En las dependencias públicas hay libros de quejas, pero también debería haber uno de felicitaciones

 

Buenas, soy Emilio Calatayud. En las dependencias públicas hay libros de quejas y reclamaciones, y está bien que sea así, pero también debería haber un libro de felicitaciones o para dar ánimos. Lo hemos visto durante estos días con motivo de los dramáticos atentados de Cataluña. La gente ha querido agradecer a los servicios públicos su actuación. No sólo tenemos que ser noticia cuando lo hacemos mal: también cuando lo hacemos bien. Por lo que a mí respecta, tengo que decir que, en España, los juzgados y los funcionarios hacen una labor muy buena, pero no se dice. A ver si la Junta de Andalucía se anima y pone los libros de felicitaciones.

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