Causas naturales

James Oswald se ha convertido en un fenómeno literario porque comenzó por publicar sus libros en Internet, autoeditándolos. Hasta que con “Causas naturales” pegó un pelotazo y se hartó de vender libros. A partir de ahí, firmó por una editorial y, ahora, llega a España, de la mano de Planeta, nada menos.

 Causas naturales

Oswald, además, se ha hecho famoso porque el éxito no le ha hecho renegar de su ocupación ni abandonar sus labores profesionales diarias, consistentes en cuidar de su granja y mimar a sus ovejas.

Así, el escritor granjero corre un riesgo: que su trayectoria y su biografía sean tanto o más valoradas que sus libros, un poco como le pasó a Chris Stewart y su primer libro sobre su vida en las Alpujarras… aunque éste tuviera poco o nada de negro y criminal.

 Causas naturales oswald

Porque “Causas naturales”, efectivamente, es una novela negra. O policíaca, más bien. Si nos atenemos al canon y consideramos que la novela negra es más que la investigación y la resolución de un caso, que debe conllevar un cierto análisis de la sociedad para hacer aflorar sus injusticias y sus contradicciones… pues no. “Causas naturales” no es negra.

Un muerto. Reciente. Y el cadáver de una chica. Momificado. Antiguo. Muy antiguo. Y una comisaría de Edimburgo a cargo de las investigaciones. Un Edimburgo que acoge su famoso Festival Cultural, a final del verano.

McLean se llama el protagonista, a cargo de la investigación del cadáver momificado. Su némesis es, paradójicamente, su superior. Duguid. Un policía a la antigua usanza. Iracundo. Celoso. Peleón. Él será quién lleve la investigación del otro caso. El reciente. El importante. Porque el fallecido es una de esas personas consideradas próceres de la sociedad.

A partir de ahí, investigaciones cruzadas, muchos muertos, mucha sangre y el pasado, obstinado en hacerse presente. Y presencias extrañas. Como sombras. Que provocan escalofríos.

“Causas naturales” es un thiller llamado a convertirse en película, con sus toques gore y sobrenaturales. Mucha presencia forense en la trama, un protagonista que cae bien y una lectura amable de las relaciones que se generan entre los policías: sus afectos, sus rencores, sus suspicacias y sus celos.

Una novela que se lee rápido, pero en la que se echa en falta más presencia de la ciudad en la trama, ya que solo aparece como un decorado. Me hubiera gustado que Edimburgo tuviera más protagonismo: la crisis inmobiliaria, el cambio generacional, su conversión en parque temático durante la celebración del Festival…

 Causas naturales edimburgo

Pero eso es algo muy personal, claro. El autor prefiere centrarse en la trama, haciendo que, al final, todo encaje como un mecanismo de relojería, en la mejor tradición de la novela enigma anglosajona. ¿Quién lo hizo?

Tendrás que leer “Causas naturales” para saberlo.

Aburrirte, desde luego, no te vas a aburrir.

Jesús Lens

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Una descripción del género negro

¿Te acuerdas que hace unos días te pedía colaboración para hablar sobre los límites del género negro, de cara a la charla que vamos a mantener en Córdoba, en noviembre, un servidor, Alexis Ravelo y Mariano Sánchez Soler?

En el Facebook se lió parda, anticipo de lo que será la charla, en vivo y en directo.

 La isla mínima fotograma

En el Babelia, en uno de sus habitualmente magistrales artículos, largos, sesudos, apasionantes, argumentados y exquisitamente escritos; Antonio Muñoz Molina disecciona el género negro, a propósito de su visión de “La isla mínima”, la obra maestra de Alberto Rodríguez. Lo tienes, íntegro, AQUÍ.

Personalmente, me ha encantado.

Aunque hay temas para el debate. ¿Buscamos, los lectores, el orden después del caos? ¿Queremos que, a toda costa, triunfe el bien sobre el mal? Ello nos obligaría a plantearnos, precisamente, qué es el bien y qué es el mal…

 La isla mínima

En fin. Que aquí lo dejo.

Y que te animo a leer, reflexionar y comentar.

¿Vale?

Jesús Lens

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