El bouquet del miedo

De todas las burbujas que han asolado España -la inmobiliaria, la punto.com, la de los Triunfitos, la de los tertulianos basura…- ninguna con efectos tan perniciosos para el común de los mortales como la burbuja gastronómica. (Lee AQUÍ mi reportaje sobre Gastronomía Noir, en El Rincón Oscuro)

El empacho de Másterchefs televisivos, la masiva apertura de Gastrobares, el impulso de los Gintónics con ensalada flotante y el tontunismo rampante en torno al retrogusto y los taninos del vino pedía a voces que la novela negra hiciera justicia. Aunque fuera poética.

El bouquet del miedo

Por eso me lancé como un poseso sobre “El bouquet del miedo”, de Xabier Gutiérrez, publicado por Destino.

Conste que admiro a esos cocineros que han elevado la gastronomía a las más altas cotas del arte. Y que Arzak, cuyo departamento de innovación es dirigido por Xabier, es un referente. Pero la cosa gastronómica se nos está yendo de las manos.

Afronté la lectura de la novela muy tranquilo, pues, en el convencimiento de que el autor sabe de lo que habla. ¡Y vaya si sabe! Y vaya repaso que hace, al mundillo, comenzando por uno de esos chefs-estrella que se pasa más tiempo en los platós de televisión que en las cocinas. Y por la productora del programa. Que menuda individua.

(Sigue leyendo esta reseña en nuestra página hermana Solo Novela Negra)

Jesús Lens

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Juan Vida: el color del jazz

Esta noche, el Festival de Jazz en el Lago le hace entrega a Juan Vida de un más que merecido premio a la labor de difusión que, desde hace décadas, viene realizando gracias a su trabajo como diseñador.

Jazz

Efectivamente, uno de los puntos fuertes tanto del Festival de Jazz de Granada como del Jazz en la Costa, es la presentación del cartel diseñado por Juan Vida. Son carteles luminosos y coloristas, con un estilo perfectamente reconocible, y que siempre hacen volar la imaginación del espectador que los contempla.

Carteles evocadores que invitan, en verano, a embarcarte y cruzar mares y océanos, escuchando buena música. Y a conocer a los personajes que los protagonizan, como ese capitán con pendiente en la oreja que, tocando la trompeta, preside el cartel del Jazz en la Costa de este año.

Me gustan especialmente los carteles de Juan Vida que fusionan elementos del jazz más tradicional con otras disciplinas artísticas, aprovechando la estética del género negro o del grafiti, por ejemplo. Y es que, si por algo se caracteriza la obra del combativo artista granadino, es por su mestizaje, mezcolanza y la interacción de temas, técnicas y motivos.

Jazz Vida

Enhorabuena, pues, al Festival atarfeño por conceder el premio honorífico de este año a un artista de la talla de Juan Vida. Como bien señala Juan Carlos Roldán, el director artístico del Jazz en el Lago, hay que destacar “el papel divulgador del jazz que, durante décadas, ha realizado Juan Vida desde el campo de la creación artística, colaborando para los festivales hermanos de la ciudad de Granada y Almuñécar con carteles que se han convertido en verdaderas obras de arte…  siempre desde su libertad creativa y solvencia artística”.

Como seguidor de la filosofía de Terencio, convencido de que nada de lo humano me resulta ajeno, y como fiel defensor de las alianzas y de las afinidades electivas, me parece colosal que el Festival de Jazz en el Lago de Atarfe haya premiado a un artista polifacético que diseña los carteles de otros festivales de jazz de la provincia.

Jazz Juan Vida

Se trata de un detalle de buen gusto que denota la elegancia y el savoir faire de los responsables de uno de los Festivales con más solera del panorama español. ¡Así, así es como se tejen redes y se forjan alianzas creativas! Una vez más, ¡enhorabuena, Atarfe! (AQUÍ mi última columna sobre el Festival de Jazz en el lago)

Jesús Lens

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