¿Cuántos comas etílicos hubo en el botellón?

Como ya sabréis -y si no sois de Granada, os lo cuento-, en Granada hemos vuelto a vivir un botellón de esos que hacen época. Entre diez y 15.000 personas, según los distintos medios de comunicación, se han juntado en el botellódromo para celebrar la llegada de la primavera.  Espero que las autoridades competentes infomen del número de menores que bebieron en esa fiesta y qué se hizo para evitarlo o, al menos, para intentar evitarlo.  Los padres también deberíamos saber cuántos comas etilicos se produjeron y qué beneficios y qué perjuicios económicos ha tenido el botellón para Granada. En otras palabras, ¿cuánto nos ha costado -el dispositivo policial y el de emergencias, la limpieza, etc- y cuánto hemos recaudado? Más que nada para saber si nos merece la pena ser los campeones en este tema. Porque sólo cuando tengamos todos esos datos podremos saberlo. Queremos conocer el coste económico y, sobre todo, el social. Un saludo.

9 Comentarios

  1. Una chica de 23 años me dice que estuvo un rato y que era un caos absoluto. Vio a sanitarios atender a un chico en el suelo mientras la gente casi orinaba encima del ATS y del enfermo. Asegura que, al acotar sólo el espacio del botellódromo -parece que en otras ocasiones se ha ampliado la zona-, estaban tan apretados que, de haberse dado una incidencia, una pelea o algo similar, habría habido muertos por aplastamiento.
    Creo que el botellódromo es una aberración en la ciudad. Fue una mala idea y mantenerlo es sólo testarudez del ayuntamiento, que ha caído en el «sostenlla y no enmendalla».
    Y los padres… ¿qué podemos hacer? Los que vivimos aquí, podemos intentarlo, pero hay miles de jóvenes de mil pueblos que ven en Granada, lejos de sus padres, una atmósfera de libertad que no están dispuestos a dejar que se malogre. Y llegan a identificar esa libertad con el botellón. Y sus padres, ni se enteran.
    Difícil problema.
    Rigoletto

  2. ¿Coste social?

    El problema del botellón es que los chicos andan sin un ritual de emancipación (o ritos de paso que se dice en antropología) y sin el mismo tienden a crear los suyos.

    En todas la culturas las hay, menos en la nuestra. Al final ellos mismos se organizan para dar el paso de niño a adulto. El problema es que el ritual que han creado está relacionado con el alcohol y por el otro lado tenemos también que los adultos no aceptan (e incluso persiguen) este «ritual».

    En consecuencia, es un ritual que ha de reafirmarse cada fin de semana.

    Ojo, no estoy diciendo que el botellón sea bueno, si no que es lo único que han encontrado para poder tener ese ritual atávico del que nosotros mismos (los adultos) les privamos.

    Sinceramente, no le veo solución al problema ahora mismo.

  3. Soy de Pontevedra, aquí tambien se ha habilitado un botellodromo, bueno desde el Ayuntamiento le llaman «espacio de ocio». Todos los fines de semana se llena de jóvenes de la ciudad y alrededores. Este carnaval, mi hijo de 15 años fué con otros amigos de la misma edad, la hora: entre las 9:45 y las 10:30 de la noche, a las 11 estaban en casa. Les ofrecieron bebidas y porros. Uno de los amigos de mi hijo tuvo que ser ingresado en el Hospital, le dijeron a la madre que se moría, estuvo tres días ingresado y se puso bien. Otras madres y yo hemos estado hablando con la Concejala de Bienestar Social, tenemos pedido cita con el Alcalde y el concejal de Seguridad Ciudadana, hemos hablado con el Defensor del Ciudadano de Vigo, y nadie nos da una solución para que por lo menos la Policía Local vigile la zona, por cierto mi hijo me dijo que andaba por allí pero que no intervino para nada. Os recuerdo que era un sábado de carnaval y eran las 9:45 de la noche. ¿Qué podemos hacer?

  4. Creo que los padres, lo que nunca pueden hacer es rendirse. Creo que los padres (y yo soy madre de dos adolescentes de 17 y 14 años), deben controlar siempre a los hijos y no dejarlos salir de casa en días como ése, de la manera que sea. Controlar a los hijos no es fácil y no se consigue cuando no ha existido ese control desde pequeños, pero tampoco es imposible. Hay que educar en la responsabilidad para después poderla exigir.
    Aquí, en Las Palmas, pasa algo parecido con los «mogollones de carnaval», y, lo que he podido comprobar, es que muchos menores que se emborrachan, pelean, orinan, defecan y vomitan en la calle, tienen a sus padres en el mismo mogollón.

  5. Del botellon,saldran muchas criaturas de las que siempre hare referencia.NO TENDRAN CULPA,pero esta falsa sociedad los condenaran,insultan,y encerraran en sitios inadecuados,como a un servidor.ME INDIGNO POR ELLO,y por la falta de escrupulos de las administraciones.Yo lucho hace tiempo contra ello.PERO me pregunto cuanta gente tiene que morir o seguir sufriendo.MAS EDUCACION Y MENOS BOTELLON.SALUDOS

  6. Yo sigo sin entender que desde la administración nadie de una solución, ¿dónde puedo denunciar?. En respuesta a Lola C.: te digo Lola, que mi hijo no sale por la ciudad, salvo en contadas ocasiones, desde el día en cuestión no ha vuelto a bajar a la ciudad, tenemos la suerte de vivir en el rural ( a 5 Km. del centro, pero rural) y allí se reunen los chavales desde los 4 años, pasando por los de 12 y hasta alguno de 19 y hacen las travesuras que siempre se hicieron, hace deporte y es un medianamente buen estudiante.
    Lo realmente preocupante es que se cierren los ojos a un problema que yo considero de gran magnitud, hace poco salió en el Diario de Pontevedra una entrevista con el director del centro de drogodependencias, quien apuntaba que cada vez hay más consultas de adolescentes y jóvenes relacionadas con el consumo de alcohol y canabis. La policia vigila institutos y colegios, ¿por qué no se pasea a partir de las nueve y media de la noche por el Recinto Ferial y Parque Rosalía de Castro?, donde por cierto el Concello ha instalado unas marquesinas para que los que acuden al botellodromo no se mojen cuando llueve, ¿por qué no pide carnets de identidad y comprueba la edad de los que allí están?.

  7. Vivo en Gran Canaria. Aunque les parezca increíble, aquí, en los barrios históricos de Vegueta Triana vivimos todos los años, la noche de Reyes, un macrobotellón con más de 53.000 personas de todas las edades, incluidos, por supuesto, menores de edad. El botellon es dinamizado y potenciado por el Ayuntamiento, que este año ha dado 21 licencias para vender alcohol en la calle, dota los barrios de urinarios, etc. Según el alcalde, la gente tiene derecho a divertirse. Esto ha aparecido en prensa.
    Y lo que es aún peor: las asociaciones de vecinos de la zona han recurrido a la Fiscalía, quien ha archivado el caso. Esto es preocupante, pues nos preguntamos por las dimensiones del próximo macrobotellón de Reyes, aparte de los botellones que, impunemente se desarrollan en estos barrios todos los fines de semana, con toda impunidad. Lo único que hace el ayuntamiento es lavar las meadas y las vomitaduras en la madrugda del lunes.

  8. Hola señor Calatayud y lectores de este blog, yo más que una opinión quiero aportar una crítica al fenómeno del botellón que es algo que me revienta enormemente; yo también he sido joven y lo sigo siendo (tengo 31 años muy bien llevaos) y nunca he necesitado «jincharme» a beber para pasármelo bien, me averguenzo profundamente de los adolescentes de hoy en día y de la gente de mi edad que utiliza el botellón como medio de diversión y de dar una lamentable fama a Granada, y por culpa del botellón se han perdido fiestas tradicionales como el Día de la Cruz; entiendo que muchos lo hacen porque realmente en los pubs y discotecas tienen precios abusivos en las copas, algo con lo que tampoco estoy deacuerdo, lo suyo sería que se establecieran unos precios razonables para todos los locales, pero claro está, eso no interesa. Por otro lado, también critico al gobierno granadino que ha permitido que ocurra todo esto y que se la ido de las manos el tema, y en lugar de fomentar el que la gente beba incontroladamente regalándoles un lugar para ello y gastando un dinero público muy necesario para otras cosas muchísimo más importantes, debería haber cortado de raíz el problema desde un principio. En fin ahora que yo también voy a ser madre en pocos meses, solo espero que mi hijo no sea un energúmeno como los de ahora y que la educación que le demos su padre y yo sirva de algo.

  9. ¡Ley antibotellón, YA!

    Buenos días a todos los lectores de este Blog. Sobre el fenómeno del Botellón opino que se podría poner fin a esta barbaridad, prohibiendo beber en la calle, orinar, vomitar, fornicar, tirar vidrios y desperdicios y otras gamberradas que vemos diariamente en los alrededores del botellódromo de Granada y en otras zonas de la capital. Nada es imposible, y como dice, el siempre acertado en sus opiniones, Juez Emilio Calatayud, hay que empezar a decir no, que nadie pueda realizar estos actos en la via pública, ni mayores, ni, con más razón, menores. Éstos últimos están en época de desarrollo y estudio, y el alcohol destruye a gran velocidad sus neuronas. ¿Por qué todos permitimos ésto? ¿No nos damos cuenta de que se nos está llendo de las manos?

    Pero aún estamos a tiempo. Igual que en la Fiesta del día de la Cruz de los dos últimos años se prohibieron las barras y el beber en la calle, se debería prohibir durante todo el año. Los jóvenes, para divertirse pueden hacer como hacíamos nosotros en su día, ir a pub y a discotecas, tomarte una copa o dos y cuando no teníamos más dinero, (porque entonces los estudiantes teníamos menos que ahora), nos marchábamos a casa. También hacíamos la típica sangria en los pisos de alquiler de estudiantes y bailábamos, charlábamos, reíamos… Una buena alternativa es hacer deporte nocturno en los lugares que se han habilitado para ello, creo que el Palacio de Deportes (aplaudo esta iniciativa…)

    Pero la realidad es que actualmente la mayoría de los jóvenes se han desmadrado. Ya no saben divertirse si no es bebiendo. Pero todos podríamos poner de nuestra parte:

    – Los padres, controlando los horarios de los hijos. En este apartado todos sabemos que hay muchos padres que no tienen control sobre sus hijos estudiantes, porque no viven en Granada capital, pero éstos chicos deberían cumplir igualmente con las normas que rigen en una sociedad cívicamente coherente.

    – Las autoridades: prohibiendo tales comportamientos en la vía pública.

    – Los legisladores: dictando leyes que prohiban estos comportamientos.

    – La policía: multando a quien incumpla estas leyes e identificando sobretodo a los menores.

    ¡¡¡Por favor!!!, ¿es que nos hemos vuelto locos permitiéndo todo ésto a los jóvenes? ¿es que ya no hay adultos que los guien por el buen camino y les prohíba que hagan lo que no es bueno para ellos? ¿por qué todo está permitido? ¿acaso queremos volver a la Edad Media, cuando los orines se vertían alegremente en la via pública?

    ¿De que sirve progresar económicamente y en calidad de vida, si estamos consintiendo que nuestros jóvenes no tengan respeto por nada ni por nadie? Todo en su justa medida.

    Todos tenemos hijos, sobrinos, nietos… que pueden sufrir las consecuencias de esta tolerancia por parte de los adultos.
    Yo, concretamente tengo dos hijos de 13 y 11 años y estoy muy preocupada porque no se le ponga fin a esta situación antes de que ellos crezcan y comienzen a salir. Como madre puedo cumplir con mi parte de educarles y decirles que lo que ven hacer ahora a esos jóvenes no es bueno para ellos. Pero si las demás partes que he mencionado anteriormente (legisladores, autoridades, policía…) no me ayudan, mis hijos probablemente acaben en el botellón, y yo me sentiré defraudada por la mala gestión de quienes se supone que tienen que poner orden en una sociedad…

    Espero que llegue la cordura a nuestra ciudad y a todos los lugares del mundo…

    Gracias a todos por leer estas palabras. Espero que los que estais de acuerdo conmigo podamos unirnos para conseguir que la situación actual cambie. \\\\\\\\\\\\\\\\"Todo es posible en Granada\\\\\\\\\\\\\\\\"

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