Pequeñas mentiras sin importancia

Hay películas cuya nacionalidad ya delata el contenido de su guión y su metraje. “Pequeñas mentiras sin importancia” es una de esas películas.

Francesa.

Venga, va. Confiesa. ¿Qué has pensado al leer que la película es francesa?

Si has pensado que se trata de una historia en la que los personajes hablan mucho, acertaste. Y si crees que va de relaciones humanas y de cómo afrontamos la vida, también.

Algunos pensarán que son pajas mentales.

A otros, nos gustan esos guiones pausados en los que los personajes tienen tiempo de crecer, evolucionar y madurar frente al espectador, a través de sus diálogos, charlas y conversaciones.

El punto de partida es muy sencillo: unos amigos se marchan juntos a disfrutar de las vacaciones de verano. Pero ya no son niños. Ni adolescentes. Ni postadolescentes. Ya son tipos talluditos, bien entrados en la treintena, cuando ya se deben tener las cosas más o menos claras en la vida.

Pero eso no es así. Nunca, jamás, se tienen las cosas claras, como los personajes de un reparto coral y bien ajustado se encargarán de demostrar. Porque justo antes de iniciar las vacaciones, uno de los miembros de la pandilla sufre un grave accidente, lo que hará que los demás (que se van juntos a la playa, en cualquier caso) tengan los nervios a flor de piel.

Parejas rotas, relaciones incipientes, dudas existenciales, el sentido de la vida, neurosis varias, carreras profesionales, el éxito, el fracaso, el arte, la música… de todo hay en una película deliberadamente lenta, en la que la cámara acompaña a los personajes en un devenir tan cotidiano como imprevisible.

Una película basada en un guión muy bien trabajado y en un excepcional trabajo actoral en el que Marion Cotillard refulge con luz propia.

“Pequeñas mentiras sin importancia”, un canto a la amistad y la complicidad entre las personas, pone el foco en las contradicciones de las relaciones humanas, pero sin estridencias o grandes y desmedidos dramatismos. Hasta llegar al final de la película, claro.

Que a unas les ha gustado mucho y a otros nos ha gustado menos, quizá porque rompe con ese estilo pausado del que venimos hablando en estas notas.

En conclusión: una película que no pasará a los anales de la historia del cine, pero que se ve con agrado y te reconcilia con los filmes pequeñitos, de autor, con diálogos apasionados, calor y sentimientos.

Valoración: 7

Lo mejor: el guión y los actores. Aunque el doblaje…

Lo peor: el exceso de melodrama en la resolución de la película.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

Esto decíamos hace ahora un año…