Gran Granada

En Granada, los años 60 no se recuerdan por el mayo parisino, precisamente. Ni por el Festival de Woodstock, el Flower Power, el rock de la Costa Oeste de los Estados Unidos o la invasión de los hippies.

En Granada, los años sesenta estuvieron marcados por unas terribles inundaciones que cambiaron la fisonomía de la ciudad, dando lugar al nacimiento y consolidación de algunos barrios que hoy son muy populares.

Gran Granada Genil desbordado

Aquellos cambios y alteraciones propiciaron una corriente de especulación urbanística tremebunda, además de afectar a la vida de la gente, por supuesto. Y de todo ello habla “Gran Granada”, una excelente novela negra de Justo Navarro, publicada por la editorial Anagrama, que se abre con la muerte de un abogado en un céntrico hotel de la calle Ganivet.

¿Quién era aquel abogado y qué pintaba en Granada? Y, sobre todo, ¿por qué, tras su muerte, comienzan a morir algunas de esas personas que forman parte de la más conocida Gran Granada? Algunas, por su propia mano…

Máscaras. La “Gran Granada” descrita por Navarro está poblada de máscaras. Y de mascaradas. Sin que sea tiempo de Carnaval. Porque las familias, las parejas y los matrimonios no son necesariamente lo que parecen, como la investigación puesta en marcha por el comisario Polo sacará a relucir.

Gran Granada

El comisario Polo. ¡Qué tipazo! Es llamativo que, necesitando unas gafas de culo de vaso para ver lo más evidente por culpa de su galopante miopía, sea todo un visionario. Que tiene pinchados todos los teléfonos que importan en la ciudad, convencido de que el desarrollo de la tecnología será fundamental para las investigaciones policíacas. Un Polo que también vaticina la importancia de la televisión, que podría ser una inmejorable aliada a la hora de controlar las mentes de los ciudadanos. Aunque no sé yo si él pensaba en la telebasura, precisamente…

En “Gran Granada”, Justo Navarro hace una excepcional disección de una sociedad que se balancea entre las ansias de cambio y la contumaz realidad que lo hace imposible. Dos Granadas que chocan entre sí de forma inmisericorde.

Gran Granada Justo Navarro

Una Granada culta, amante del arte y la historia, avanzada y tolerante, se enfrenta a una Granada obtusa que solo mira hacia atrás, asustada por los cambios que se vislumbran en el horizonte. Una Granada reaccionaria y rancia, cateta y violenta, que solo piensa en el dinero. En el dinero fácil. Que suele ser el dinero más sucio. Y el que con más insistencia exige estabilidad, orden y concierto, como no nos cansamos de leer en las informaciones sobre  la corrupción de cada día.

Y ese choque, la fricción de esas dos Granadas, irá dejando cadáveres en el camino. Y víctimas colaterales. Pero nos servirá para conocer un poco mejor la ciudad en la que vivimos. Porque de los barros provocados por las inundaciones de los sesenta vienen algunos de los lodos en los que todavía estamos enfangados, cincuenta años después.

Gran Granada Noir

Y si no me creen, busquen un documental que, aparentemente, no tiene nada de negro y criminal: “Sacromonte, los sabios de la tribu”, dirigido por Chus Gutiérrez, coautora del guion junto al narrador de la historia, Curro Albaicín. Ahí verán cómo, tras las inundaciones y aprovechando la ruina que provocaron, el famoso barrio de los gitanos fue arrebatado a sus históricos moradores, provocando un auténtico cataclismo en el mundo del flamenco granadino.

Los reasentamientos de los antiguos moradores del Sacromonte en distintos barrios de la ciudad terminaron por disgregar a una comunidad que, dispersa y alejada de sus cuevas y sus zambras, dejó de ser lo que era.

Gran Granada IDEAL

Y en estas estábamos cuando Franco decidió visitar Granada, tras las inundaciones. Lo que provocó otro terremoto, como Justo Navarro describe en “Gran Granada”. Porque hubo muchos fallos en la organización de aquella visita. Incluyendo una antigua pistola extraviada… que podría ser usada en un atentado.

Gran Granada Patria

Una novela de tanto alcance como “Gran Granada”, además de contar una historia de crímenes, robos de arte y especulación, nos descubre una ciudad que fue y que, por fortuna, ha quedado muy difuminada. Aunque todavía queden resabios, en ciertas actitudes. Una novela, en fin, que nos anima a bucear en el urbanismo local. Empezando por la calle Ganivet.

Pero todo ello ya formará parte de otra historia…

Jesús Lens

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Hoy es el Día de África

Es un tópico decir que dedicar un día concreto del año a alguna causa no sirve de nada. Pero no es verdad. Porque hoy es el Día de África y aquí estoy yo, por ejemplo, recordando que nuestro continente más cercano también existe. Como Teruel.

Día de África Traore

Efectivamente, cualquier día hubiese sido bueno para hablar de África. No era necesario esperar a hoy miércoles para recordar los muchos problemas, bondades e ilusiones del continente más vapuleado por la mala fortuna. Podríamos haberla invocado ayer martes. O mañana jueves. Pero seguramente no lo haremos.

Así las cosas, bienvenido sea este 25 de mayo en que se conmemora el aniversario de la fundación de la Organización de la Unidad Africana y que nos sirve de recordatorio de la existencia de un continente que, geográficamente hablando, solo está a 14 kilómetros de Andalucía, pero que humana y emocionalmente, se encuentra a varios años luz.

Día de África

Menos mal que en Granada hay personas como Gustavo Gómez y Jara e instituciones empeñadas en que se hable de África, aunque sea para bien. Porque ayer, en la Biblioteca de Andalucía, hubo un amplio y variado programa de actividades que sirvió para poner encima de la mesa diferentes cuestiones que afectan al continente africano: exposiciones sobre Rincones de África en Granada, una conferencia sobre los avances y desafíos del continente negro y otra para mostrar sus realidades contemporáneas. Hubo presentaciones de proyectos de cooperación y un cine-fórum que sirvió para reflexionar sobre las relaciones entre ambas orillas del Mediterráneo.

En esta intensa jornada de trabajo sobre África participó, por cierto, Guillermo Quero. ¡Cómo se agradece que un delegado de cultura esté, también, en esas cosas, tan chiquitas, tan importantes!

Agustín y Gustavo, padres de Teranga Go
Agustín y Gustavo, padres de Teranga Go

La sesión de la tarde nos trajo a Federico Olvieri, uno de los coordinadores del Festival de Cine Africano de Tarifa y Tánger, que ya arranca su XIII edición. O, rompiendo tópicos, la disertación de Esther Massó sobre “Cosmopolitismo y Hospitalidad en África”. Y es que este tipo de jornadas sirve para conocer otros puntos de vista. Como los que mostraba el documental con las historias de esos senegaleses que han estado aquí y han vuelto allí, hablando con absoluto conocimiento de causa, pues.

Me quedo con la reflexión final de Mamadou, de La Voz de África, deseándonos que nos fuéramos con dudas, síntoma inequívoco de haber aprendido.

Jesús Lens

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