La verdad estaba ahí fuera

Mi artículo dominical de IDEAL hacía una extraña mezcolanza, comenzando por reflejar que ha querido la casualidad que la vuelta a las pantallas de una serie mítica como “Expediente X” haya coincidido con una nueva tormenta mediática provocada por alguien que, en su momento, también estuvo relacionado con la consonante más enigmática del abecedario: FG.

Expediente X Felipe González

¡La que ha liao el pollito!

Pero es que, además, compañeros suyos en el PSOE de antaño como Corcuera y Leguina no dejan de arrasar en las redes cada vez que aparecen en las tertulias televisivas, aupados y jaleados por los sectores más conservadores de la sociedad.

La tesis de todos ellos es muy sencilla, y más antigua que el comer: al enemigo, ni agua. En el bien entendido que el enemigo no son Rajoy, el PP o Ciudadanos, sino el lenguaraz Pablo Iglesias, Podemos y sus Mareas. Imposible no recordar a Robe Iniesta y Extremoduro, cuando cantaba aquello de “Va a subir la marea, y se lo va a llevar todo. No veas si noto la fuerza, yo creo que soy un toro”.

Ayer sábado, además de adelantar el congreso federal del PSOE que elegirá secretario general al 8 de mayo, Pedro Sánchez anunció que consultará con los militantes los pactos con otros partidos, ahora que las alianzas postelectorales han venido para quedarse. En una pionera e inédita iniciativa, cerca de 200.000 militantes de base del partido socialista serán escuchados sobre la cuestión que ahora mismo nos tiene intrigados a todos los españoles.

Para quienes tenemos una inveterada querencia por las teorías conspiranoicas, “Expediente X” siempre fue una serie referencial. El atropellado regreso de Mulder y Scully al formato televisivo, sin embargo, me ha dejado frío. Pero no me olvido de una de las consignas de la serie: creer es la clave.

Expediente x

Porque, como se ha demostrado, la verdad estaba ahí fuera. Fuera de los aparatos de los partidos, por ejemplo. En esa democracia horizontal y directa que tanto ha ilusionado a millones de personas y que está obligando a cambiar la forma de hacer las cosas a las formaciones políticas tradicionales.

Pero hay algunos que no se enteran. Y mira que ya lo cantaba Bob Dylan en los años 60, en su memorable Balada del Hombre Delgado: “Because you know that something is happening here, but you don’t know what is it, do you Mr. Jones?”

Tarea dominical: póngale usted nombre, querido lector, a esos Mr. Jones que, sabiendo que algo ha pasado, todavía no saben lo que es. ¡Hay tantos…!

Jesús Lens

Como el que más

El sábado no podía escribir mi columna de IDEAL sobre otra persona… Y es que no tardaban en hacerse virales las intervenciones en el Parlamento de Andalucía de José Luis Serrano, cuando hablaba sobre el desafío secesionista catalán y recordaba su ya famoso “como la que más”, referido a Andalucía. No una más, si no como la que más.

¡Cómo disfrutaba yo, leyendo decenas de comentarios en las redes sociales en los que, personas de ideologías, credos y pensamientos radicalmente diferentes, alababan el fluido verbo y el encendido discurso de José Luis, expresado con esa vehemencia suya desde la tribuna de nuestro Parlamento autonómico! Un discurso que venía revestido por la fuerza, la solvencia, la preparación y la integridad intelectual y moral de su autor.

El compromiso político de José Luis y su paso adelante con Podemos fue el colofón a una vida intensa, rica y polifacética que ha tenido un denominador común: su pasión por Andalucía. Pocas personas habían atesorado tanta información sobre nuestra tierra como José Luis. Información histórica, por supuesto. Historia con mayúsculas, seria y rigurosa, fundamentada en investigaciones científicas y en horas y horas de estudio y documentación. Y está la mitología, por supuesto. Pero siempre bien diferenciadas la una de la otra. Por eso, en novelas como “Zawi” o “La Alhambra de Salomón”, José Luis Serrano encastraba a la perfección a sus personajes en el momento histórico preciso.

Y luego estaba la sólida formación jurídica del catedrático de Derecho que, cuando hablaba del Estatuto de Autonomía y del proceso constituyente andaluz, cerraba bocas y hacía enmudecer a todo aquel que, armado con un pobre argumentario y los manidos tópicos de siempre, se quedaba tiritando frente a la contundente sabiduría de Serrano.

Paradójicamente, fue en Gijón donde se estrechó mi relación con José Luis, en esa Semana Negra en la que presentamos su serie Noir protagonizada por Amparo Larios. Tanto cariño le tengo al personaje que no hacía más que insistirle a Serrano en que tenía que recuperarlo, que la Crisis española estaba pidiendo a voces ser reflejada en la novela negra. Y que tenía que ser él quien nos la contara, de la mano de Amparo y sus colaboradores.

José Luis Serrano

Ya no va a poder ser. El cáncer se lo ha llevado. Como hace unos meses se llevó a Manolo Villar, otro proteico ser humano. Por fortuna, nos quedan sus libros, sus artículos y sus discursos. Y, sobre todo, el recuerdo y la admiración por una persona valiente, luchadora, lúcida y comprometida como el que más.

Buen viaje.

Jesús Lens

Hervidero de cultura

El viernes, en IDEAL, recordamos que ayer jueves fue, para los amantes de la cultura, un paraíso. O un infierno, según se mire. Porque si estabas en la master class del fotógrafo José María Mellado no podías acompañar a la pintora Irene Sánchez Moreno en la inauguración de su exposición “Inclemencias”, en el Palacio de los Condes de Gabia.

Cultura hierve

Si asistías al concierto de Jacco Gardner y Ramírez te perdías un par de conferencias importantes, un encuentro con Mago Migue y una presentación literaria. Y es que en Granada pasa como en el Madrid de Eugenio D’Ors: cuando llegan las siete de la tarde, o das una conferencia o te la dan.

Semana intensa, culturalmente hablando, en la que el punto y final a FITUR ha dado paso a la presentación de las actividades de Retroback,  Festival de Tango y Granachef. ¡Un no parar!

A falta de Museos Picasso o Pompidou de referencia y con un Centro Lorca que sigue siendo un melón por abrir, Granada cuenta con un potente sector privado que amalgama una programación cultural de primer orden, vibrante e imprescindible, para complementar a las instituciones.

Asociaciones culturales como Ool Ya Koo, que dan continuidad al Festival de Jazz de Granada y al Jazz en la Costa con una programación estable de conciertos que, cada semana, convierten el Club Magic en un Blue Note a la granadina. El Planta Baja y su apoyo a la escena musical alternativa. Salas como La Expositiva, que estrenan ese cine de autor que las salas convencionales han eliminado de su programación, además de organizar mil y una actividades más.

El mejor jazz, con Ool Ya Koo
El mejor jazz, con Ool Ya Koo

Nuevas galerías de arte como Millenium, que vienen a sumarse a esos templos de resistencia artística que son las galerías de Ceferino Navarro y, en el Zaidín, la de Santi Collado. O nuevas librerías como Ubú Libros y Agapea, que organizan encuentros con autores, lecturas y actividades para niños.

El empuje, la ilusión, el trabajo, la tenacidad, la preparación y la profesionalidad de estos currantes son esenciales en una ciudad como Granada, autobautizada como Capital de la Cultura. Pero no olvidemos que, además de atesorar un voluntarismo a ultranza, estas personas también son empresarios con facturas que pagar, Autónomos en los que darse de alta y balances contables que cuadrar.

Cultura Ubú Libros

Por eso, hay que apoyarles. Hay que ir a sus locales, hay que tomarse algo durante los conciertos, hay que difundir sus actividades… porque si queremos cultura, tenemos que cuidarla entre todos. (Por ejemplo: no debéis dejar de venir al concierto de Ernesto Aurignac del jueves 4 en CAJAGRANADA. Compra tu entrada AQUÍ)

Jesús Lens

Twitter Lens

Una bofetada de película

Desde IDEAL, una recomendación a modo de orden imperativa: Vayan al cine a ver “La gran apuesta”. Volando. Vayan a ver la gran favorita para los Oscar de este año porque es una bofetada de realidad que, a través de un humor negro, ácido y sarcástico, cuenta algo tan duro como el tema de las hipotecas subprime y el hundimiento de Wall Street que dio el pistoletazo de salida a la crisis. ¿Recuerdan que, en aquellos meses de 2007, el capitalismo estuvo al borde del abismo, enfrentado a sus más monstruosas contradicciones?

La gran apuesta

Me dio mucha alegría encontrar en el cine a varias decenas de jóvenes que se carcajeaban a mandíbula batiente con una película modélica, complicada, chispeante y terrible; todo a la vez.  Un filme que, como “Steve Jobs”, nos reconcilia con un cine que apela a la inteligencia de los espectadores. Y de todos los momentos memorables de un guion prodigioso, voy a destacar uno que es extensible y aplicable a numerosas facetas de nuestra vida.

Cuando los analistas de un fondo de inversión estaban estudiando el valor real de un complejo producto financiero basado en préstamos hipotecarios, en vez de hacerle caso a los informes de las gestoras, a los análisis de los bancos y a las valoraciones de las agencias de calificación; se quitaron los trajes y las corbatas, se arremangaron las camisas y se fueron a visitar los inmuebles hipotecados, uno por uno, para comprobar de primera mano qué había detrás de las extraordinarias calificaciones crediticias con que habían sido bendecidos.

La gran apuesta actores

Visitaron las casas, hablaron con los pocos inquilinos que encontraron, descubrieron avisos de reclamación por impago de la hipoteca rebosando en los buzones y, atónitos, constataron que buena parte de aquellos préstamos estaban soportados por ruinosas infraviviendas con un valor cercano a cero. Hablaron con inconscientes agentes inmobiliarios e imprudentes gestores comerciales y, finalmente, con una striper… dueña de varias propiedades adquiridas a través de decenas de créditos. Llegados a ese punto tuvieron claro que aquel castillo de naipes estaba a punto de derrumbarse.

La gran apuesta Las Vegas

En mitad de la vorágine, aquellos tipos hicieron algo tan sencillo como inédito: salir de sus despachos, bajar de sus torres de marfil y pisar el suelo. Como dice el narrador de “La gran apuesta”, lo único que hicieron fue mirar. Algo aparentemente sencillo y banal, pero que nadie hacía.

Mirar.

Y así, sólo mirando, se dieron de bruces con la realidad. Y actuaron en consecuencia. ¿Que qué hicieron? Vayan a ver “La gran apuesta” y lo comentamos.

Jesús Lens

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La corrupción deportiva

En El Rincón Oscuro de hoy vamos a hablar de un tema de actualidad… en las páginas deportivas. Y es que se ha destapado una trama de corrupción que, a través de las apuestas deportivas, afecta a jugadores de tenis de primera línea mundial. El goteo casi diario de información nos va mostrando un submundo turbio y oscuro que contrasta con la luminosidad y la belleza del deporte de la raqueta. Según hemos podido saber, las mafias italiana y rusa controlarían hasta a veintiocho tenistas, de los que dieciséis estarían en el Top 50 del mundo.

Corrupción Deportiva tenis

Lo más llamativo es que todas las autoridades daban por sabido que había partidos amañados en torneos de segundo orden. La sorpresa ha sido constatar que hasta partidos de torneos como Wimbledon o Roland Garros han podido ser fraudulentos. ¿Pero cómo prohibir las apuestas, cuando algunos de los mayores patrocinadores del deporte contemporáneo son precisamente casas de apuestas a través de Internet?

El del tongo ha sido uno de los argumentos habituales en las historias de boxeo con trasfondo negro y criminal. Sobre todo en el cine, que el de las doce cuerdas es un deporte muy cinematográfico. Uno de los títulos más conocidos sobre esta modalidad de corrupción es “Más dura será la caída” (1956), la última película interpretada por un Humphrey Bogart muy afectado por el cáncer de esófago que terminaría por matarle al año siguiente.

Corrupción Deportiva más durá será la caída

Cuando el filme fue estrenado, los medios de comunicación insistieron en que el guion contaba la historia real del italiano Primo Carnera, un púgil de los años 40 vinculado a la mafia italiana y del que se rumoreó que compró varias peleas en su ascenso al título. De hecho, Carnera demandó a la productora Columbia Pictures por la película, pero los jueces desestimaron la demanda.

En “El buscavidas” y, años más tarde en “El color del dinero”, Paul Newman demostraba cómo se podía pervertir el billar para ganar ingentes cantidades de dinero. Tal y como decía el personaje interpretado por Tom Cruise: puedes quedar eliminado en la primera ronda del Campeonato Mundial y forrarte en la sala de entrenamiento. Sin embargo y en general, el mundo del deporte había quedado bastante alejado del radar del género policíaco… hasta hace relativamente poco tiempo.

Corrupción Deportiva El color del dinero

El escritor norteamericano Harlan Coben tiene una serie de novelas policíacas protagonizadas por el personaje Myron Bolitar, un antiguo jugador de baloncesto universitario al que una desgraciada lesión impidió convertirse en profesional y llegar a la NBA. Y ahí lo tenemos en “Motivo de ruptura”, convertido en agente de un prometedor jugador de fútbol americano con aspiraciones de alcanzar la NFL y al que todo parece irle bien… hasta que una antigua novia dada por muerta aparece en escena, lo que obligará a Bolitar a convertirse, también, en detective privado.

A partir de ahí, profesionales del tenis, del golf y del propio baloncesto irán requiriendo los servicios de Bolitar cuando sus carreras se tuerzan por motivos extradeportivos. Porque es un tipo fiable que conoce los entresijos del deporte profesional y a los tipos que pululan entre bambalinas. Una excelente serie de novelas para los amantes del Noir que, además, sean buenos aficionados al deporte.

Corrupción Deportiva Tiempo muerto

En España, Eugenio Fuentes tiene otra serie de historias policíacas protagonizadas por Ricardo Cupido, un detective privado aficionado al ciclismo y que, en la novela “Contrarreloj”, ha de investigar un caso que acontece durante el Tour de Francia. ¿Y cómo no recordar “El delantero centro fue asesinado al atardecer”, del mítico y añorado Manuel Vázquez Montalbán?

Pero el gran thriller sobre el mundo de la corrupción en el deporte es un espídido documental del año 2013 dirigido por Alex Gibney y titulado “La mentira de Lance Armstrong”. El director, amigo del ciclista, comenzó a filmar en 2009 su regreso a la competición, pero fue percibiendo síntomas de que las acusaciones de dopaje contra él podían ser ciertas. Y cambió el objeto de su trabajo: cuatro años después, la filmación e investigación concluyeron el día en que el ciclista fue desposeído de sus siete maillots amarillos de ganador del Tour. Un trabajo sobresaliente.

Corrupción Deportiva La mentira de Lance Armstrong

Terminamos esta sudada y esforzada entrega de El Rincón Oscuro con una pregunta: ¿sobré qué mayúsculo escándalo balompédico están trabajando Ben Affleck y Matt Damon para su próxima película? Busquen información sobre un tal Chuck Blazer y tendrán la respuesta. Que sea o no sorpresiva ya depende de su capacidad de asombro.

Jesús Lens

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