Un Belén real en las puertas de un hospital de Granada: que Dios dé salud y la mejor sanidad pública a la criatura (y no quiero verte nunca por mi juzgado)

Buenas, soy Emilio Calatayud. Para aquellos que no lo sepan, os cuento que en Granada tenemos un follón hospitalario muy importante. La autoridad competente en la materia, con la sabiduría que le caracteriza, ha liado un galimatías y hay que estudiar dos o tres carreras para saber a qué centro sanitario tienes que ir. Y la gente, como es natural, está muy molesta y protesta con razón. El caso es que se ha montado un Belén real en las puertas de uno de esos hospitales de Granada, concretamente en el más nuevo y avanzado. Me explicó: una mujer que estaba a punto de parir se ha acercado hasta ese hospital para parir, pero el centro no estaba preparado para esa eventualidad (carece de maternidad). Así que chiquillo ha nacido en las puertas de las urgencias, y eso es porque los niños no tienen ángeles de la guarda, sino obreros de la gloria, que son los profesionales sanitarios. Felicitamos a la familia y pedimos a Dios que dé a la criatura mucha salud y la mejor sanidad pública. Y por supuesto, espero no verla nunca por mi juzgado (si no es de visita, claro).

Lo he dicho siempre que me han pedido opinión: apoyo la sanidad pública y siempre la apoyaré. Cuando mi mujer enfermó de cáncer, no lo dudó ni un instante: quiso tratarse en Granada. Tenía plena confianza en los médicos y en el personal de aquí. Aunque desgraciadamente falleció, nunca podremos olvidar el cariño y la honestidad de los profesionales que la atendieron en el Hospital Virgen de las Nieves –al que casi todo el mundo sigue llamando Ruiz de Alda–. Ni tampoco a los otros pacientes y a sus familias. Gracias a todos ellos, el trance fue más soportable. Pero entonces y ahora me sigo quejando de la falta de medios humanos. Es un poco desolador que haya plantas con enfermos graves en el que sólo hay una persona para atenderlos. No creo que eso contribuya a su curación. Tengo la impresión de que se invierten fondos públicos en «folletás» y en burocracia, que es lo mismo que derrochar.

A ver si la criatura que ha nacido en las puertas del hospital viene con una solución debajo del brazo.

 

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