Los niños a los que he condenado me han enseñado agradecimiento y cariño

Buenas, soy Emilio Calatayud. Me pregunta Carlos qué es lo que me han enseñado mis ‘choricillos’, como les digo cariñosamente. No tengo que pensármelo ni un instante: agradecimiento y cariño. No es automático, claro. Se necesita tiempo, esfuerzo y la colaboración de muchas personas, pero al final del camino (por lo general, porque también hay quien te sigue odiando como el primer día) agradecen lo que la sociedad ha hecho con ellos y por ellos.

Y luego te los encuentras por la calle y te dan besos, te abrazan, te presentan a sus hijos, te dejan que los acunes… Nos pasa a todos los que trabajamos en la justicia de Menores. No hay nada parecido… Bueno sí, supongo que será una satisfacción similar a la que sienten los sanitarios o las fuerzas de seguridad y los bomberos cuando salvan vidas…

Gracias, ‘choricillos’.

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