lo largo de esos años, Capote mantuvo el contacto con Perry Smith: además de un fluido intercambio de cartas, lo visitó en prisión varias veces. Hasta llegar al 14 de abril de 1965, cuando fue testigo de su ejecución por ahorcamiento, sentencia impuesta a los asesinos, convictos y confesos, por el Tribunal de Kansas. Lo hizo invitado por el propio Perry, con el que Capote había desarrollado una relación tan íntima y personal que algunos llegaron incluso a calificar de amorosa.

Finalmente, el 25 de septiembre de 1965, la revista The New Yorker publicó la primera entrega de una obra que, dividida en cuatro partes, causó sensación desde el primer momento, aclamada por la crítica y un público ávido de seguir leyendo “A sangre fría”. En Kansas, por ejemplo, la revista se agotaba nada más ponerse a la venta en los quioscos de todo el estado. Y, por fin, en enero de 1966, la obra maestra de Truman Capote vio la luz en forma de libro, publicado por Random House.

Al poco tiempo de ser publicado, “A sangre fría” comenzó a recibir críticas acerca de las libertades creativas y las licencias que se había tomado el autor, sobre todo a la hora de recrear ciertos diálogos. Que le había echado mucha literatura a la novela, en pocas palabras. Lo que es muy posible. Pero, llegados a este punto, ¿qué más da?

Holcomb Kansas

Cincuenta años después, “A sangre fría” sigue siendo una obra referencial en el mundo de la literatura y del periodismo, una pieza maestra de un nuevo e incipiente género que, a partir de entonces, empezó a ser frecuentado por narradores de todos los países, culturas, idiomas y extracciones. Una novela básica, también, para los amantes del género negro y criminal que el Festival Granada Noir homenajeará dentro de unas semanas con motivo de tan singular efeméride.

Jesús Lens

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Eficaces gestores… ¿de qué?

Que Granada es el quinto ayuntamiento de España con peor situación financiera no lo dice Baldomero Oliver, el concejal de economía del Ayuntamiento de Granada que, cada vez que comparece ante los medios, es para darnos un disgusto y provocarnos un soponcio, con el hallazgo de nuevas deudas millonarias impagadas por la anterior corporación municipal. (Hoy mismo se ha hecho pública otra losa). Y de ello hablo en mi columna de IDEAL de hoy.

 

Baldomero Oliver

 

Que el ayuntamiento de Granada es un desastre desde el punto de vista de los números y las cifras económicas lo dice AFI, Analistas Financieros Internacionales, tras hacer una comparativa entre todos los municipios de más de 75.000 habitantes.

 

27 puntos sobre cien. Lo que, para un alumno de la antigua EGB es equivalente a un Muy Deficiente de tomo y lomo.

 

Conste que hablamos de un ranking referido a 2015. Y conste, también, que mientras la tónica habitual de la mayoría de ayuntamientos de España ha sido mejorar su situación, la del granadino ha empeorado. Ligeramente, sí. Pero empeorado.

 

Ni que decir tiene que este desastre hay que achacárselo, por completo, al PP, que para eso estuvo gobernando la Plaza del Carmen de forma ininterrumpida entre 2003 y 2015. Que ya le llegará el turno al PSOE, en su caso, pero este nuevo vapuleo se lo debemos a Torres Hurtado y su gente.

Torres Hurtado

La pregunta es: ¿por qué ha sido necesario el desalojo del anterior alcalde para cobrar conciencia del desastre económico y financiero de nuestro Ayuntamiento? Sí. Es cierto que Oliver ha encontrado un puñado de facturas en los cajones, pero eso es la gota que colma el vaso. Pensemos, solo, en los pifostios de la gestión de TG7 o de la Rober, por no remontarnos muy atrás en el tiempo.

 

A ver: el que no haya utilizado alguna vez en la barra del bar o en las redes sociales el argumento de que los del PP son buenos gestores, que arroje el primer Tuit. En Granada, era uno de esos tópicos y lugares comunes que, en las discusiones sobre política municipal, solía achantar al rival, que no tenía más remedio que darle un trago a la cerveza mientras pensaba en cómo contrarrestar un argumento tan incontestable.

 

¿Incontestable? Pues AFI ya nos situó en el culo de España, por ejemplo, en su ranking de 2014. Pero ya saben ustedes aquello de que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.

 

Jesús Lens

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